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El poder del

autoconocimiento

Recuerdo que cuando era adolescente y buscaba información sobre cómo ser más sociable y hacer amigos, repetían muy a menudo la frase: Sé tú mismo. ¡Dios mío, que harta estaba de oír siempre lo mismo! Sentía que realmente no me entendían, dejar de ser tan tímida e insegura no se solucionaba con que me dijeran “sólo sé tú misma”. Como si fuera tan fácil ¿no?

Creo que lo que más me enojaba era que yo pensaba lo peor de mí misma, y me estaban pidiendo que sea yo misma ¿o sea cómo? ¿Para qué los demás me juzguen y se burlen de mí? No, gracias. Ya era suficiente con ser mi propia jueza.

Sin embargo, cuando aprendí a conocerme a mí misma, a la verdadera yo, todo empezó a cambiar. Primero que nada entendí quién NO soy yo:

Yo no soy lo que los demás dicen que soy, ni lo malo ni lo bueno. No soy la imagen idealizada que tal vez algún ser querido pueda tener de mí. No soy un estorbo o un error como quizá me haya dicho alguna persona enojada con la vida. No soy los defectos ni los fallos que muchas veces veo en mí misma.

La verdad es que nosotros somos la proyección de los demás, y ellos son la proyección de nosotros mismos. Cada individuo tiene su propia percepción de las cosas y de las personas. Dos personas distintas pueden mirarte a ti de distintas maneras, una de ellas puede tener una buena opinión de ti, mientras a la otra persona le puedes caer mal, así de sencillo.

Ahora, te podría decir que escuches sólo a quién tiene una buena opinión de ti, pero si haces eso estarías cayendo en una trampa del ego. Aunque sea algo positivo lo que te están diciendo, estarías dependiendo de lo que piense la otra persona para crearte una imagen de ti mismo. Y eso no es nada cool. Además, te estaría enseñando a ignorar las críticas de otros sólo porque no son tan bonitas como los cumplidos, y esas críticas podrían serte de utilidad algún día, ¿quién sabe? El caso es que lo que el otro ve en ti no necesariamente es cierto, es más probable que esté en esa persona que lo ve que en ti mismo. Sin embargo, si te molesta lo que el otro piense de ti, si te hace ruido…quizá es momento de hacer introspección.

Tal vez te haya sucedido que cuando te dicen un cumplido no lo aceptas porque no te lo crees, puede que pienses que el otro sólo es amable. Pero si la otra persona lo puede ver en realidad, tiene que ver mucho con el tipo de persona que es, y puede que tú sí tengas esa buena cualidad o atributo en tu interior, pero si no te lo crees tú, nadie te va a convencer de ello. Y también pasa que nos dicen una crítica cruel, no necesariamente verdadera, y nos la creemos enseguida. Esa persona nos está proyectando algo que vemos y nos decimos a nosotros mismos, al mismo tiempo que le proyectamos eso que nos dice. Así es como funciona la ley del espejo.

Por eso es tan importante y necesario hacer un trabajo de autoconocimiento, para que aprendamos a discernir que comentarios tomarnos como reales y cuáles no. Para que dejemos de ser marionetas que se dejan llevar por opiniones externas, para que dejemos de actuar como creemos que los demás quieren que actuemos y empecemos a ser nosotros mismos.

«Nadie tiene el poder de hacerte sentir inferior sin tu

consentimiento»

Eleanor Roosevelt

¿Irónico no? Me empecé quejando de la frasecita esa, y ahora forma parte de mi manera de ver la vida, y te estoy aconsejando a que también forme parte de la tuya.

Y es que la única manera de ser uno mismo, es conocerse de verdad a uno mismo.

¡Genial! Y ahora ¿qué hacemos para conocernos a nosotros mismos? Pues es un proceso largo…dura toda la vida. Pero eso es lo maravilloso de un viaje de autodescubrimiento, que siempre estamos aprendiendo cosas nuevas de nosotros mismos. Es como cuando conoces a alguien nuevo, pasas más tiempo con esa persona, con el pasar de los días reconoces sus virtudes, sus defectos, fortalezas y debilidades, manías, gustos, formas de ver la vida…y simplemente tú empiezas a admirar a esa persona, y luego, la comienzas a amar incondicionalmente. Entonces, ya cuando amas a esa persona y piensas que la conoces completamente, ¡boom! te sorprende con cosas que aún no sabías sobre ella, con una habilidad o una fortaleza escondida, y cada día la amas más. Pues el mismo proceso…pero contigo mismo.

Y lo mejor de esta experiencia es que mientras más te conoces, más te aceptas a ti mismo…y ya nadie tiene el poder de dañarte. Recuerda que eres un ser humano más valioso de lo que imaginas.

«El amor verdadero es la experiencia de ser tú mismo»

Lise Bourbeau

En búsqueda de un tesoro

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