Читать книгу El año de 12 semanas - Michael Lennington - Страница 11
ОглавлениеCapítulo 4
Lanza el
plan anual
Cuando ya tengas una visión clara con respecto hacia dónde quieres ir, necesitarás un plan para llegar allá. Imagina que vas conduciendo, cruzando el país en unas vacaciones familiares, pero sin mapa. ¡Es muy probable que estés de acuerdo con que esa no es una muy buena idea!
“Una visión sin plan es un sueño vacío”.
Tener un plan para alcanzar tu visión y tus metas profesionales es mucho más esencial que tener un mapa para recorrer el país. Sin embargo, la triste verdad es que la mayoría de las personas pasa más tiempo planeando un viaje que planeando sus negocios. El trabajo a partir de un plan tiene tres beneficios diferentes:
1. Reduce los errores
2. Ahorra tiempo
3. Provee enfoque
La planeación te permite pensar con anticipación para tener una mejor manera de alcanzar tus metas. Cometes errores en el papel y eso reduce las fallas durante la implementación.
Además, los estudios han demostrado que la planeación ahorra tiempo y recursos significativos. Esto tiende a sonar paradójico. De hecho, muchas personas sienten que, si no están haciendo algo constantemente, no están siendo productivas. La realidad es que la planeación hace parte del tiempo más productivo que puedes tener.
Por último, la planeación, como un buen mapa de ruta, te mantiene enfocado y con propósito. Esto es vital porque hay toda clase de distracciones cotidianas que te desviarán del curso. Tu plan siempre te lleva de vuelta a los puntos estratégicamente importantes.
Planeación de 12 semanas
Como ningún otro método que conozcamos, la planeación de 12 semanas aporta estos beneficios y otros frente a la planeación anual. No estamos hablando de planeación trimestral, recuerda, eso hace parte del modelo de pensamiento anualizado. Con la planeación de 12 semanas, cada 12 semanas es una unidad completa; cada bloque de 12 semanas es un año nuevo y una nueva oportunidad para alcanzar la grandeza.
La planeación de doce semanas también ofrece tres diferencias adicionales y diferentes de la planeación anual. La primera diferencia con la planeación de 12 semanas es que es más predecible que la de 12 meses. Cuanto más distante sea tu planeación hacia el futuro, menos predecible será. Con planes a largo plazo, los supuestos se van acumulando sobre otros supuestos previos, los cuales a su vez ya han estado acumulados sobre otros supuestos. Si eres tan bueno prediciendo el futuro, llámame, ¡me encantaría hablarte de tu elección de inversiones!
La realidad es que es muy difícil, si no imposible, determinar cuáles serán tus acciones diarias 11 o 12 meses hacia adelante. Por eso, los planes anuales suelen estar enfocados en objetivos.
Con un plan de 12 semanas, la predicción es mucho más clara. Teniendo un alto grado de certeza, puedes definir qué acciones debes implementar cada semana para las próximas 12 semanas. Los planes de 12 semanas se basan en números y actividades. Crean una fuerte conexión entre las acciones que emprendes hoy y los resultados que quieres alcanzar.
La segunda diferencia con respecto a la planeación de 12 semanas es que es más enfocada. La mayoría de los planes anuales tiene muchos objetivos y esta es una de las principales razones por las cuales fallas en la ejecución, pues contienen demasiado ya que estás planeando para 12 meses, planteando todo lo que quieres lograr para los próximos 365 días. Por eso, no es sorpresa que te desilusiones y te frustres. Te extiendes tanto, que te dispersas y esa no es una buena receta para el éxito.
Siempre habrá más oportunidades de las que puedas alcanzar con eficacia. Con el método del año de 12 semanas el objetivo es ser grande en unas pocas cosas en lugar de ser mediocre en muchas, ya que así identificas las tres cosas principales que tendrán el mayor impacto y procurarás realizarlas con intensidad. El plan de 12 semanas se concentra en unas pocas áreas clave y genera en ti la energía y la urgencia que necesitas para actuar.
La tercera diferencia con los planes de 12 semanas es la estructura. En nuestra experiencia, la mayoría de los planes se escribe con la meta implícita en el desarrollo de un plan y es muy frecuente que estos planes se queden olvidados en una atractiva carpeta y rara vez lleguen a ser implementados.
Cómo trazar metas
El principal punto de la planeación es ayudarte a identificar e implementar las pocas acciones indispensables que necesitas realizar para alcanzar tu meta. Si tu planeación no te ayuda a lograr una mejor ejecución, entonces el hecho de planear no tiene razón de ser. Sin embargo, la triste realidad es que la mayoría de los planes no se escribe con la implementación en mente. La forma como se estructura y se escribe el plan es crucial, pues afecta tu capacidad de ejecución efectiva. La planeación efectiva tiene como objetivo lograr un equilibrio funcional entre demasiada complejidad y muy pocos detalles. Tu plan debería comenzar con identificar tu(s) meta(s) general(es) para 12 semanas. La meta es la definición del éxito durante ese período y representa 12 semanas excelentes, así como el progreso intencional hacia tu visión de largo plazo.
“Si no conoces hacia dónde vas, terminarás en
otra parte”. —YOGI BERRA
Cuando tengas establecidas tus metas para las 12 semanas, tendrás que determinar las tácticas que emplearás para alcanzarlas. La manera más fácil de hacerlo es dividir esas metas en partes individuales. Por ejemplo, si tu meta es ganar $10.000 dólares y perder 10 libras, deberías escribir tácticas por separado para tu meta de ingresos y para lograr perder peso. Las tácticas son las tareas diarias que te impulsan el alcanzar tus metas. Estas deben ser específicas, realizables e incluir fechas de plazo y responsabilidades asignadas. Tendremos más que decir acerca de cómo escribir tácticas efectivas más adelante en la sección de aplicación.
El plan de 12 semanas se estructura de tal forma que, si se completan a tiempo las tácticas, también se alcanzarán las metas. Recuerda, para evitar perder el rumbo con el enfoque de 12 semanas, tendrás que alinear tu plan con tu visión de más largo plazo.
Un plan de 12 semanas es poderoso. Permite que te concentres en lo que es importante en el momento. Recuerda que este plan no hace parte de un plan anual; esa es la vieja mentalidad anualizada.
Estas 12 semanas son tiempo suficiente para hacer lo que planeas, pero tan cortas como para generar y mantener cierto grado de urgencia. Para quienes tienen los mejores desempeños, los planes de 12 semanas son un mapa de ruta paso a paso que elimina la difusión, los retrasos y exige acción inmediata.