Читать книгу Hada del Bosque da Vida a los Pájaros - Max Marshall - Страница 8

En el corazón del bosque, donde los árboles se elevaban de altura y el aire estaba vivo con los sonidos de la naturaleza, la emoción zumbaban por el aire como por arte de magia. Para hoy era un día especial – era el momento de la anual de hadas parte, de una alegre celebración que reunió a todas las hadas del bosque.

Como el sol se sumerge por debajo del horizonte, lanzando un cálido resplandor dorado sobre las copas de los árboles, las hadas comenzaron a reunirse en una apartada glade lo profundo de la selva. Llegaron en una ráfaga de aleteo de las alas y el tintineo de la risa, cada uno vestido con su mejor traje adornado con pétalos y hojas.

El aire se llenó con el olor dulce de las flores silvestres y el sonido de la música, como las hadas bailaban y se gira en círculos, su risa haciendo eco a través de los árboles. Los faroles colgados de las ramas de arriba, echando un suave parpadeo de luz que bailaban en el suelo del bosque.

En el centro del calvero, en una larga mesa que había sido puesto fuera con una fiesta propia de una reina de las hadas. Había tazones de frutas rojas maduras, platos de nido de abeja, y copas llenas con brillantes gotas de rocío. Las hadas revoloteaban alrededor de la mesa, llenando sus platos con deliciosas golosinas y compartir historias de sus aventuras en el bosque.

A medida que avanzaba la noche, las hadas se reunieron alrededor de un pequeño escenario en el borde de la glade, donde un grupo de músicos que se habían reunido para entretener a la multitud. Se jugó la animada música con sus instrumentos, llenando el aire con la música que hacen las hadas quieren bailar hasta el amanecer.

Y el baile que hizo, sus alas brillando en la luz de la luna a medida que se movían en la graciosa armonía con la música. Se giró y giró, sus risas se eleva en el cielo de la noche como un coro de campanas.

Como la primera luz del amanecer comenzó a arrastrarse sobre el horizonte, lanzando un ligero tono rosa sobre las copas de los árboles, las hadas de mala gana la despedida de la noche mágica. Se abrazó a cada uno de los otros bien, prometiendo volver a reunirse pronto para otra encantadora celebración en el corazón de la selva.

Y ya que salió volando hacia el amanecer, con el corazón lleno de alegría y su espíritu es ligero como el aire, las hadas sabía que los lazos de amistad que se había forjado iba a durar toda la vida, la conexión de uno con el otro y para el bosque llamó a su casa.