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Capítulo II · Se me revela un mundo nuevo

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Obviamente había pasado por un nuevo nacimiento mediante el cual había sido separado de toda forma de miedo. Ahora tenía un valor que no había tenido antes. A pesar del hecho de que no sabía aún cómo hacerlo o a partir de qué fuente, sería capaz de obtener los fondos necesarios que estaba buscando. Tenía tal fe de que el dinero estaba próximo, que ya lo veía en mi posesión.

En muy pocas ocasiones en mi vida he experimentado esa fe. Era un sentimiento indescriptible. No hay palabras en ningún idioma para describir un hecho que todo aquel que haya pasado por una experiencia parecida podría fácilmente confirmar.

Me dispuse a seguir de inmediato las instrucciones que había recibido. Todos los sentimientos respecto a una misión imposible habían desaparecido. Uno a uno comencé a recordar los nombres de todos mis conocidos que podrían proporcionarme los veinticinco mil dólares que necesitaba, comenzando por el nombre de Henry Ford y recorriendo toda una lista de más de trescientas personas. Mi otro yo simplemente dijo: “Sigue buscando”.

La hora más oscura es justo antes del amanecer

Sin embargo, había llegado al final de mi cuerda. Toda la lista de mis conocidos se había agotado y, con ella, también mi resistencia física. Había estado trabajando, concentrando mi mente en esa lista de nombres durante la mayor parte de dos días y dos noches, deteniéndome lo suficiente para dormir unas cuantas horas.

Me recargué en mi sillón, cerré los ojos y dormité por algunos minutos. Me despertó algo parecido a una explosión en la habitación. Al recuperar la conciencia, el nombre de Albert L. Pelton vino a mi mente... y con él un plan que supe que sería el plan a través del cual lograría convencer al señor Pelton de que publicara mis libros. Recordaba al señor Pelton sólo como un anunciante en la revista The Golden Rule, que yo había publicado antes.

Nota de Sharon: causas una impresión en todo aquel que conoces. Nunca sabes cuándo un conocido se puede convertir en un socio comercial. Existe un enorme poder en tus vínculos.

Solicité una máquina de escribir, dirigí una carta al señor Pelton, en Meriden, Connecticut, y describí el plan justo como me había sido entregado. Él respondió a mi telegrama diciendo que estaría al Filadelfia para verme al día siguiente.

Cuando llegó, le mostré los manuscritos originales de mi ideología y le expliqué brevemente lo que yo pensaba que era la misión. Recorrió las páginas durante algunos minutos, de pronto se detuvo, fijó su mirada en la pared por algunos segundos, y dijo: “Publicaré tus libros”. El contrato fue firmado, se me otorgó un pago substancial por derechos de autor, los manuscritos le fueron entregados y él los llevó consigo a Meriden.

No le pregunté entonces qué le hizo decidirse a publicar mis libros antes de haber leído los manuscritos; pero sé que él proporcionó el capital necesario, imprimió los libros y me apoyó para vender miles de colecciones a sus propios clientes localizados en prácticamente todos los países de habla inglesa en el mundo.

Mi primer cheque de regalías por la venta de mis libros fue por ochocientos cincuenta dólares. Mientras abría el sobre donde éste venía mi otro yo dijo: “¡Tu única limitación es aquella que tú mismo implantas en tu mente!”.

Nota de Sharon: “¡Tu única limitación es aquella que tú mismo implantas en tu mente!”. ¿Acaso esta afirmación te suena como verdad tal y como me suena a mí? Ha habido tantas veces en que he sido mi peor enemiga y me saboteé a mí misma por falta de confianza. Hill desea que todos descubramos nuestro otro yo, de modo que cada uno logremos alcanzar nuestro máximo potencial.

No estoy seguro de comprender lo que es este otro yo; pero sí sé que no puede haber un fracaso permanente para aquel hombre o mujer que lo descubre y confía en él.

Un día después de que el señor Pelton vino a verme a Filadelfia, mi otro yo me presentó una idea que resolvió mi problema financiero inmediato. En mi mente surgió la idea de que los métodos para vender automóviles debían sufrir un cambio drástico y que los vendedores del futuro en este campo tendrían que aprender a vender automóviles, en lugar de servir simplemente como compradores de autos usados, como casi todos ellos lo hacían entonces.

También me surgió la idea de que los jóvenes que acababan de graduarse de la Universidad y quienes, por lo tanto, no sabían nada sobre los viejos trucos en el mercado de automóviles, serían el material a partir del cual esta nueva generación de vendedores podría desarrollarse.

La idea era tan clara e impresionante, que de inmediato llamé de larga distancia al gerente de ventas de la General Motors Company y le expliqué brevemente mi plan. También a él le impresionó y me envió a la planta al oeste de Filadelfia de la Buick Automobile Company, de la cual era propietario y gerente Earl Powell, a quien le expliqué mi plan y me retuvo de inmediato para capacitar a quince estudiantes cuidadosamente seleccionados a través de quienes se puso en marcha el plan.

Mis ganancias por parte de ese retenedor fue más que suficiente para hacerme cargo de todos mis gastos durante los siguientes tres meses, hasta que las ganancias por la venta de mis libros comenzaron a llegar, incluyendo el costo de esa serie de habitaciones que tanto me preocupaba.

Mi otro yo no me había decepcionado. El dinero que requería llegó a mis manos en el momento adecuado, justo como se me había asegurado que sucedería. Para entonces estaba convencido de que mi viaje a Filadelfia era una misión de tontos, tal y como mi mente había señalado que sería antes de salir de Virginia Occidental.

A partir de ese momento hasta ahora todo lo que he necesitado ha llegado a mí, y esto a pesar del hecho de que el mundo ha pasado por un periodo de depresión económica, cuando las mínimas necesidades de la vida no siempre habían estado disponibles para todos. Algunas veces el arribo de las cosas materiales que necesitaba llegaron un poco tarde; pero puedo decir con certeza que mi otro yo siempre ha salido a mi encuentro en las encrucijadas con las que me he topado y me ha indicado qué camino seguir.

El otro yo no tiene precedentes, no reconoce limitaciones ¡y siempre encuentra la manera de alcanzar las metas deseadas! Puede enfrentarse al fracaso temporal, más no al fracaso permanente. Estoy tan seguro de la veracidad de esta afirmación como lo estoy del hecho de haberme comprometido a escribir estas líneas.

Nota de Sharon: “El otro yo puede enfrentarse al fracaso temporal, más no al fracaso permanente”. ¿Cuántas veces permitimos que un fracaso temporal nos afecte como si fuese un fracaso permanente, en vez de aprender de él y seguir adelante? Tal como Hill lo describe, él mismo enfrentó muchas adversidades durante su viaje, pero cada vez logró encontrar la semilla de mayor beneficio y avanzar hacia mayores éxitos.

Mientras tanto, espero sinceramente que algunos de los millones de hombres y mujeres que han sido heridos por la depresión comercial y otras experiencias desagradables descubran en sí mismos a este extraño ente al que he llamado mi otro yo y que ese descubrimiento los guíe, como me ha guiado a mí, a una relación más íntima con esa fuente de poder que supera los obstáculos y domina las dificultades, en vez de ser dominados por ellos. ¡Existe un gran poder que descubrir en tu otro yo! Busca con fe y lo encontrarás.

Nota de Sharon: el trabajo de Hill se publicó durante la Gran Depresión y ciertamente ayudó a millones de personas a encontrar la esperanza y el valor para vivir con la fe de que encontrarían su camino al éxito. Creo que podemos encontrar muchas semejanzas entre su época y la nuestra. Es durante los periodos de gran tensión que encontramos nuestra voluntad y nuestra fuerza interior. Con la actual incertidumbre económica, las personas están eligiendo ––o están siendo obligadas a–– encontrar nuevos caminos para sí mismas y sus familias y muchas de ellas encontrarán un gran éxito. Serán las grandes historias de éxito que estaremos leyendo en aproximadamente dos ó cinco años a partir de ahora. ¿Te encontrarás entre esas historias de éxito o seguirás manteniéndote al margen?

Fracaso, una bendición oculta

He hecho otro descubrimiento como resultado de esta presentación con mi “otro yo”, particularmente que existe una solución para cada problema auténtico, sin importar qué tan difícil pueda parecer.

Nota de Sharon: “Existe una solución para cada problema auténtico, sin importar qué tan difícil pueda parecer.” Si bien es difícil reconocerlo cuando te encuentras en el ojo del huracán, la retrospectiva generalmente confirma que este concepto es verdad.

También he descubierto que la semilla de un beneficio similar surge al experimentar el fracaso temporal, surge de toda derrota y de todo tipo de adversidad.

Observa que no dije toda la flor del éxito, sino la semilla a partir de la cual esa flor puede germinar y crecer. No conozco ninguna excepción a esta regla. La semilla de la cual hablo puede no ser vista siempre, pero puedes estar seguro de que ahí está, de una u otra forma.

No es mi intención comprender todo acerca de esta fuerza extraña que me redujo a la pobreza y necesidad, me llenó de temor e hizo renacer mi fe a través de la cual he tenido el privilegio de ayudar a miles de personas que tropiezan. Pero sé que semejante fuerza ha entrado en mi vida y que estoy haciendo todo lo posible para poner a otros en contacto con ella.

Durante mi investigación de un cuarto de siglo sobre las causas del éxito y el fracaso, descubrí muchos principios de la verdad que han sido útiles para mí y otros, pero nada de lo que he observado me ha impresionado más que el descubrir que cada uno de los grandes líderes del pasado, cuyo registro he examinado, fue asediado por dificultades y se enfrentó al fracaso temporal antes de “llegar”.

Nota de Sharon: “Cada uno de los grandes líderes del pasado fue asediado por dificultades y se enfrentó al fracaso temporal antes de llegar”. El fracaso y la derrota temporal forman parte del trayecto para encontrar el verdadero éxito.

Desde Cristo hasta Edison, los hombres que han logrado más han sido aquellos que se enfrentaron con las formas más radicales de fracaso temporal. Esto parecería justificar la conclusión de que la Inteligencia Infinita tiene un plan o una ley mediante la cual los hombres superan muchos obstáculos antes de darles el privilegio del liderazgo o la oportunidad de otorgar un servicio útil de una forma notable.

No desearía sujetarme de nuevo a las experiencias por las que pasé durante ese desafortunado día de Navidad del año 1923 y a esa memorable noche en que caminaba alrededor de la escuela en Virginia Occidental y combatí esa terrible batalla con temor; sin embargo, ni toda la riqueza del mundo me convencería de privarme del conocimiento que he adquirido a partir de esas experiencias.

La fe tiene un nuevo significado para mí

Sostengo que no sé con exactitud lo que es este otro yo; pero sé lo suficiente sobre él como para confiar con una fe absoluta en los momentos difíciles, cuando la capacidad común de razonamiento perece no ser adecuada para mis necesidades.

La depresión económica que comenzó en el año 1929 trajo miseria a millones de personas; pero no nos deja olvidar que la experiencia también trajo muchas bendiciones, una de las más importantes es la noción de que existe algo infinitamente peor que ser obligado a trabajar, y es el ser obligado a no trabajar. En general, esa depresión fue más una bendición que una maldición si se analiza a la luz de los cambios que produjo en la mente de aquellos que fueron heridos por esta situación. Lo mismo sucede con cada experiencia que transforma los hábitos de los hombres y los obliga a recurrir al gran interior para solucionar sus problemas.

Nota de Sharon: “Existe algo infinitamente peor que ser obligado a trabajar, y es el ser obligado a no trabajar. En general, esa Depresión fue más una bendición que una maldición si se analiza a la luz de los cambios que produjo.” ¿Acaso está Hill siendo rudo aquí o está viendo, más allá de la causa y el efecto inmediatos del desastre económico, al resultado espiritual primordial que surge de una verdadera crisis? ¿Pueden nuestras dificultades económicas actuales ser más una bendición que una maldición?

El año que pasé en retraimiento en Virginia Occidental fue, seguramente, el castigo más severo de mi vida; pero la experiencia trajo bendiciones en forma de conocimientos que yo necesitaba y que disminuyeron el sufrimiento que me causó. Estos dos resultados ––el sufrimiento y el conocimiento adquirido a partir de esto–– eran inevitables. La Ley de la Compensación, la cual Emerson definió con tanta claridad, hizo que este resultado fuera natural y necesario.

Nota de Sharon: Ralph Waldo Emerson (1803-1882) explicó la ley de la compensación en términos muy claros: “Por todo lo que has perdido, has ganado algo más; y por todo lo que ganas, pierdes algo más.” En este diario fechado el 8 de enero de 1826, también escribió: “De todo eso lo que conocemos es un sistema de compensaciones.Todo defecto de cierta manera es compensado por otro.Todo sufrimiento es recompensado; todo sacrificio es compensado; toda deuda es pagada.”

¿Qué me depara el futuro en forma de contrariedad a través del fracaso temporal? Por supuesto que no tengo manera de saberlo. Lo que sí sé, sin embargo, es que ninguna experiencia en el futuro podría herirme tan profundamente como lo han hecho algunas otras en el pasado, porque ahora estoy aclarando los términos con mi otro yo.

Desde que el otro yo se hizo cargo de mí he llegado a un útil conocimiento que nunca hubiera descubierto mientras mi antiguo ente de miedo permaneciera en el trono. Entre otras cosas, he aprendido que aquellos que se enfrentan con dificultades que parecen insuperables pueden superarlas, si así lo hacen, ayudarán a otros que tienen problemas mayores.

El valor de dar antes de tratar de obtener

Estoy seguro de que ningún esfuerzo que hagamos llegar a aquellos que se encuentran afligidos no puede dejar de tener alguna forma de adecuada recompensa. Dicha recompensa no siempre proviene de aquellos a quienes se otorga el servicio, sino de una fuente u otra.

Sinceramente dudo que cualquier hombre pueda hacerse de los beneficios de su otro yo mientras se encuentre inmerso en la codicia y la avaricia, la envidia y el miedo; pero si me equivoco en esta conclusión, entonces seguiré teniendo la extraña distinción de ser un hombre que ha encontrado la paz mental y la felicidad a través de un punto de vista que no era convincente. ¡Preferiría estar equivocado y feliz, que estar en lo cierto e infeliz! ¡Pero este punto de vista no está equivocado!

Mientras siga estando bien con mi otro yo podré adquirir todas las cosas materiales que necesito. Es más, podré encontrar la felicidad y la paz mental. ¿Qué más podría alguien más conseguir?

El único motivo que me inspiró a escribir este libro fue el sincero deseo de ser útil a otros al compartirles todo aquello que estén preparados a aceptar de la espléndida fortuna que fue mía desde el momento en que descubrí a mi otro yo. Esta fortuna, felizmente, no puede ser medida únicamente en términos materiales o financieros porque es mucho más grande de lo que todas esas cosas representan.

Las fortunas materiales y financieras, al ser reducidas a sus términos más líquidos, se miden en términos de balances bancarios, que no son más fuertes que los bancos. Esta otra fortuna de la que hablo sí es medible, no sólo en términos de paz mental y alegría, se manifiesta en aquellos que acostumbran rezar.

Mi otro yo me ha enseñado a concentrarme en mi objetivo y a olvidarme, mientras rezo, del plan mediante el cual éste será alcanzado. No quiero decir que los objetos materiales pueden adquirirse sin un plan. Lo que estoy diciendo es que el poder que convierte nuestros pensamientos o deseos en realidades, tiene su origen en una Inteligencia Infinita que conoce más sobre planes que aquel que hace la oración.

Para ponerlo de otra forma, ¿no sería prudente que, al rezar, le confiáramos a la Mente Universal que nos diera el mejor plan para alcanzar el objetivo de esa oración? Mi experiencia con la oración me ha enseñado que, muy a menudo, todo lo que resulta de la oración es un plan (si es que la oración es respondida), un plan adecuado para la obtención del objetivo de la oración, a través de medios naturales y materiales. El plan debe ser modificado a través del esfuerzo personal.

No sé nada acerca de alguna forma de oración que pueda ser inducida a trabajar favorablemente en una mente que se encuentra matizada, en el menor de los grados, por el temor.

Nota de Sharon: ¿es la oración una parte de tu vida? ¿Confías en que Dios te entregará el plan más adecuado para la obtención del objetivo de tu oración? ¿Acaso sabes que para que tu plan tenga éxito debes actuar?

Una nueva manera de rezar

Desde que me he familiarizado más con mi otro yo, mi manera de rezar es distinta. Solía rezar sólo cuando enfrentaba alguna dificultad. Ahora rezo, cada vez que puedo, antes de que la dificultad me alcance. Ahora rezo, no para obtener más de estos bienes mundanos y recibir mayores bendiciones, sino para ser merecedor de lo que ya tengo. He descubierto que este plan es mejor que el anterior.

La Inteligencia Infinita no parece ofenderse en absoluto cuando le agradezco y le demuestro que estoy agradecido por las bendiciones que han coronado mis esfuerzos. Me quedé pasmado la primera vez que probé este plan de ofrecer una oración de gratitud por lo que ya poseía y descubrí la vasta fortuna que poseía sin haberla apreciado.

Por ejemplo, descubrí que poseo un cuerpo sano que nunca ha sido seriamente dañado por la enfermedad. Tengo una mente razonablemente bien equilibrada. Tengo una creatividad a través de la cual puedo ofrecer un servicio útil a un gran número de personas. He sido bendecido con toda la libertad que deseo, tanto en el cuerpo como en el alma. Poseo un perdurable deseo de ayudar a aquellos que han sido menos afortunados. Descubrí que la felicidad, la más grande aspiración de la humanidad, puede ser mía fácilmente, haya o no depresión mercantil.

Por último, pero de ninguna manera lo menos importante, descubrí que tengo el privilegio de acercarme a la Inteligencia Infinita, ya sea con el propósito de dar gracias por lo que ya poseo, para pedir más o para pedir ayuda.

Sería muy útil que todo aquel que lea este libro haga un inventario de sus bienes intangibles. Un inventario así podría revelar algunas posesiones invaluables.

Nota de Sharon: hagamos un inventario de nuestras bendiciones en la vida. Demos gracias por cada uno de los dones otorgados. Sé que cuando me encuentre en un momento adverso me obligaré a pensar en mi familia, mis amigos y las bendiciones que han traído a mi vida. Es el camino más rápido para superarlo y colocar mis adversidades temporales en perspectiva.

Algunas señales que hemos pasado por alto

¡El mundo entero está experimentando un cambio de tales proporciones, que millones de personas se han visto agobiadas por la preocupación, la duda, la indecisión y el temor! Hoy es un momento espléndido para que aquellos que han llegado a la encrucijada de la duda intenten familiarizarse con sus otros yo.

Todo aquel que desee hacerlo verá útil una lección de la Naturaleza. La observación demostrará que las estrellas brillarán cada noche en sus lugares acostumbrados; que el Sol continúa enviando sus rayos de calor provocando que la Madre Tierra produzca una sobreabundancia de alimento y vestido; que el agua continúa fluyendo por la colina; que los pájaros reciben del aire y los animales salvajes del bosque sus acostumbrados requerimientos de alimento; que un día útil le sigue a una noche de descanso; que el activo verano le sigue al inactivo invierno; que las estaciones van y vienen precisamente como lo hicieron antes de que comenzara la Depresión de 1929; que, en realidad, sólo la mente de los hombres ha dejado de funcionar normalmente y eso porque los hombres han llenado su mente de temor. La observación de estos sencillos hechos de la vida diaria, puede resultar útil como punto de partida para aquellos que desean sustituir el miedo por la fe.

No soy un profeta; pero sí puedo, con toda la debida modestia, predecir que todo individuo tiene el poder para cambiar su estatus material o financiero cambiando primero la naturaleza de sus creencias. No confundas la palabra “creencia” con la palabra “deseo”. Ambas son distintas. Cualquiera es capaz de “desear” las ventajas financieras, materiales o espirituales, pero el elemento de la fe es el único poder seguro por medio del cual un deseo puede traducirse en una creencia, y una creencia en realidad.

Y aquí mismo es el lugar adecuado para llamar la atención hacia un beneficio real que cualquiera puede experimentar utilizando voluntariamente la fe para dirigir su atención hacia cualquier forma de deseo constructivo. La mente actúa ante nuestros deseos más dominantes o prominentes. No existe escapatoria a este hecho. Ciertamente es un hecho. “Ten cuidado con lo que deseas porque seguramente será tuyo”.

Nota de Sharon: “Todo individuo tiene el poder para cambiar su estatus material o financiero cambiando primero la naturaleza de sus creencias”. Fue verdad, después de la publicación de Think and Grow Rich en 1973, que Napoleon Hill comenzó este manuscrito. A través de su entrevista con el Diablo, Hill descubre y revela cómo el Diablo puede estar “haciendo de las suyas” contigo y cómo puedes dar vida a tu “otro yo” ¡no sólo para vencer al Diablo en tu propia vida, sino también empoderarlo para alcanzar tu mayor éxito! A lo largo de su trabajo insiste en el tema de la importancia de transformar tus pensamientos del miedo a la fe.

La fe es el comienzo de todo gran éxito

Si Edison se hubiera detenido y simplemente hubiera deseado obtener el secreto por el cual la energía eléctrica es aprovechada para hacerla funcionar a través de la lámpara incandescente, ese producto de consumo para la civilización habría permanecido entre los diversos secretos de la Naturaleza. Se tropezó con el fracaso temporal más de diez mil veces antes de arrebatarle este secreto a la Naturaleza. Finalmente le fue entregado porque creía que así sería y siguió intentándolo hasta obtener la respuesta.

Edison descubrió más secretos de la Naturaleza (debieron haber sido llamados “milagros” en una época anterior) en el ámbito de la Física de lo que otro hombre lo ha hecho, y eso porque se familiarizó con su otro yo. Tengo su palabra en esto; pero incluso si no la tuviera, sus logros han revelado el secreto en su desarrollo.

Nada es imposible en el discernimiento para aquel que conoce y confía en su otro yo. Cualquier cosa que el hombre crea que es verdad, tiene una forma de volverse realidad.

Una oración es un pensamiento puesto en libertad, unas veces expresado en palabras audibles y, otras veces, expresado en silencio. He observado, a través de la experiencia, que una oración en silencio es tan eficaz como aquella que se expresa en palabras. También he observado que nuestro estado mental es el factor determinante para que la oración funcione o no.

Mi concepto del otro yo que he tratado de describir es que simplemente simboliza una aproximación recientemente descubierta a la Inteligencia Infinita; una aproximación que podemos controlar y dirigir a través del sencillo proceso de mezclar la fe con nuestros pensamientos. Ésta es sólo otra manera de decir que ahora tengo más fe en el poder de la oración.

El estado mental conocido como fe, aparentemente abre ante nosotros el sexto sentido, canal a través del cual podemos comunicarnos con fuentes de poder e información disponibles a través de los cinco sentidos físicos. El sexto sentido llega en tu auxilio para que hagas tu petición a un extraño poder que, vamos a suponer, es un ángel guardián que te abrirá la puerta al Templo de la Sabiduría. De hecho llega a ser algo cercano a un milagro. Y parece que lo es, porque no alcanzas a comprender el método mediante el cual funciona.

Esto sí lo sé. Sé que existe un poder o una primera causa o una Inteligencia que penetra cada átomo de la materia y adopta cada unidad de energía perceptible por el hombre. Esta Inteligencia Infinita convierte las bellotas en robles, hace que el agua descienda por la colina en respuesta a la ley de gravedad, que el día siga a la noche, el verano al invierno, cada uno conservando su adecuado lugar en relación con el otro. Esta Inteligencia puede ayudar a transmitir nuestros deseos de forma concreta o material. Yo sé esto porque lo he probado y vivido.

Durante muchos años he mantenido el hábito de hacer un inventario personal una vez al año, con el propósito de determinar cuántas de mis debilidades he pasado por alto o eliminado y para cerciorarme de cuántos progresos he tenido, si es que los hay, durante el año.

Nota de Sharon: esta sección sobre la “fe” vale la pena releerla varias veces ya que contiene las principales enseñanzas de Hill sobre la oración. La fe, según su punto de vista, es un “sexto sentido” o poder espiritual que nos permite triunfar si llevamos el paso con la primera causa de todas las cosas ––una de sus descripciones de Dios. La suya es una fe práctica o “científica” que enfatiza los resultados tangibles.

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Burlar al Diablo

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