Читать книгу Descubriendo el verdadero éxito - Odmady Santa - Страница 10
ОглавлениеIV. ¿PARA QUE SIRVE?
Esta es una pregunta muy profunda y no sé si realmente sabremos responderla o encontrarle sentido. Dicen algunos que es para sentirse bien, grande, poderoso, único, feliz, que hace crecer la autoestima. Que se siente uno indestructible, capaz de comerse el mundo. Que no hay obstáculo en el camino que no podamos traspasar. Otros dicen que es para alimentar el ego.
A lo largo de mi existencia, he visto tantas personas supuestamente exitosas, según el sistema que nos rodea y nos bombardea con publicidad agresiva, diciéndonos que, si tú tienes dinero, lo tienes todo y si no, eres un fracasado.
En mi infancia, primeros años escolares de primaria, y donde yo puedo decir que ya evaluaba lo que yo tenía a lo que mis compañeros de escuela tenia, recuerdo tener 9 años y cursaba tercero de primaria en una zona donde habíamos acabado de llegar. Mi padre constantemente se movía de regiones por cuestión de trabajo y eso implicaba que nosotros teníamos que estar haciendo siempre amigos.
Al empezar este año mencionando casualmente, tenía un vecinito muy cerca de nuestra nueva casa y casualmente comenzaba el tercer año conmigo. Era hijo único con padre, dueño de tierras y de la tienda más popular del barrio. Mi amigo, que así lo consideraba yo, tenía todo lo que un niño de esa época podría tener, era el año 1986.
Una bicicleta, era una gris cromada con llantas gruesas y, sobre todo, el freno era contra pedal. ¡La bomba! Como diría mi padre: “lo último en guarachas.” Era la envidia del barrio, su lonchera (desayuno para el colegio), un sándwich con mortadela, mayonesa, tajadas de tomate, pero con cortezas blandas, un zumo de fresa o variado, yogurt, o la novedad, un tal llamado “Bonjour”, eso era un yogurt con crispís o cereales. Como diríamos en España; ¡la ostia!
Hice bien en ser su amigo, el compartía su desayuno conmigo, me prestaba su bicicleta, y tengo que decir que, en ella, aprendí a andar en bicicleta hasta el día de hoy. No solo eso, era un cerebrito, siempre estaba peleándose el primer lugar con otro chico, del alumno más listo, inteligente de la clase. Yo me beneficiaba por todos lados, en su casa había televisor a color y mucha comida variada. Si que disfrutaba con mi amigo y era una amistad muy sincera y honrada. Así compartimos 3º, 4º, 5º de primaria en la misma escuela. Hasta que llegó secundaria y nos separó.
A él lo matricularon en el colegio con más caché de la ciudad, al lado de la mejor universidad de la ciudad hasta el día de hoy. (Todo esto es en mi ciudad Pereira, Colombia.) Hasta allí duró nuestra amistad, yo fui matriculado en un colegio rural, muy bueno he de reconocerlo, pero para mis amigos pijos (gomelos en Colombia), el colegio no tenía caché.
Nunca lo he vuelto a ver hasta el día de hoy, año 2021. He preguntado por él, y lo que me dijeron fue que cayó en las drogas, que su padre murió a los pocos años de nuestra separación, y que no terminó secundaria, que se enamoró de una chica del barrio, medio conocido para mí, tuvieron una hija, y que se separaron y ahora él anda por Brasil.
Parte de esa noticia me dolió mucho. Era un chico muy exitoso para mí. Lo tenía todo, pero la vida a veces trae sorpresas. Fui creciendo, cambiamos de barrio y ahí estábamos de nuevo, volver a empezar. Por ese tiempo, yo tendría 11 años (1988). Teníamos unos vecinos, esto era una vereda (se conoce como un caserío en mi país).
Mi vecino decía que era exitoso, tenía un buen puesto de trabajo, con liderazgo, ganaba bien. Podía hacer sus fiestas cada vez que le apetecía. Le gustaba las armas, beber en cuanto salía al camino que teníamos en común, todos los de esa zona, y hacia tiros al blanco.
Yo lo observaba, pero a esa edad no entendía el concepto de esa actitud, parecía que todo le iba de maravillas. Tenía varios hijos, incluso querida (amante). No todos podían darse el lujo de tener dos mujeres, eso era lo que escuchaba a mi corta edad. Solo podían aquellos hombres pudientes exitosos.
El hombre no tenía muy buena relación con los vecinos. Siempre había conflictos, aunque con mi padre, que compartían linderos de propiedad, tenían una relación excelente. Nunca los vi discutiendo, puedo afirmar que se respetaban y se apreciaban mutuamente. La actitud un poco soberbia, de mi vecino en su vida. Le acarreaba constantemente conflictos con algunos, que no compartían su forma de ser, incluso; ¡en el trabajo! Como era costumbre, nos fuimos de allí a otra parte. Nunca lo volví a ver y después de muchos años, me enteré cuando yo vivía en España, año 2003, que lo habían matado.
Era un hombre exitoso, tenía lo que muchos hubiesen querido tener en esa época.
Seguí creciendo, influenciándome por lo que se movía en el sistema, y veía que miembros de mi familia, les iba todo super bien. Linda ropa, bellas y muchas mujeres, buenos coches (carros en mi país), fiestas constantes, parecía que nada les faltaba, vivían a la vanguardia del momento.
Sus amigos o conocidos, los admiraban, nosotros, los jóvenes de la familia, los veíamos como el ejemplo a seguir. Eran los modelos perfectos, según nuestro criterio, a nuestra corta edad. Pasaron los días, los meses, los años y fui viendo que esos que idolatrábamos, no eran tan exitosos como parecían. Se metían en conflictos, temas engañosos, fraudulentos, mujeres embarazadas y abandonados a su suerte, hijos por todos lados, huérfanos de padre.
Con ellos vivos (irónico) y un sin fin de situaciones, me llevó a reflexionar y pensar, si valdría la pena ser exitoso para llevar ese tipo de vida.
A fecha de hoy, 2021, puedo decir que no son felices. Su economía no es buena, fueron abandonados por sus mujeres, perdieron la honra de sus hijos, y con conflictos con la ley y mercaderes (narcotraficantes).
Eran muy exitosos para nosotros, y nos gustaba lo que tenían.