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Capítulo 4: Las Primeras Casas

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Los rayos dorados del sol de la mañana, filtrada a través de la densa vegetación de la selva, Patrick y Sam salieron de sus acogedores lugares de escondite, con ganas de comenzar su gran aventura en la ciudad.

Con un resorte en su paso y la emoción en sus corazones, ellos partieron hacia el pueblo cercano, sus ojos brillando con anticipación. El viaje fue corto pero lleno de asombro, como ellos se maravillaron de las vistas y sonidos de la bulliciosa ciudad que quedaba justo más allá del borde de su familiar casa en la selva.

Finalmente, llegaron a una calle tranquila bordeada con hileras de casas de colores, su vibrante fachadas brillantes en la luz de la mañana. No había nadie a la vista, y la calle estaba bañado en un sosegado silencio, sólo roto por el suave susurro de las hojas en la brisa.

Patrick y Sam intercambiaron emocionado miradas, su corazón golpeando con anticipación ya que se efectuó una encuesta en la fila de las casas antes de ellos. Cada uno parecía contener la promesa de aventura y el descubrimiento, y no podía esperar para explorar todos ellos.

Con un juguetón ribbit, Patrick abrió el camino, saltando de casa en casa con Sam de cerca. Se asomó a través de las ventanas y se asomaba alrededor de las esquinas, buscando signos de vida y entusiasmo.

Pero a medida que explorar más, se dieron cuenta de que las casas estaban vacías, sus habitantes en ninguna parte ser encontrado. Sin inmutarse, Patrick y Sam presión, su curiosidad les conduce hacia adelante, ya que se aventuró más en el corazón de el barrio.

Finalmente, llegaron a una casa que parecía llamar a ellos, con su acogedor encanto. Sus ventanas estaban adornados con coloridas cortinas, y el humo se elevaba suavemente de la chimenea, llenar el aire con el seductor aroma de las comidas preparadas en casa.

Con una mirada compartida de emoción, Patrick y Sam saltó hacia la puerta, su corazón golpeando con anticipación. Esta sería su primera incursión en el mundo de las viviendas humanas, y estaban decididos a hacer la mayor parte de ella.

Tomando una respiración profunda, Patrick alcanzado un pies palmeados y le dio con la puerta en una tentativa de empujar. Para su deleite, se abrió con un suave crujido, revelando un ambiente cálido y acogedor interior bañado en el suave resplandor de la luz de la mañana.

Con un compartida croar de emoción, Patrick y Sam saltó dentro, con ganas de comenzar su exploración de este nuevo y misterioso mundo. Poco sabían que sus aventuras fueron solo el comienzo, y que el camino por delante estaría llena de emoción, peligro e inesperados giros y vueltas. Pero por ahora, ya que se sitúa en el umbral de su primera casa, Patrick y Sam sintió una sensación de euforia a diferencia de cualquier cosa que jamás había conocido antes, y sabía que su gran aventura en la ciudad fue solo el comienzo.


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