Читать книгу Heridas de pasión - Montserrat García Pino - Страница 17

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APRENDER A VIVIR


Una vez aprendí,

que las nubes algodonosas,

no sujetan el peso de nadie

y que mirarte en el reflejo del río,

puede deformar tu imagen.

Una vez aprendí,

que en los días grises,

también ocurren cosas buenas,

que aunque la tormenta te asuste,

siempre habrá unos brazos, que te

duerman.

Y también aprendí,

que la soledad no es ningún fracaso,

que caminar solo a veces,

es parte de tu espacio.

Aprendí tantas cosas

y aprendí tan despacio,

que la vida no es un sueño,

si no sueño con tus brazos.

Heridas de pasión

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