Читать книгу Entre la resistencia, el amor y la esperanza - Mirian Adriana Cinquegrani - Страница 7

Agradecimientos

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A tu hija le hace falta una vuelta de tuerca”, sentenció una integrante de la comunidad educativa del jardín de infantes al que asistía mi hija de casi tres años. Ella no reunía las “condiciones” para permanecer en ese jardín. Ella era una niña “diferente”. Salí del jardín con una mezcla de indignación, impotencia y sobre todo mucho dolor. Las preguntas no tardaron en aparecer: ¿por qué no podía compartir ese espacio común de aprendizaje con otras niñas y niños?, ¿qué la diferenciaba?, ¿cuál debía ser el destino escolar para ella?

En lo sucesivo, aquella desafortunada expresión fue transformándose en una serie de diagnósticos con terminología específica que no hacían más que insistir en “la falta”. Interminables informes que poco decían sobre lo que ella sí tenía, lo que sí podía, lo que sí era; muy poco sobre sus deseos, sus intereses, sus gustos. Nada dijeron acerca de quién era; solo decían de su modo de no ser y de sus dificultades para estar. Entre 2005 y 2008, con su papá recorrimos distintos jardines de la ciudad para encontrar uno en el que pudiera transitar el nivel inicial; en tres años asistió a seis jardines de infantes.

Atravesada por la contradicción de mis emociones, inicié una búsqueda de posibles respuestas a los interrogantes que, como familia, se nos iban planteando en el itinerario escolar; interrogantes que pusieron patas arriba mi mundo de certezas. Ello devino en un proceso de conocimiento y de múltiples encuentros y desencuentros conmigo como madre, como docente, como investigadora, en fin, como persona.

Con honestidad debo señalar que en un principio mis preguntas se resistían a encontrar respuestas, pero no estaba dispuesta a resignarme. Fue así que, en el marco de la Maestría en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Nacional de Quilmes, realicé un seminario sobre Sociología de los Cuerpos dictado por el Dr. Adrián Scribano. Si bien ya había efectuado estudios teóricos sobre temáticas vinculadas con los cuerpos y la “normalidad”, ese seminario fue mi primer acercamiento a la investigación académica sobre discapacidad desde una perspectiva alejada de lo que el sentido común concibe como tal. Ello me abrió un abanico de miradas para abordar mis dudas, aunque todo ese bagaje de ideas adquiridas solo cobró sentido cuando pude establecer con ellas lazos desde la vivencia.

Por ese tiempo, también me comuniqué con familias que estaban atravesando experiencias similares a la mía. Al escuchar sus relatos, fui consciente del universo de sufrimiento familiar ante las sistemáticas situaciones de rechazo y menosprecio escolar hacia sus hijas e hijos. Desde entonces sentí la responsabilidad, como investigadora, de dar cuenta de esas experiencias.

Gracias al Dr. Scribano, el trabajo final de aquel curso fue remitido a la Dra. Carolina Ferrante, especialista en estudios sociales de la discapacidad. La rueda de generosidades había empezado a girar. La socióloga me escribió inmediatamente para animarme en la investigación sobre la temática y me introdujo a un mundo de saberes y personas que fueron un aporte inestimable a mi formación. Ella ha sido una persona central en todo este proceso. Sus estudios constituyeron una fuente de aprendizaje y de inspiración para el desarrollo de mi investigación. Este trabajo –realizado bajo su dirección– no hubiera sido posible sin su estímulo y su confianza, sin su acompañar incondicional y generoso y sin su lucidez intelectual en cada sugerencia. Mi agradecimiento es profundo y será eterno.

En esa rueda ella me acercó a la Dra. Karina Ramacciotti. Dado que provengo del campo de la Historia, ya conocía su amplia producción historiográfica, pero lejos estaba de creer que podría acompañar en la dirección de mi estudio; su experiencia personal, sus aportes académicos y su agudeza crítica han sido indispensables para el desarrollo de este. Le agradezco inmensamente el haberme alentado en todo el trayecto.

Al Dr. Carlos Skliar le expreso mi gratitud por el abrazo generoso y el impulso para volver a mirar en aquellos lugares donde había buscado antes, pero con otras miradas y otras palabras. En esa búsqueda me aventuré a esta investigación luego de haber transitado la Diplomatura de Pedagogías de las Diferencias en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales; mucho de lo aprendido allí podrán encontrarlo en las páginas de este libro.

En todo este recorrido, tuve el acompañamiento de mi querida amiga, Mg. Fabiana Tolcachier, a quien agradezco por sus acertadas sugerencias y porque juntas entendimos que para volver a mirar es necesario indisciplinarse un poco.

También agradezco a la Lic. Silvia Álvarez, por haberme transmitido el compromiso y el amor por el trabajo y la investigación. Ella ha sido una persona destacada en mi formación como investigadora del Departamento de Humanidades de la Universidad Nacional del Sur.

Las manifestaciones de generosidad han sido inagotables en el proceso de investigación. Quiero destacar y agradecer los valiosos aportes realizados por quienes oficiaron de jurado de mi tesis, base de este libro: Dra. Carolina Biernat, Dra. Daniela Testa y Dra. María Pía Venturiello. También la valiosa revisión del texto y las sugerencias de la Dra. Pilar Cobeñas quien, además de ser especialista en educación, es una activista comprometida con la lucha por los derechos de las personas con discapacidad en el país y la región.

Lo gratificante del encuentro con personas generosas es que, aun en la disidencia, se mantiene el espacio para el intercambio respetuoso de las ideas. Gracias al Dr. Juan Seda por sus comentarios, por la escucha atenta y por el lugar para mis diferencias.

Muchas personas contribuyeron con sus saberes, perspectivas y experiencias para que esta investigación pudiera concretarse. Agradezco a docentes y directivos de los distintos niveles del sistema educativo y de la modalidad especial comprometidos con la educación inclusiva. También a asesores técnicos y de gestión de la Dirección de Educación Especial de la Provincia.

Brindar tiempo forma parte de la rueda de generosidades y es necesario agradecerlo. A mi familia; a mi mamá y a Daniel, amores incondicionales, quienes han ofrecido su tiempo colaborativo para que pudiera dedicarme casi con exclusividad a la investigación y la escritura. A mis queridas amigas Guille, Clarisa y Marcela por las horas de escucha y de sostén en este camino. A mi compañera Daniela por el tiempo de diálogo indignado. A Gabriela, por el asesoramiento en la escritura.

A mi papá, ser generoso entre los generosos. Su ejemplo es una guía para mi vida. Si existe el lugar donde habitan las almas, estoy segura de que la suya debe estar ahí, colmada de alegría por este logro.

Reservo un lugar especial para el agradecimiento a todas las familias que en la arena de la discapacidad libran batallas cotidianas por el reconocimiento de la dignidad y los derechos humanos de sus hijas e hijos. Gracias a todas las madres y padres que tan generosamente me abrieron sus puertas y me confiaron sus testimonios y sus emociones en cada entrevista. En la espera de no haber traicionado esa confianza, ojalá este libro les/nos sirva para reparar, de alguna manera, las experiencias dolorosas, porque “todas las penas pueden soportarse si las ponemos en una historia o contamos una historia acerca de ellas”, (Dinesen, en Arendt, 2009: 199).

Este libro está amorosamente dedicado a Camila, mi hija –y en ella a todas las niñas, niños y jóvenes, hijas e hijos de la lucha– por inspirar mis días y abrir caminos. Cami me ha alentado con todo su ser a transformar la indignación en reflexión y la resignación en acción.

Por último, espero que este trabajo contribuya de alguna forma a dar una vuelta de tuerca en la construcción de otra sociedad y otra escuela donde todas las personas podamos convivir con amor, equidad y justicia social.

Entre la resistencia, el amor y la esperanza

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