Читать книгу Hada del Bosque da Vida a los Pájaros - Max Marshall - Страница 7

La suave luz de la mañana se filtra a través del denso dosel de hojas, Melanie salió de su casa del árbol, un brillo de emoción en sus ojos. Hoy en día, ella tenía una tarea especial en la mano para recoger las flores para adornar su casa de woodland y rellenar con los colores vibrantes y los dulces aromas de la naturaleza.

Con un salto en su paso, Melanie partió en su viaje a través del bosque, su corazón cantando con anticipación. Ella sabía exactamente dónde encontrar las más bellas flores – el oculto claros y el sol moteada glades donde las flores silvestres bailando en la brisa.

Como ella vagó más en el bosque, Melanie del penetrantes ojos manchada de destellos de color en medio de la mar de verde. Ella hizo una pausa para admirar los delicados pétalos de un clúster de púrpura violeta, inclinándose para inhalar su fragancia dulce.

A continuación, ella vino a través de un parche de sunny narcisos amarillos, sus alegres flores asintiendo con la cabeza en señal de saludo cuando ella se acercó. Con dedos suaves, Melanie arrancado algunas de las flores, con cuidado de no molestar a los otros que se balanceaba con gracia en la brisa.

De pasar, Melanie se encontró en un bosque de fragantes arbustos de lilas, de sus flores en cascada en una explosión de color morado y blanco. Ella cerró los ojos y respiró profundamente, dejando que el embriagador aroma de lavado sobre ella como una suave onda.

Con su canasta ahora desbordante con una gran variedad de flores, Melanie hizo su camino de regreso a su casa del árbol, una sonrisa de satisfacción jugando en sus labios. Ella arregla cuidadosamente las flores en jarrones y jarras, colocándolos en todos los rincones de su hogar acogedor.

Como ella dio un paso atrás para admirar su obra, Melanie sintió una cálida sensación de satisfacción lavar más de ella. Su casa del árbol era ahora un santuario de belleza y tranquilidad, lleno del amor y de la magia de la selva.