Читать книгу Puertas, llaves, espejos - Nora Quevedo - Страница 4

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Este puñado de poemas se los dedico a Dora Peralta, mi madre. Fue una mujer fuerte, silenciosa, que derramó su risa melodía sobre sus plantas y sus recuerdos. Amparó al dolor ajeno sin miedo, abrigó el alma de aquellos que abrazó, cosechó jazmines para iluminar la casa y le hablo a Dios de frente, con pocas palabras.

Puertas, llaves, espejos

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