Читать книгу Gato Gandolier en Venecia - Max Marshall - Страница 9

Osman dijo adiós a la Chiellini familia y se fue en su propio viaje. Con un determinado brillo en sus ojos de oro, se dirigió a través de las bulliciosas calles de Venecia para el bullicioso puerto donde las góndolas y aficionados a los gondoleros se reunieron.

Como Osman se acercó al puerto, fue recibido por la visión de numerosos góndolas suavemente flotando en el agua, sus gráciles formas iluminada por la suave luz de los faroles ubicados a lo largo de los muelles. El aire se llenó con los sonidos de la risa y la charla como los gondoleros bullía a su alrededor, se preparan para su noche de los viajes a través de los laberínticos canales de Venecia.

Con un seguro de paso, Osman se dirigió hacia un grupo de gondoleros se reunieron en la orilla del agua, sus voces levantándose y cayendo en animada conversación. Acercándose, se aclaró la garganta y habló, su voz clara y fuerte en medio del ruido de el puerto.

– Bon appetit, señores, Osman saludó, su bigote espasmos en la anticipación.

– Puedo darle un minuto de mi tiempo?

Los gondoleros se volvió a Osman, sus ojos ampliación de sorpresa en los ojos de gato elegante de pie en frente de ellos. Pero su sorpresa se convirtió rápidamente a la curiosidad cuando Osman comenzó a hablar, sus palabras estaban llenas de determinación y determinación.

– He venido en busca de asesoría, Osman explicó en una plana de voz.

– Tengo un profundo deseo de convertirse en un gondolero, y creo que usted, hermosa señores, será capaz de ayudarme en mi viaje.

Los gondoleros intercambiaron aturdido miradas antes de estallar en risa sincera, sus voces eco en las antiguas paredes de piedra de el puerto. Pero Osman estaba su suelo, su mirada no titubeó mientras esperaba su respuesta.

Después de un momento, uno de los gondoleros dio un paso adelante, su expresión pensativa, como él considera Osman con nuevo respeto.

– Bien, bien, bien, dijo, y una sonrisa jugó en las esquinas de sus labios.

– Parece que tenemos a un gato que sueña con navegar por los canales de Venecia. Dime, amigo mío, ¿qué te hace pensar que tiene todo lo que necesita para convertirse en un gondolero?