Читать книгу DJ Cat en la Discoteca - Max Marshall - Страница 10

A la mañana siguiente, el sol teñía el cielo de oro como Antonio ansiosamente se dirigió a la escuela de música. Su corazón latía en la anticipación, llena de promesas de aprendizaje y crecimiento. Cuando llegó, las puertas de la escuela estaban abiertas, invitando a él en el mundo de descubrimiento musical.

La emoción burbujea dentro de él como entró, el aire zumbando con el susurro de los instrumentos y el eco de las melodías que aún no había nacido. Antonio llegó primero, sus ojos se ampliaron con sorpresa cuando vio la gran sala de música. Él trató de asimilar cada uno de los bits de conocimiento tan pronto como sea posible, tratando de comenzar su camino de convertirse en un maestro.

Fue en este momento que una cálida y suave voz lo llamó:

– Hola, soy Sofía, su maestro. Parece que usted no puede esperar para empezar! El resto de los alumnos llegarán pronto, pero por ahora vamos a explorar el mundo de la música juntos.

Sofía tomó Antonio alrededor de la escuela, que le presentó a las diversas herramientas y explicar la magia detrás de cada uno de ellos. Antonio miraba con mucha atención como otros músicos comenzaron a filtrarse en el aula, cada uno con su propio instrumento y una chispa de la pasión en sus ojos.

En el primer día, Antonio eligió para observar y absorber, absorber la sinfonía de sonidos y gráciles movimientos de sus compañeros de clase mientras se juega. Escuchó atentamente, el estudio de cómo sus dedos bailaban sobre las cadenas, las claves y los trastes, y las emociones que se derrama con cada nota.