Читать книгу Desafíos en la crianza - Mónica Brude - Страница 9
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La Organización Mundial de la salud, declaró en marzo del año 2020, una Pandemia, producida por el virus denominado Covid 19, o corona virus. Este virus de rápida propagación, ayudado por la globalización, ha llevado a los países y a ciudades enteras a tomar distintas medidas de acción y prevención en la Salud Pública, tendientes a controlar la diseminación de la enfermedad. Algunas de dichas medidas implementadas son:
1- Cuarentena: implica permanecer en el hogar y sólo salir por razones imprescindibles.
2- Distanciamiento entre personas: se debe mantener más de un metro y medio de distancia en la circulación pública.
3- Uso de tapabocas para nariz, boca y mentón: se implementa cuando se realizan salidas.
4- Incremento de medidas de higiene: tanto de las personas, (lavado de manos especialmente) como de los hogares, indumentaria, alimentos o cualquier artículo que ingrese a la vivienda.
Estas medidas han significado, una disrupción imprevista en el cotidiano vivir de las personas, afectando la vida emocional, la salud psico-física, los vínculos sociales y familiares, el desempeño del trabajo y la economía en general.
En la cuarentena las personas y familias han cerrado las puertas de sus hogares a todo tipo de actividades de carácter social. Fenómeno inédito, en este siglo: la pandemia, que obliga a que todos/as deban permanecer juntos o solos/as en sus casas. Observamos que el aislamiento forzado, responde a disposiciones gubernamentales de Salud Pública que lo indican para preservar la salud de la población.
En la salud psico-afectivo puede generar: inestabilidad anímica, ansiedad, desmotivación, depresión, sentimientos de soledad, angustia, hábitos insalubres (con el sueño; la alimentación; consumo de alcohol y/o drogas), conflictos vinculares (en la pareja conyugal o parental, en las relaciones laborales, con amigos, o con la familia).
En la salud física detectamos demoras en las consultas medicas ya sea por no estar habilitados los consultorios, o por temor al contagio del virus. Se evita concurrir a las guardias, hospitales o sanatorios. Esta situación puede generar el agravamiento de enfermedades pre- existentes. En el caso de los/as niños/as se ven interrumpidos los controles periódicos en salud, con las concomitantes dificultades que esto acarrea.
En la economía, hemos observado dificultades, de distinto orden: pérdida de empleos, disminución de ingresos, cambios en el modo de desarrollar las actividades (ej.: implementación del modo digital). Estos cambios, a su vez, pueden ser generadores de desequilibrios emocionales familiares y/o personales.
En este tiempo de pandemia se ha suspendido la actividad escolar presencial, las salidas, las visitas a las familias, los encuentros con amigos, los deportes. Los jardines de infantes, las escuelas primarias y secundarias y las universidades han creado plataformas o clases virtuales.
La tecnología digital, se ha abierto a todo tipo de vinculaciones: encuentros familiares por Zoom, chateo con amigos y familias, juegos en redes, clases virtuales de todo tipo.
Ha surgido un miedo generalizado a contraer la enfermedad producida por el virus. La suspensión temporaria de proyectos genera incertidumbre y perplejidad frente a un futuro incierto.
Este desconcierto y miedo a enfermar (provocado por el Covid 19) ha generado en las familias fenómenos de diversa índole: para algunos, frente a un afuera amenazante, el hogar se ha transformado en un lugar seguro; para otros dicho hogar es generador de tensiones y aumento de situaciones conflictivas. Observamos a través de las consultas virtuales mayor inquietud y oscilaciones del estado de ánimo en cada integrante de la familia. Al pasar tanto tiempo juntos, a veces en espacios reducidos, se incrementan los roces por cualquier disputa o diferencia. Puede ocurrir en la pareja, como también entre hermanos/as, o en cualquier otro vínculo. Observamos mayor irritabilidad del carácter, con peleas frecuentes. Padres/madres, se sienten emocionalmente sobrepasados, además del temor a enfermar; no se cuenta con ayudas para tareas hogareñas o para el cuidado de los/as niños/as; se enfrentan a dificultades económicas generadas por no poder salir a trabajar, o por tener que trabajar desde la casa (en aquellos/as que sus trabajos se los permite). Se ha perdido la privacidad, todos/as deben permanecer juntos en el hogar. Esta situación puede incrementar sentimientos de confusión, de agobio o malestar de diverso tipo. A veces no se cuenta con lugares que les permitan aislarse o replegarse ante algún fastidio o necesidad.
El compartir en familia o en pareja, en tiempos de pandemia, pone a prueba los vínculos: se pueden agudizar viejos conflictos o se puede lograr un nuevo equilibrio de mayor tranquilidad, en la medida que se recupera un tiempo para la familia o un tiempo personal, al no tener que salir a responder a las exigencias del mundo externo. Pero lo cierto es que cuando hay niños/as pequeños y/o adolescentes, los padres/madres se sienten más demandados.
Se plantea una nueva situación existencial: “permanecer encerrados”, como una defensa frente a la amenaza externa, que podría implicar enfermedad y/o muerte.
Este hecho de tener que defender la vida, pone sobre la mesa, diversas cuestiones: cambia la cotidianeidad; se suspenden proyectos personales y se ponen entre paréntesis libertades individuales en función de un bien común como es la salud pública. Esta situación, va a generar una multiplicidad de conflictos que serán más agudos o más tenues en función de las características de personalidad de cada persona. A su vez, las familias plantearan cuestiones distintas según tengan hijos/as pequeños/as, de edad escolar o adolescentes.
Diversas investigaciones realizadas en los últimos tiempos y en distintos países, dan cuenta que los principales cuadros que se presentan en las cuarentenas son: depresión, adicciones, crisis de ansiedad con correlatos tales como dificultades para dormir, trastornos alimentarios y de conducta. Dichos cuadros pueden ser efecto del estrés post traumático que genera el aislamiento prolongado y obligatorio. También se puede ver incrementada la violencia familiar y diversos hábitos insalubres: actos compulsivos, síntomas obsesivos, pensamientos mágicos etc.
La depresión se atribuye entre otros factores a la sensación de soledad, hastío, desesperanza y falta de proyectos que se experimenta durante un largo periodo de aislamiento o privación de recursos afectivos o materiales. Dicho aislamiento, no es voluntario, es generado por disposiciones de Salud Publica frente a la Pandemia.
La crisis de ansiedad es otro cuadro que puede aparecer en el contexto de la pandemia. Son diversas las causas que la pueden provocar, relacionadas a factores tales como: incertidumbre laboral, características de personalidad; irritabilidad asociada a dificultades en el manejo del tiempo y el espacio; a temores al contagio o temor a la reacción social y vergüenza por padecer la enfermedad. También el contacto con los medios de comunicación genera ansiedad ya que replican en forma continua información sobre la enfermedad y las consecuencias que produce, tanto en lo económico como en lo social. Dicha información no siempre es veraz, propiciada en algunas ocasiones, por comentaristas no especializados en los temas que refieren.
Las personas con enfermedades mentales pre- existentes son especialmente susceptibles a correr mayores riesgos.
Preguntas y diálogos entre el pediatra y la psicóloga
Pregunta: ¿Afecta a los/as niños/as la cuarentena?
Dr. Rempel: si. El modo como los/as afecte dependerá de la edad que tengan. Los/as más pequeños/as, hasta los dos años aproximadamente, suelen estar irritables, por carecer de espacios diversos para deambular, desarrollar su motricidad y por el clima emocional que se pueda estar viviendo en lo intrafamiliar, aspectos que desarrollará la psicóloga.
Lic. Brude: coincido con el Dr., que los/as más pequeños/as, hasta los dos años, además de estar irritables, pueden regresar a comportamiento evolutivos que ya habían superado, lo que solemos denominar regresiones a etapas anteriores del desarrollo. Perciben en el entorno, ansiedad, temores y angustias que les pueden generar mayor apego a la mamá en especial, o también al papá. Cuando aún no han adquirido el lenguaje, suelen estar más molestos/as pueden presentar alteraciones del sueño y del apetito.
Dr. Rempel: a partir de los tres años, la cuarentena limita a los/as niños/as las posibilidades de desarrollar sus impulsos motrices, el aprendizaje y la socialización con sus pares. Aunque las instituciones educativas estimulan la vinculación virtual, en niños/as pequeños/as se torna difícil de asimilar, no así en los/as más grandes que pueden participar con más compromiso. Cuando existen hermanos/as, hay que fomentar y estimular el vínculo entre ellos/as: cooperación, aprendizaje de tareas, juegos y todo tipo de actividad física que se pueda desplegar en la casa, o en ámbitos pequeños.
Lic. Brude: los/as niños/as mayores de tres años, que ya han adquirido el lenguaje, pueden recibir información y expresar lo que les ocurre, sus vivencias acera de la cuarentena o por la existencia del virus. Pueden verbalizar temores, angustias e interrogantes y así mismo expresar sentimientos con más claridad. Es necesario que los/as padres/madres acompañen y compartan con sus hijos/as esta situación de excepción que vivimos, ayudándose mutuamente a canalizar de la mejor manera, el malestar que produce y verbalizarlo. La contención, la estimulación a armar proyectos y actividades dentro del hogar y de las posibilidades de cada niño/a son muy necesarias. Estimular, en tal sentido, a un ocio creativo que dé lugar a fantasías, nuevos juegos con la posibilidad de incluir al grupo familiar. Hay que estar atentos, en las familias, a generar nuevos recursos de vinculación y recreación.
Cuando el clima familiar es hostil y de fastidio, los niños/as reproducen lo que viven. Pueden surgir, síntomas transitorios diversos, temores a salir a la calle; ansiedad oral que puede manifestarse con mayor ingesta de alimentos o pueden perder el apetito; rituales obsesivos de control del orden, frente a lo que se vive como caos y peligro externo; intolerancia o sensibilidad máxima frente a los ruidos, el desorden etc.
Dr. Rempel: es importante la cooperación y distribución de las tareas de la casa, entre los miembros de la familia. Redunda en beneficio de todos/as y especialmente enriquece a los /as hijos/as el ver que son capaces de llevarlas adelante. Fomentar reconocimientos mutuos en el grupo familiar es un estimulo y permite valorar lo que cada uno puede hacer.
Dr. Rempel: es importante en los/as púberes y adolescentes poder generar alguna rutina que les permita tener un tiempo organizado, dado el caos interior y exterior que viven propio de su etapa evolutiva. Al suspenderse, sus actividades escolares, deportivas y sociales, sienten mucha inquietud que suele complicar la convivencia con la familia. Canalizan su ansiedad, comiendo fuera de horas, en forma inadecuada, alteran el ritmo de sueño, ya que suelen permanecer despiertos/as hasta altas horas de la madrugada conectados a sus celulares o pantallas. Esta situación, puede enmascarar cuadros de insomnio o depresión.
También en el caso de los/as joven es recomendable incluirlos en las actividades propias de la casa: limpieza, cocina, etc. Y al mismo tiempo, poder organizar juegos en familia, como también alguna actividad física, que facilite cierta descarga motriz (ej.: correr, bailar, caminar por la casa, saltar con soga o sin ella, juegos de mesa, etc.). Esta situación, puede facilitar que se descubran, también, nuevas habilidades o recursos que se desconocían (ejs.: afinidad a algún instrumento musical, al gusto por la cocina, al canto, a diversas expresiones artísticas como: dibujo, pintura, escritura, poesía etc.) De este modo se facilita la construcción de un sentimiento de pertenencia grupal.
Lic Brude: en los/as adolescentes, la situación de cuarentena, en los primeros tiempos, facilitó una tendencia característica y propia de los/as jóvenes: permanecer aislados en su habitación (cuando la tienen) “su cuarto es su refugio”. Allí permanecen conectados al celular o a cualquier tipo de pantalla que les permita jugar en línea, conectarse con sus amigos/as, y disfrutar de no ir a la escuela. En un segundo momento, observé que en la medida que la cuarentena, se extendía en el tiempo, comenzaron las transgresiones a ella. También es una situación que se produce, apoyada en una característica propia de la adolescencia como la rebeldía y la omnipotencia. Tienen la creencia que a ellos/as no les puede pasar nada.
Pregunta: Cómo tratar el temor al “afuera”?
Dr. Rempel: hay un peligro en el afuera que se llama Corona Virus. Hay que explicarle a los/as niños/as que se trata de un bichito invisible que produce enfermedades. Es importante acompañar a nuestros/as hijos/as, tratando de explicarles lo que significa la cuarentena: es el hecho de permanecer en las casas como medida de protección para evitar que dicho bichito nos enferme a nosotros y a las demás personas. También explicar que esta situación se va a superar cuando los/las médicos/as descubran remedios y/o vacunas que curen esta enfermedad.
Los miedos suelen ser una consulta frecuente que hacen los/las padres/madres, cuando tienen niños/as entre seis y nueve años. Refieren temor a la oscuridad, a salir a la calle, a permanecer solos en ciertos ambientes,
Lic. Brude: el temor al afuera se presenta irremediablemente, ya que se señala que hay peligro de contagio por un Virus que existe, no se ve y se marca su peligrosidad. Habrá que conocer cuáles son sus características. Buscar ayuda y orientación en los especialistas sería lo más indicado.
Pregunta:¿Se podrá evitar ver al otro como una amenaza?
Lic. Brude: la presencia del otro/a, visualizado como amenazante en el exterior, es una situación muy compleja. La existencia de barbijos, mascaras, evitación de cercanía, facilitan el incremento de temores frente al no reconocimiento de los rostros. Más aún que el tapar el rostro, se asocia a situaciones de delincuencia o como dirían los/as niños/as: “malvados, villanos o bandidos”. Va a depender de la edad los /as niños, cuanto más pequeños más dificultad, ya que los/as más grandes pueden entenderlo como un juego. Para los/as adolescentes, que transitan su crisis de identidad, también puede resultar una situación que los confunda y despierte más temores.
Pregunta: Que se debe tener en cuenta para una alimentación saludable en la cuarentena?
Dr. Rempel: Los/as adultos deben promover, dentro de lo posible, el consumo variado de: frutas, verduras, carnes, pescados, harinas, cereales, legumbres etc. Se comprende que al estar limitadas las salidas para compras a veces se cocina con los ingredientes que hay en la casa. Un recurso nutritivo y de bajo costo, es el consumo de huevos. Sugiero ingerir un huevo por día, tanto en adultos como en niños/as mayores de dos años. Es de fácil cocción y aporta buena calidad de proteínas y lípidos.
La alimentación en tiempos de cuarentena, es un desafío interesante, ya que permite descubrir habilidades culinarias desconocidas en cada integrante del grupo. Pueden surgir, especialistas en postres, en salsas o en ciertos platos especiales.
Lic. Brude: también, desde el punto de vista psicológico, es bueno mantener una rutina y un horario familiar para realizar las comidas ya que es un momento para poder compartir, especialmente el almuerzo y la cena de ser posible.
Pregunta: ¿Es importante cuidar la calidad y el equilibrio alimentario?
Dr. Rempel: si, es importante porque los/as niños/as están en crecimiento, al igual que los/as adolescentes, por lo tanto necesitan nutrientes variados que colaboren con este proceso. Habrá que desarrollar cierto arte culinario, en el sentido de brindarles, las vitaminas, minerales y proteínas necesarias de un modo que les resulte apetecible: por ejemplo, si no quiere consumir leche, habrá que ofrecerle algo que le guste y contenga lácteos: flanes, quesos, cremas, salsa blanca, arroz con leche etc.
Lic. Brude: es importante, como dice el Dr. mantener un equilibrio alimentario, aunque a veces es difícil de sostener, si no se puede salir a comprar los alimentos o no se dispone de ellos. Hay que estar atentos a los desequilibrios porque pueden estar expresando conflictos psicológicos, Atenderlos a tiempo podrá evitar mayores dificultades futuras.
Pregunta:¿Que se hace con los horarios, en la cuarentena?
Lic. Brude: los horarios, en la situación de aislamiento, se vuelven más laxos. Es bueno permitir, cierta flexibilidad, pero al mismo tiempo garantizar, como progenitores, ciertas rutinas.
Dr. Rempel: Coincido con la Licenciada. Los límites en general, dan un marco de contención y organizan la vida de la familia, especialmente los referidos a horarios y actividades.
Pregunta: ¿Es importante organizar actividades en la cuarentena?
Lic. Brude: si, es importante organizar actividades de distinto tipo: recreativas, formativas etc. Estimularlos a que puedan salir por momentos de esa “nada que avanza”, entendida como la postergación y/o la paralización en la concreción de proyectos que antes se tenía.
Dr. Rempel: propongo para facilitar la convivencia, generar espacios de reunión familiar, mirando fotos o videos que reproduzcan, rescaten y jerarquicen la historia familiar. Contar cuentos o historias etc. facilita salir de monotonías o momentos de soledad y vacio de cada integrante del grupo.
Pregunta: ¿es cierto que los hombres están más incómodos con las tareas del hogar?
Lic. Brude: va a depender de cada grupo familiar y de la distribución de roles y funciones que hayan llevado adelante en otros momentos: por ejemplo, si la madre y el padre trabajan fuera del hogar es probable que haya una distribución de tareas más histórica y habitual. Distinta es la situación cuando resulta ser la mamá la que se ha ocupado siempre de la organización y tareas de la casa.
De todos modos, al estar en cuarentena y permanecer todos/as en el hogar la situación se complica, se suele sobrecargar el rol femenino y se hace necesaria una distribución más justa de tareas y funciones.
Dr. Rempel: respecto a las tareas que el hombre realiza en la casa, en la estructura familiar, se puede producir un choque cultural según las generaciones de que se trate, según como se haya encarado este tema y según la cultura de la cual provenga. Históricamente, los hombres estuvieron ajenos a dichas tareas hogareñas y de crianza de los/as hijos/as. Por ejemplo, hasta hace 50 años no era habitual, ni era bien visto por sus pares que un hombre cambiara pañales, atendiera a su hijo/a, o que se dedicara a quehaceres domésticos. Hoy es una situación más compartida por padres/madres y muchos hombres han descubierto placer al realizar estas tareas.
Pregunta: ¿Qué pasa con los padres/hombres todo el día en la casa?
Lic. Brude: si tienen trabajo virtual en la casa, pueden sentirse más aliviados. También pueden sentirse más ansiosos o angustiados, o resistentes a colaborar con las actividades hogareñas
Pregunta: ¿Qué pasa con las madres/mujeres todo el día en la casa?
Lic. Brude: Pueden sentirse sobrecargadas, por las tareas que requiere la organización de la casa; por tener que responder al trabajo virtual si lo tuvieran, y además responder a las demandas de los hijos/as ya que tienen que orientarlos y estar presentes para que los/as niños/as/ adolescentes hagan las tareas escolares.
Pregunta: que pasa con las mascotas, en la cuarentena?
Lic.Brude: las mascotas, también demandan más trabajo, ya sea por las condiciones de mayor higiene que se requiere al sacarlas, como por la atención en el hogar. Pero al mismo tiempo, son un importante factor para canalizar afectos y juegos con los niños/as/adolescentes y también con los adultos.
Pregunta: ¿Cómo manejar la irritabilidad que puede producir estar todos juntos o amontonados?
Lic. Brude: es importante, frente a la irritabilidad de algún integrante del grupo familiar, que otro este más tranquilo, para facilitar la descarga emocional: así, uno por vez, se puede contener y facilitar dicha descarga de quien lo necesite, ya que la situación de encierro y limitación de ciertas libertades, produce diversas alteraciones emocionales. Pueden aparecer conductas atípicas.
Pregunta: Que pasa, con la intimidad de cada uno/a cuando están todos/as juntos en la casa (en la cuarentena), es posible mantenerla?
Lic. Brude: es una situación difícil de mantener, sobre todo si no se cuenta con diversidad de ambientes en la vivienda. Pero es saludable tratar de generarla de algún modo, por ejemplo: alternando los espacios. Es importante que el espacio más privado que se disponga en la casa, pueda ser utilizado por cada integrante del grupo familiar para que, por momentos, se logre estar en privacidad, haciendo lo que necesite o desee: será trabajar a través de la tecnología, estudiar o conectarse con clases on line, recrearse en forma virtual, o con los recursos que se disponga, conectarse con el mundo exterior o con amigos y/o familiares etc.
Así como es importante, el espacio y tiempo privado para c/integrante de la familia, lo es también, para la pareja y los hermanos/as si los hubiera.
Pregunta: ¿Qué pasa con la sexualidad en la cuarentena?
Lic. Brude: Si se trata de la sexualidad del padre/madre, se deberán generar las condiciones para lograr privacidad. Las características de la casa, su tamaño y distribución de los ambientes, pueden facilitar o no dicha privacidad. Otro factor que incide para lograr cierta intimidad son los horarios de sueño, de cada integrante del grupo. También, en el caso de hijos/as adolescentes o jóvenes adultos, es importante la generación y el respeto por los momentos de intimidad que requieran, frente a la imposibilidad de salir. El recurso virtual y las prácticas auto eróticas facilitan la descarga libidinal.
Pregunta: ¿Existe la depresión en los/as niños/as?¿ Cómo se manifiesta?
Lic. Brude: si existe. Puede surgir con diversas modalidades: presentar síntomas claros de apatía, desgano, tristeza, angustia. O manifestarse con síntomas encubiertos: trastorno del sueño, ansiedad por la comida, irritabilidad del carácter, intolerancia, etc. Habrá que tener en cuenta la personalidad previa de cada niño/a, para considerar la transitoriedad de los síntomas y su evolución producto del aislamiento, o la gravedad de los mismos.
Dr. Rempel: he observado en las consultas telefónicas o virtuales, que los/as padres/madres refieren que sus hijos/as de edades que oscilan entre tres y doce años, presentan cuadros de irritabilidad, trastornos para conciliar el sueño, incremento de miedos, trastornos en la alimentación. Frente a estas situaciones, sugiero aumentar el diálogo en la familia, para que se sientan más comprendidos, contenidos y puedan expresar lo que les pasa. Si la situación planteada no se resuelve, sugiero consulta psicológica.
Pregunta: ¿Quiénes sufren más la cuarentena, los/as niños/as, los/as adolescentes o los adultos?
Lic. Brude: considero, que cada uno la sufre de distinta manera y que a su vez, trae también ciertos beneficios psicológicos secundarios, en la medida que el factor económico de la familia no afecte en forma primordial al grupo.
He observado, como beneficio secundario, que al principio de la cuarentena, cuando las empresas o el estado continuaba pagando los sueldos, los/as adultos podían vivirla como unas vacaciones extendidas o la posibilidad de permanecer más en la casa o compartiendo la vida familiar. Para los/as niños como ya señalé, dependerá de la edad que tengan, pero en parte recuperan más tiempo con el papá y la mamá, que en circunstancias habituales, en el día, cada uno estaba en su actividad. Para los/as adolescentes, el aspecto más beneficioso, que pueden sentir, es no tener horarios estrictos (ej,: ir a la escuela) lo que les permite acostarse más tarde, dormir más o levantarse a cualquier hora. También pueden permanecer por horas, en su cuarto (si es que lo tienen) aislados, con todo tipo de pantallas, viendo series, películas, jugando con sus amigos.
Pregunta: La cuarentena puede tener efectos nocivos?
Dr. Rempel: si, la cuarentena puede tener efectos nocivos directos agravando síntomas y/o enfermedades previas o generando nuevos cuadros clínicos. La falta de ejercicio, por ejemplo, incrementa el sedentarismo, que puede llevar a la adopción de hábitos poco saludables, de mayores ingestas o mala alimentación que dispare problemáticas relacionadas con sobrepeso, obesidad. El encierro y la falta de actividades al aire libre puede generar, también, carencia de vitamina D (vinculada a falta de luz solar). Los trastornos en la alimentación pueden, así mismo, generar déficit en los niveles adecuados de vitaminas y minerales imprescindibles para el crecimiento y desarrollo.
El exceso en el consumo de grasas y frituras no es recomendable, además, si se le suma un sedentarismo extremo se podrían producir altos niveles de triglicéridos y colesterol. La consulta pediátrica, deberá evaluar y sugerir nuevos planes de alimentación y tratamientos que compensen este déficit.
También el exceso de uso de “pantallas” puede producir tanto desórdenes alimenticios, como trastornos del sueño, problemas oftalmológicos y neurológicos.
Lic. Brude: coincido con el Dr., en que la cuarentena puede tener efectos nocivos, en este caso psicológicos. Puede producir un incremento de anteriores conflictos o generar nuevos:
Los/as niños/as y los/as adolescentes, pueden presentar problemáticas psicológicas que oscilen entre cuadros leves a severos. Hay una serie de factores que inciden: falta de interacción con sus pares; convivencia con padres ocupados en sus trabajos y también desbordados por la situación; pérdida de contactos con abuelos/as y familiares; falta de actividades deportivas y/o recreativas. La falta o dificultad de acceso a servicios de salud mental y/o consultorios psicológicos puede agravar los cuadros, como también la resistencia a incorporar la modalidad virtual de consulta. El panorama de los/as niños/as y jóvenes es aún más complejo si viven en hogares disfuncionales y sufren de maltratos y abusos.
Hay que considerar que se puede producir un incremento de la violencia hacia mujeres y niños/as y/o violencia intrafamiliar, situación que estaá facilitada por los contextos de aislamiento, por las tensiones que genera la pandemia y la cuarentena, además de las patologías previas.
Dr. Rempel: es importante poner de manifiesto que la salud física y la salud mental no pueden ser consideradas como aspectos independientes, ya que las patologías emocionales inciden también en el sistema inmunológico. La soledad y el aislamiento también ha sido asociada con mayores riesgos de enfermedad y mortalidad. La cita latina: “Mens sana in corpore sano”, sintetiza el concepto de integración.
Pregunta: Algunas de las medidas implementadas como el lavado de manos constante, tapaboca, aislamiento pueden afectan el comportamiento de los/as niños/as?
Lic. Brude: si, se pueden generar síntomas transitorios, o agudizar otros pre- existentes. El distanciamiento social, la suspensión de actividades, las recomendaciones de higiene, el uso de mascarilla, son recursos que pueden incrementar el temor a la enfermedad propia y de las personas del mundo afectivo de cada uno/a. También, se pueden intensificar miedos, comportamientos compulsivos, rituales obsesivos etc.
En la práctica clínica/virtual, he observado que las medidas de aislamiento generan alteraciones de la salud y el equilibrio emocional de considerable extensión y severidad, tanto en personas adultas como en niños/as y adolescentes, ya sea con o sin antecedentes previos,
Pregunta: Frente a las alteraciones que produce la cuarentena, como puede ayudar la psicología?
Lic. Brude: la psicología puede ayudar y mucho. La psicoterapia, cuenta con recursos terapéuticos adecuados. Las terapias focales, permiten trabajar en la emergencia. Facilitan, a través del diagnóstico situacional, resolver los desordenes que puedan presentarse, tanto en adultos como en niños/as y/o adolescentes. Hay que considerar que muchas personas no buscan tratamiento psicoterapéutico aún padeciendo trastornos. Además quienes lo desearían no siempre tienen acceso a ellos, por falta de disponibilidad de los mismos, de recursos económicos o de cobertura médica, dificultades que se agravan en un contexto de crisis económica. También se puede señalar que aún, para quien busca y accede a un tratamiento, no está garantizado el éxito del mismo ya que hay múltiples factores en juego en cada conflicto. Pero sí, seguramente, se podrá contener y aliviar cierto sufrimiento.