Читать книгу Gato Gandolier en Venecia - Max Marshall - Страница 7

La Chiellini familia continuó su tranquilo paseo en góndola a través de los encantadores canales de Venecia, el gato Osman estaba fascinado por la belleza de los alrededores. Encaramado en el borde de la barca, con su bigote temblando con emoción, Osman miró los edificios antiguos y elegantes puentes, que adornan la ciudad, como piedras preciosas, en una corona.

El suave balanceo de la góndola sumido Osman en un estado de serena satisfacción, y no pudo sino admirar las vistas y sonidos de Venecia que se abren ante él. El agua brillaba como líquido de zafiro bajo los rayos dorados del sol, y el aire estaba lleno de un zumbido alegre como embarcaciones navegaron pasado, y la risa se hizo eco a través de las calles.

Volviendo a el Señor Chiellini con los ojos muy abiertos, Osman expresó la pregunta que daba vueltas en su cabeza.

– Padre Chiellini, quien es este hombre la conducción de nuestra góndola? Él preguntó, y su voz estaba llena de curiosidad.

El señor Chiellini se rió suavemente en respuesta a Osman la pregunta, sus ojos brillando con diversión.

– ¿Por qué, es; Tonny, mi querido Osman, él contestó, acariciando la cabeza del gato con afecto.

– Él es un gondolero – un experimentado navegante en estas aguas, que transporta a la gente alrededor de la ciudad en su barco.

Osman el bigote de arrugó con interés, ya que consideraba el Señor Chiellini las palabras. La idea de convertirse en un gondolero y llevando a la gente a través de los laberintos de los canales de Venecia, le causó un atisbo de emoción.

– Me pregunto, Osman reflexionó, – si yo también podría convertirse en un gondolero y pasar grandes aventuras, navegando alrededor de la ciudad con pasajeros en el remolque.

El señor Chiellini sonrió Osman palabras, su corazón se calienta por el espíritu aventurero de la cat.

– ¿Por qué no, queridos Osman? Él respondió, y había una nota de ánimo en su voz. – Con su natural gracia y el amor de agua, no tengo ninguna duda de que haría un gran gondolero. Quién sabe qué maravillas están esperando por usted en el horizonte?