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LAS DIMENSIONES DEL DESARROLLO
ОглавлениеEn estas notas se recogen elementos sobre las dimensiones del desarrollo que han sido presentadas en publicaciones anteriores7, y cuya comprensión es fundamental para abordar el modelo BIT PASE y su aplicación a la formulación de política pública.
Se había definido el desarrollo como el “Despliegue integral de las condiciones de posibilidad de la Condición Humana & de la trama Planetaria de la Vida”8, es decir, como un proceso histórico en el que el despliegue de la conciencia de sí, del otro y de la naturaleza de la cual hace parte y con la cual forma una unidad indisoluble le permite al hombre relacionarse plenamente como ser humano, en armonía con otros y con la naturaleza, de manera que su actividad, recreando permanentemente la vida, logra la sustentabilidad tanto de la especie humana como de los ecosistemas de los cuales depende.
Así, las dimensiones del desarrollo se derivan de la forma como están constituidos los seres humanos, y hacen parte de su condición humana. En el ejercicio de la planeación territorial se han ido agrupando de distinta manera según los autores. Inicialmente el desarrollo se entendió como crecimiento económico, como el desarrollo de la base material (Brundtland, 1987). Luego, con el “Estado de bienestar” se incorpora el desarrollo social, como la satisfacción de necesidades básicas y la calidad de vida9. Más tardíamente se reconoce el mantenimiento de la base ambiental como un elemento clave del desarrollo (Cumbre de la Tierra, Kioto). En la mayoría de las publicaciones sobre desarrollo es común encontrar mencionados estos tres elementos como las dimensiones de aquel, con una amplia variedad de contenidos asociados a cada una de ellas. Solo en la última década se empieza a reconocer la dinámica demográfica como una de las dimensiones del desarrollo, como producto de los proyectos en que la Universidad Externado de Colombia, con el apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas, empezó a incorporar la dinámica demográfica en los procesos de planeación del desarrollo (Consenso de Montevideo). El modelo BIT PASE surge justamente a partir de uno de estos proyectos. Aquí queremos precisar qué entendemos por las dimensiones del desarrollo y cómo puede abordarse el juego de interacciones y tensiones que se dan entre ellas.
El modelo BIT PASE parte del reconocimiento de las cuatro dimensiones del desarrollo que son constitutivas de la organización de la existencia humana en el planeta. Estas cuatro dimensiones, la poblacional, la ambiental, la social y la económica, están ligadas entre sí por una intrincada trama de relaciones y forman un todo indisoluble, de cuyo equilibrio depende la supervivencia de la población y de su territorio. Esta unidad puede representarse mediante un prisma de cuatro puntas en movimiento como lo ilustra la figura 1.
FIGURA 1. LAS DIMENSIONES DEL DESARROLLO EN EL MODELO BIT PASE
Imágenes adaptadas de video sobre Las dimensiones del desarrollo disponible en http://www.fcshexternado.com/bitpase/videos/
Cada una de las esferas representa una de las dimensiones, y las líneas que las unen, las relaciones de interdependencia que las mantienen en equilibrio. En esta estructura ninguna dimensión es más importante que otra, y si alguna de ellas se redujera sensiblemente o se tornara dominante, el equilibrio se rompería y la estructura colapsaría. Sin embargo, existen innumerables ejemplos de los desequilibrios que a lo largo de la historia de la humanidad han dado cuenta de la expansión, ocaso y desaparición de imperios y civilizaciones.
Ahora bien, el modelo BIT PASE define la población humana como “conjuntos orgánicos de sujetos que interactúan entre sí y con la base ambiental, para su producción y reproducción biológica y social, y al hacerlo transforman el territorio al tiempo que este los transforma. Las poblaciones humanas son Sujeto y Objeto de sus propios procesos de desarrollo”10.
De esta forma, todos los colectivos poblacionales están ligados indisolublemente a un territorio del cual dependen, pues de la base ambiental obtienen los elementos necesarios para su mantenimiento y reproducción, con lo que el ambiente también resulta modificado.
Mediante la organización económica transforman los bienes ambientales convirtiéndolos en bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades de la sociedad, y así transforman simultáneamente la base ambiental y la población.
Al mismo tiempo la organización social y política define cómo, cuándo y con qué propósitos se realiza la producción económica, quiénes pueden acceder a ella y bajo qué condiciones. De la realimentación entre estos procesos puede resultar que los requerimientos de la economía y del ambiente obliguen a modificar los patrones de regulación y control, las creencias y los valores acerca de la sociedad y del mundo. Las reglas y normas establecidas por la cultura y las instituciones a su vez regulan las relaciones de poder y autoridad entre los distintos grupos sociales y ponen límites al uso del ambiente y la producción económica. Este juego de relaciones define finalmente qué poblaciones perdurarán en el tiempo y con qué características.
Desde esta perspectiva, una definición más operacional del desarrollo puede establecerse como el proceso de cambio y transformación de la población y de su organización social y económica en armonía con el medio ambiente en procura del florecimiento de la condición humana11. Obsérvese que, bajo esta perspectiva, el hombre no es el centro del desarrollo, sino uno de los elementos, sin duda determinante, pero no el principal. El desarrollo del hombre se hace posible solamente cuando logra desplegar al máximo todo el potencial de su condición humana y mantenerse en equilibrio con el desarrollo de la naturaleza.
En este juego de interacciones la población tiene un papel determinante en la transformación del conjunto, debido a que de ella dependen inexorablemente los ecosistemas de los cuales obtiene lo necesario para su sobrevivencia. Este principio básico ayuda a comprender que el desarrollo humano se hace posible únicamente cuando se logra mantener el equilibrio hombre-naturaleza, principio del cual surgió el concepto de desarrollo integral, humano y sustentable. Esta manera de abordar el desarrollo permite fortalecer la conciencia acerca de la enorme responsabilidad que nos compete en el mantenimiento de la trama planetaria de la vida y de nuestra propia especie, y nos mueve a tomar acción frente a ella.
Atendiendo a la compleja trama de relaciones que se establece entre las cuatro dimensiones del desarrollo, es fácil concluir que una apuesta de desarrollo integral y sustentable necesariamente debe asegurar de forma simultánea el desarrollo económico y social en armonía con el bienestar de la población y la sostenibilidad ambiental12.
Como desarrollo integral, este debe articular los procesos poblacionales, ambientales, económicos y sociales alrededor de una idea de sociedad, de suerte que todas las acciones puedan confluir en procura del bien común para la reproducción biológica y social de la población y de la base ambiental de la cual depende.
Como desarrollo sustentable, este debe garantizar el mantenimiento, creación o restauración de los equilibrios necesarios entre los ecosistemas, y entre estos y los procesos de reproducción de la población, de la organización social y económica. Ello supone la definición de mecanismos claros de regulación de la actividad humana, de suerte que se logre un adecuado balance entre los flujos de realimentación de materia, energía, información, conocimiento, poder, autoridad, etc., a fin de asegurar la reproducción a largo plazo del sistema Hombre-Naturaleza.
El principal aporte del modelo BIT PASE es su propuesta conceptual y metodológica, la que permite concretar, en la práctica cotidiana de la planeación, el propósito de garantizar los derechos humanos, así como lograr un desarrollo integral y sustentable. Por ello el modelo hace énfasis en la generación de alternativas novedosas para superar, mantener o recrear nuevos equilibrios y avanzar hacia la construcción de una sociedad más equitativa y solidaria, en donde la población finalmente establezca relaciones armónicas con su base ambiental y en donde la organización social y económica garantice la preservación de aquellas y el despliegue de las condiciones de posibilidad de la existencia humana, en armonía con la trama planetaria de la vida.
La dinámica demográfica y la dimensión poblacional. Como todos los seres vivos, las poblaciones humanas tienen sus propias pautas de reproducción (natalidad y mortalidad) y se movilizan y distribuyen de cierta manera en el territorio, de suerte que adquieren un tamaño, un crecimiento y una estructura por edad y sexo particulares13. El proceso de transformación y cambio permanente de estas pautas a lo largo del tiempo se denomina la dinámica demográfica.
FIGURA 2.
DINÁMICA DEMOGRÁFICA
Cuando se observa el comportamiento no de un individuo, sino de una población entera en un territorio particular, se pueden establecer ciertas pautas de reproducción (natalidad, mortalidad), de crecimiento o decrecimiento, de distribución y movilidad en el territorio, que caracterizan a ese colectivo y que son distintas de la sumatoria de los eventos de los individuos particulares. Obsérvese que un individuo nace o muere, pero no tiene tasa de natalidad ni de mortalidad; puede entrar o salir de su localidad, pero no tendrá tasas de migración y menos una tasa de crecimiento.
La combinación de los patrones de natalidad y mortalidad del colectivo nos permite definir el crecimiento vegetativo de la población o su crecimiento natural. Cuando incluimos además la consideración de los movimientos migratorios (entradas y salidas) podemos establecer el crecimiento total de la población. Según la manera en que se combinen estos elementos, la población crecerá más o menos rápido, y adoptará una composición por edad y sexo particular, así como ciertas características urbanas y rurales.