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RELACIÓN ENTRE LA EXTENSIÓN FORESTAL Y LA AGRÍCOLA
ОглавлениеLa extensión forestal y agrícola están relacionadas. La diferencia está basada en el objeto de intervención, por un lado el bosque nativo, las forestaciones, las foresto industrias y, por el otro, los cultivos agrícolas.
Algunos hablan de incluir la extensión forestal dentro de la extensión agrícola.
La extensión forestal tiene mucho en común con la extensión agrícola y se basa en una serie de principios similares. Sin embargo, la silvicultura plantea desafíos diferentes y tiene implicaciones distintas que la agricultura.
Las escalas cronológicas de ambas actividades son distintas; la mayor parte de las actividades forestales se realizan a largo plazo; por supuesto que no se divide en campañas anuales agrícolas y a menudo su evaluación debe tener en cuenta las generaciones humanas y sus beneficios son incluso intergeneracionales; la extensión forestal es una propuesta a largo plazo.
Aunque en cierto modo la situación está cambiando, la silvicultura se diferencia de la agricultura en los derechos sobre los recursos y en el régimen de tenencia; en el sector forestal es más frecuente que los recursos sean de propiedad pública o común. También los árboles pueden tener una situación jurídica especial en relación con otros cultivos (Hoskins, 1987).
Para muchos usuarios de los bosques, la actividad forestal no es una ocupación primera o a tiempo completo, sino una actividad secundaria importante o básica.
Con algunas destacadas excepciones, en general la actividad forestal se ejerce sobre productos y servicios de escaso valor (al menos en el actual sistema de valoración), y sus efectos sobre el PNB (producto nacional bruto) están habitualmente mucho peor contabilizados que en el caso de la agricultura.
Por último, la actividad forestal tiene que luchar con consideraciones ecológicas y de integración, en su mayor parte gestionando procesos y ecosistemas ecológicos en lugar de sustituirlos o reponerlos.
La extensión forestal como tal puede ser definida como un proceso de educación no formal que contribuye al desarrollo de las comunidades donde interviene, tratando de lograr que las personas, mediante el aprendizaje, analicen su situación de manera crítica y traten de mejorar sus condiciones de vida, a través de la incorporación de la actividad forestal en sus sistemas productivos como una forma de innovación.
Además, en muchos casos la extensión forestal ha tenido una historia diferente que la extensión agrícola. Sobre todo en el mundo en desarrollo, la extensión agrícola se ha considerado a menudo como “el brazo ejecutor del gobierno”. Los programas de extensión están destinados a ayudar a los agricultores a cumplir determinado objetivo nacional. La política y las actividades de extensión sirven para conseguir objetivos gubernamentales (Samy, 1995). En muchos casos, los gobiernos cuentan con una larga historia de fuertes inversiones en extensión agrícola.
En la mayor parte de los casos la ordenación de la propiedad forestal ha sido realizada directamente por empleados del gobierno o por concesionarios para los que no se preveía ninguna actividad de extensión.
Los servicios de extensión forestal han surgido solo recientemente, cuando empezó a aumentar la preocupación por la degradación de los bosques, a fin de promover la aplicación de la legislación y de los reglamentos.
El concepto de “extensión forestal como una ayuda a la población local para mejorar su nivel de vida mediante una ordenación sostenible de los recursos forestales y arbóreos” es más reciente.
En todas partes, la relación menos directa entre la extensión y el aumento de los ingresos nacionales ha hecho que los servicios de extensión forestal reciban menos fondos que los relacionados con la agricultura.
La extensión forestal es cualitativamente distinta de la extensión agrícola y, por lo tanto, requiere un enfoque distinto: “En los actuales métodos de extensión agrícola no está previsto incluir las cuestiones relacionadas con la situación jurídica especial de los árboles en relación con otros cultivos, el tiempo que tienen que esperar los agricultores antes de poder obtener los beneficios derivados de aquellos, el distinto ritmo estacional del trabajo y otras exigencias de los cultivos perennes frente a los anuales, ni tampoco el cambio en la disponibilidad de muchos árboles y productos arbóreos específicos de los que hasta ahora se ha dispuesto libremente” (Hoskins, 1987).
En segundo lugar, el juntar ambos sectores implicaría inevitablemente que la silvicultura fuera considerada aun en mayor medida el “pariente pobre” y recibiera una atención y un interés insuficientes.