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CAPÍTULO CINCO

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Por primera vez en mucho tiempo, Scarlet llegó temprano a la escuela. Los salones estaban vacíos y, mientras Scarlet caminaba hacia su casillero, parecía un pueblo fantasma. Estaba acostumbrada a llegar tarde y a que estuviera todo lleno, pero hoy, después de tener esa pesadilla, se sentía demasiado inquieta y no podía quedarse  sentada en su casa y esperar. También había revisado su Facebook y Twitter y había visto la ridícula cantidad de actividad por todo lo que Vivian y sus amigas habían publicado acerca de ella, y le preocupó cómo la escuela podría reaccionar; sintió que llegar temprano podría ayudarla a protegerse para lo que vendría. Al menos al estar temprano, se sentía un poco más preparada.

Aunque, por supuesto, sabía que no le serviría de nada. Pronto los salones se llenarían con una abrumadora cantidad de niños, y se reunirían en grupos más numerosos que ella, y la mirarían y susurrarían entre si. Incluyendo, tal vez, a Blake. Se preguntó qué le habría dicho a todo el mundo de su cita. ¿Les dijo todo lo que había pasado? ¿Qué ella era una especie de monstruo?

La idea le disgustaba, y no había desayunado esa mañana. Tendría que enfrentarse a todo lo que estarían diciendo, y se preguntó cuántos cientos de niños habían estado siguiendo los posts-y qué pensarían. Una parte de ella quería acurrucarse y morir, huir y dejar esta ciudad, y no volver nunca más.

Pero sabía que no era una opción, lo mejor era simplemente ser valiente y acabar con eso de una vez.

Al abrir su casillero y recoger sus libros para el día, se dio cuenta de lo atrasada que  estaba con todas sus tareas. Eso también era algo nuevo en ella. Los dos últimos días habían sido muy intensos, todo había sido muy diferente, como nunca antes. Para empeorar las cosas, estaba entrecerrando los ojos a la luz de la mañana que entraba por las ventanas, y se dio cuenta que tenía un terrible dolor de cabeza como nunca antes había tenido. Se tapó los ojos en un pasillo brillante, y se preguntó de nuevo si le estaba pasando algo malo. ¿Todavía estaba enferma, o qué?

Vio sus viejos anteojos de sol en el estante superior de su casillero, y tuvo la tentación de tomarlos ponérselos en el interior durante el día. Pero así sólo atraería la atención más negativa.

Como una ola de mar, las salas comenzaron a llenarse de chicos que llegaban de todas direcciones. Echó un vistazo a su teléfono y se dio cuenta que su primera clase comenzaría en unos pocos minutos. Respiró hondo y cerró su casillero.

En su teléfono no había nuevos mensajes, y de nuevo pensó en Blake, en lo que había ocurrido el día anterior. En como había huido. Se preguntó lo que él le habría dicho a los demás. ¿Realmente había dicho todas esas cosas tan malvadas? ¿Que la había cortado? ¿O Vivian lo había inventado todo? ¿Qué pensaba Blake de ella? ¿Y por qué no había contestado a ninguno de sus mensajes?

Por supuesto, su silencio era una respuesta. Que estaba asustado y ya no le interesaba. Pero, mientras revisaba una vez más su teléfono, por si acaso, deseaba que él respondería aunque sea sólo para decir que no estaba interesado en ella. Odiaba su silencio.

Como si todo eso no fuera suficiente, tampoco podía dejar de pensar en Sage. El encuentro con él frente a su casa había sido muy misterioso. Se arrepentía de haberse  alejado, y le hubiera gustado tener un poco más de tiempo para hablar con él y hacerle más preguntas. Su sueño la había asustado, sin embargo, no podía entender por qué lo tenía en la mente, incluso más que a Blake.

Se sentía muy confundida. Con Blake, era como si conscientemente pensara en él; con Sage, era como si no pudiera evitarlo, pensaba en él lo quisiera o no, y no lograba  entender la razón de sus sentimientos por él. Eta extraño, pero a pesar de que desde hacía años conocía a Blake, se sentía más cerca de Sage. Lo que más le molestaba era que nada tenía ningún sentido. Detestaba no poder entender, especialmente cuando se trataba de amor.

"Oh, Dios mío, ¿Scarlet?”, escuchó la voz.

Al cerrar su casillero vio a Maria quien la miraba como si fuera una celebridad infame.

“¡Nunca llegas temprano! ¡Te envié como un millón de mensajes anoche! ¿Qué pasó? ¿Dónde estabas? ¿Estás bien? "

Scarlet sintió una punzada de remordimiento; había estado demasiado abrumada  para responder a sus mensajes. También, sintió algo de nerviosismo al estar junto a  María, dado los sentimientos de su amiga por Sage. Después de todo, María dejó en claro que estaba obsesionada con Sage. Si se enteraba de que Scarlet había hablado con él la noche anterior, y frente a su casa, temía que Maria se molestase mucho. Cuando se trataba de chicos, María era muy  posesiva y territorial. Siempre creía que todo aquel en quien pusiera sus ojos era suyo, ya sea la persona supiera o no de su existencia. Y si alguien se le ponía tantito en el camino, se convertía inmediatamente en su enemigo. Podía ser así de rencorosa, y ella nunca perdonaba ni olvidaba. Era ese tipo de persona: eras su su amiga más cercana, o su peor enemigo.

"Lo siento", respondió Scarlet. "Me dormí temprano. No me sentía bien. Y no podía estar viendo todo el asunto de Facebook.”

"Dios mío, la odio", dijo María. "Vivian. Es una víbora. ¿Quién se cree? Publiqué en su muro y en el de sus amigas también. Las puse en su lugar por lastimarte así.”

Scarlet se sintió muy agradecida con Maria -lo que la hizo sentirse aún más culpable por haber hablado con Sage. Habría querido decirle, explicarle lo que había sucedido con Sage, pero ella misma no entendía realmente lo que había pasado. Y temía que si se lo mencionara, María se enojaría a lo grande.

"Eres la mejor", dijo Scarlet, como mientras, en agradecimiento, pasaba un brazo alrededor de Maria.

Las dos caminaron una junto a la otra por los pasillos, que se llenaban rápidamente; el ruido era cada vez más fuerte mientras caminaban hacia el otro extremo de la escuela para su primera clase juntas.

"Quiero decir, qué coraje tiene", dijo María. "En primer lugar, te roba a tu chico. Luego, lo publica todo. Se siente amenazada. Y celosa. Sabe que eres mejor.”

Scarlet se sintió un poco mejor, pero sintió una punzada de tristeza ante la idea de perder a Blake. Especialmente de esa manera. Lo único que quería era una oportunidad para explicarle a Blake, para decirle que lo que sea que había pasado en el río, ésa no era ella. Pero no sabía cómo podría explicárselo. ¿Qué podía decirle? Creía que se lo había dicho lo suficientemente bien en su texto. Y él no había respondido.

"Hola chicos", se escuchó la voz.

Caminando junto a ellas estaban Jasmin y Becca. Scarlet sintió que se le quedaban mirando y estaba empezando a sentirse paranoica con toda la atención que estaba recibiendo.

"Hola", dijo Scarlet, mientras caminaban todas juntas, como un pequeño grupo por los pasillos. “¿Así que vas a tenernos en suspenso?", Jasmin preguntó. "¿Qué pasó con Blake?"

Scarlet podía sentir los ojos en ella, y se puso nerviosa. Mientras caminaban, también notó las miradas de todos los chicos. Quería pensar que se estaba poniendo paranoica, pero sabía que no. Era evidente que un montón de gente la estaba observando, mirándola de lado, como si fuera una especie de monstruo. Se preguntó cuántos chicos habían estado en línea y leído todas las publicaciones, y qué creyeron de todo el asunto. ¿Iba a ser conocida como la chica que Blake abandonó? ¿Quién perdió a Blake por Vivian? Ardía de furia con solo pensar en ello.

"¿Es verdad?", Becca preguntó. "¿De verdad te dejó?"

"Si lo hizo", dijo Jasmin, "sólo dinos, y nos vamos de su muro de Facebook."

"Gracias a todas", dijo Scarlet. Pensó en cómo responder mejor. Realmente no sabía cómo explicárselos.

"¿Y?" María la presionó. "¿De verdad no vas a decirnos?"

Scarlet se encogió de hombros.

"No sé qué decir. Realmente no hay nada que contar. Bajamos hasta el río, y como  que … “ Ella hizo una pausa, decidiendo cómo expresarlo. "… Blake me besó."

"¿Y?" Jasmin la presionó. “¡Nos estás matando con el suspenso!"

Scarlet se encogió de hombros.

"Eso es todo. Realmente no sucedió nada. Quiero decir, me gusta. Todavía me gusta. Pero … me fui. Quiero decir, me empecé a sentir muy enferma, así que tuve que irme, como de repente.”

"¿Qué quieres decir enferma?", preguntó Becca.

“Como que mi estómago comenzó a matarme," ella mintió, sin saber qué más decir. "Y tenía un fuerte dolor de cabeza." Al menos era parcialmente cierto, pensó. "Creo que todavía estaba enferma del otro día. Así que me fui corriendo de allí. Mal momento, supongo.”

“¿Entonces Blake te trajo de vuelta? ¿O fue un idiota total ", preguntó? Jasmin.

Scarlet se encogió de hombros.

"No es su culpa. Realmente no le di tiempo para reaccionar, supongo. Yo me fui enseguida. Me sentí mal por irme de esa manera. Quería explicárselo. Pero él nunca respondió mi mensaje.”

"¡Qué idiota!”, dijo María.

“Es un perdedor", agregó Jasmin. "En serio. Te sentiste enferma y qué, ¿entonces  no responde tus mensajes? ¿Qué le pasa? Estabas enferma. Gran cosa. Digo ¿entonces no te va a dar la oportunidad de que le expliques?”

"Totalmente", María intervino. "Y entonces, qué,  ¿sale corriendo para ir con  Vivian, y te deja por ella? ¿Solo porque estabas enferma? ¿Cuál es su problema? Él no te merece. Es lo mejor que te pudo pasar.”

Scarlet agradecía todo su apoyo, y la hizo sentirse mejor. No lo había pensado de esa manera. Supuso que había sido muy dura con ella. Cuanto más lo pensaba, más se daba cuenta de que tenían razón. Quizás Blake debería haber sido más amable; tal vez debería haber ido tras ella, y preguntarle cómo se sentía; tal vez no debería haber corrido tan rápidamente con Vivian.

Pero ¿lo había hecho? ¿O Vivian lo había inventado?

"Gracias chicas", dijo. "Realmente lo aprecio. Aunque la verdad no sé qué pasó después. No sé si él regresó con Vivian o si simplemente ella lo inventó todo.”

“¿Así que supongo que no vas con él al baile?", María le preguntó. “¿entonces con quién vas a ir? ¿O no vas? ", preguntó, alzando la voz, como si eso fuera la cosa más horrible del mundo.

Scarlet se encogió de hombros. Ese baile estúpido no podría haber llegado en peor momento. No sabía qué decir.

"Dudo que Blake me lleve," ella respondió. “E ir sola …".

Por un momento, Scarlet no podía dejar de pensar en Sage. Se dio cuenta de lo mucho que le gustaría ir con él. No sabía por qué. Tenía su cara pegada en la cabeza.

Al mismo tiempo, pensó en María, qué pensaría, ir con Sage sería como una traición. Rápidamente trató de sacarlo de su mente.

"Si no voy, no voy", dijo finalmente. "Está bien. Tal vez el año que viene.”

“Esta noche, hay una gran fiesta previa al partido de en la casa de Jake Wilson. Sus padres están fuera. Todos vamos a ir. Tienes que venir. Tal vez encuentres allí a alguien con quien ir.”

Scarlet tragó saliva. Escaparse y buscar a alguien con quien ir esa noche era lo último que quería hacer.

“Pues, no te sientas mal", dijo María. "Yo tampoco tengo con quien ir."

“¿Y qué pasó con Brian?" Jasmin le preguntó.

"Terminamos, ¿recuerdas?", ella respondió.

"Pero él no está saliendo con nadie."

María se encogió de hombros. "Él no me preguntó. Y realmente no me gustaría ir con él. Quisiera ir con Sage. El chico nuevo.”

Scarlet tragó saliva.

“Entonces ¿por qué no le preguntas?", Becca preguntó.

"Sí, sigues hablando de él, pero no estás haciendo nada al respecto", dijo Jasmin. “No seas gallina."

"No soy una gallina," María espetó.

“¡Eres una gallina!", se burlaron de ella.

El rostro de María se volvió rojo remolacha, y Scarlet se dio cuenta de lo furiosa que estaba.

"No soy una gallina. De hecho, tengo clase con él en el próximo período. Voy a preguntarle ahí.”

"No, tú no vas a preguntarle," dijo Becca.

“Nunca lo harías", dijo Jasmin.

"Mírame", dijo María.

“¿Pero no es como un poco raro?", dijo Becca. “¿Que tú le preguntes?”

María se encogió de hombros. "Podría ser mejor. Pero, ¿qué se supone que debo hacer? Él es nuevo. Si yo no le pregunto, alguien más lo hará. Y si yo no le gusto,  prefiero saberlo ahora, ¿no?”

"Sigo pensando que es puro blablabla", dijo Jasmin.

María miró. “Veme en una hora y veremos quién es toda blablabla."

Scarlet se sentía aliviada de que la conversación había tomado un camino lejos de ella. Estaba empezando a tener la esperanza de que tal vez toda la atención negativa pasaría rápidamente, y que las cosas no estarían tan mal como pensaba. Después de todo, los chicos se enganchan con nuevos chismes muy rápidamente. Pero al pensar en la siguiente clase con Sage y María, se le hizo un agujero en el estómago.

Al doblar la esquina, se le hizo un agujero aun más grande: acurrucadas contra la pared, estaban Vivian y sus amigas. Se codearon entre sí, mirando en su dirección, luego se rieron y susurraron entre ellas.

Vivian se volvió y la miró a los ojos con una sonrisa victoriosa. Vio la mezquindad en su rostro perfecto, la pequeña victoria por haberla acosado en línea. Por un momento, Scarlet se sentía tan enojada, que quería atacarla. Sintió una rabia tremenda correr por ella, un hormigueo que le iba desde los dedos de los pies a los dedos de la mano. No entendía qué le estaba pasando: era como un sofocón. Sentía su cuerpo más fuerte, más violento, y no podía controlarse. Quería salir rápido de allí, antes de que pasara algo malo.

"Bueno, bueno," dijo Vivian en voz alta mientras pasaban por delante de ella. La tensión en el aire era tan espesa que se podía cortar con un cuchillo.

"Mira quién es. Las sobras de Blake.”

"Esa es toda una declaración, sobre todo viniendo de alguien que Blake rechazó", Jasmin espetó.

“¿Tienes tanto miedo de decírselo en la cara que tienes que publicarlo en línea?" Maria incitó.

El rostro de Vivian se arrugó en una mueca, al igual que el de sus amigas. Scarlet se sentía mortificada. Sólo quería que todo eso pasará. Agradeció la lealtad de sus amigas, pero no quería que eso se convirtiera una guerra con todas las de la ley.

"Y lo dice una chica que ni siquiera tiene pareja para ir al baile," Vivian replicó, concentrándose en Maria. “Eres una perdedora", dijo.

"Preferiría no ir con nadie que con sobras de otra persona," María espetó.

"Por favor, Maria", dijo Scarlet tranquilamente. "Vamos a clase.”

Por un momento, pareció que los dos grupos de chicas iban a lanzarse uno contra el otro, y que se convertiría en una pelea en forma. Pero aun con toda la rabia que Scarlet sentía correr por ella, realmente no quería crear una confrontación mayor.

Suavemente, empujó a sus amigas, y lentamente el grupo siguió caminando, alejándose por el pasillo. Scarlet no quería bajar al nivel de Vivian.

Mientras los dos grupos se alejaban uno del otro más y más, de repente Scarlet sintió algo. Era una sensación extraña, una que nunca antes había sentido. De la nada, sus sentidos estaban en alerta máxima: sintió, más que vio, una energía oscura acercársele por detrás. No sabía cómo, pero la sintió. Y entonces su sentido del oído se agudizó y pudo oír cada pequeño movimiento en el pasillo. Oyó el movimiento de los pasos de una chica que se acercaba por detrás.

Reaccionando a la velocidad de la luz, de repente Scarlet sintió su cuerpo girar, mientras su mano se elevaba, y se vio a sí misma agarrar la mano de la otra persona cuando se acercaba a la parte posterior de su cabeza.

Scarlet levantó la vista y se sorprendió al verse agarrando la muñeca de Vivian. Vio un pedazo de goma de mascar en la palma de su mano, y también vio su expresión de sorpresa. Entonces se dio cuenta de lo que había sucedido: Vivian se había deslizado detrás de ella y estaba a punto de pegarle el chicle en el pelo. De alguna manera, Scarlet la había percibido y había girado y la había bloqueado en el último segundo, a unos pocos centímetros de distancia.

Mientras Scarlet giraba la muñeca de Vivian con una increíble oleada de fuerza; Vivian se dejó caer de rodillas gritando de dolor.

Todo el mundo en los pasillos se detuvo, mientras una gran multitud se reunía a su alrededor.

“¡Me estás haciendo daño!" Vivian gritó. “¡Suéltame!"

“¡PELEA! ¡PELEA!” gritó la multitud de chicos que se había reunido alrededor.

Scarlet sintió una rabia inmensa correr por ella, una rabia que apenas podía controlar. Algo en su cuerpo la había protegido del daño, y ahora la estaba empujando a cobrar venganza y romper la muñeca de esa chica.

"¿Por qué iba a hacerlo?" María gritó. "Estabas a punto de pegarle chicle en el pelo."

"¡Por favor!" Vivian gimió. “¡Lo siento!"

Scarlet no entendía lo que la estaba empujando, y eso la asustó. En el último segundo, se obligó a detenerse. Finalmente, la soltó.

La muñeca de Vivian cayó a su lado, mientras ella se ponía de pie y corría de regreso con su grupo de amigas.

Scarlet se volvió, su corazón latía con fuerza, y se fue con sus amigas por el pasillo. Poco a poco, los pasillos regresaron a su movimiento habitual, todo el mundo susurraba mientras se dispersaba. Las amigas de Scarlet se juntaron a su alrededor.

"Dios mío, ¿cómo lo hiciste?", preguntó María, con temor.

“¡Eso fue como increíble!", dijo Jasmin. "¿De verdad la pusiste en su lugar."

"No puedo creer que iba a pegarte el chicle", dijo Becca.

“Recibió lo que se merecía", dijo María. "Bien hecho, chica. Creo que lo va a pensar dos veces antes de meterse contigo otra vez.”

Pero Scarlet no se sentía bien. Sentía un vacío, como si le hubieran drenado la energía. Y estaba más desconcertada que nunca con lo que le estaba pasando. Por un lado, le emocionó haber sido capaz de atraparla a tiempo, luchar y defenderse a sí misma. Pero, al mismo tiempo, no podía entender cómo había podido reaccionar de esa manera.

Sus ojos le lastimaban aún más y su dolor de cabeza había empeorado y, por loco que sonara, no podía evitar sentir que estaba cambiando. Y era lo que más la aterraba.

La campana sonó y, justo antes de entrar a la clase, Scarlet vio a Blake. Estaba con algunos de sus amigos, y uno de ellos lo empujó, y él se volvió y la miró. Por un momento, sus ojos se encontraron. Scarlet trató de descifrar su expresión. Más que nada, esperaba que se volviera y se acercara, que le diera una oportunidad.

Pero él se dio vuelta y caminó con sus amigos en la dirección contraria.

Scarlet sintió que se le rompía el corazón. Entonces así estaban las cosas. Ella ya no le gustaba. No sólo eso, sino que ni siquiera le hablaba. Ni siquiera la saludaba. Eso le dolió  más que nada. Había creído que tenían algo juntos, y no podía entender cómo todo se había colapsado tan rápidamente, cómo se había desvanecido así. Cómo no podía ser al menos más comprensivo, al menos darle la oportunidad de explicarle.

Ni siquiera era el primer período del día y Scarlet sintió que le habían dado una paliza, como si fuera un saco de boxeo. Había experimentado un torbellino de emociones, y se preguntó cómo podría pasar el resto del día.

"Vamos, no lo necesitas", María le dijo mientras ponía un brazo alrededor de Scarlet, y la conducía a la primera clase del día. Scarlet tragó saliva, sabiendo que detrás de esas puertas estaría Sage.

Ansiada

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