Читать книгу Cambia tu vida en 30 días con la Ley de la Atracción - Olivia Reyes - Страница 10

OBSERVA LAS SITUACIONES CONTRASTANTES SÓLO BREVEMENTE

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LA LEY DE LA ATRACCIÓN NO OYE EL «NO QUIERO», MANIFIESTA LO QUE ESTÁS PENSANDO Y LO HARÁ UNA Y OTRA VEZ. ESTA LEY NO SABE DE «QUIEROS» Y «NO QUIEROS». CUANDO TE ENFOCAS EN ALGO, SEA LO QUE SEA, ESTÁS PROVOCANDO QUE SE MANIFIESTE.

LISA NICHOLS, DE EL SECRETO

La Ley de la Atracción multiplica nuestras vibraciones, ya sean positivas o negativas. Al fijar nuestra atención en un objeto, suceso o persona, nos unimos de inmediato a su vibración y comenzamos a atraer otros objetos, sucesos o personas que sean iguales.

Por ejemplo, al ver un accidente de tráfico y prestar nuestra atención al suceso nos unimos a la vibración de la desgracia o del dolor que hemos atestiguado, y al hacer esto enviamos una señal que nos atraerá cualquier tipo de desastre, tal vez no similar pero que se encuentre a nuestro alcance. O simplemente seguimos siendo testigos de este tipo de situaciones donde la gente tiene accidentes, muere o sufre.

Es importante observar las situaciones contrastantes sólo de manera breve para evitar que crezcan y se conviertan en algo más grande, pues la Ley de la Atracción es un mecanismo que no distingue entre positivo y negativo, sólo se limita a emparejar vibraciones con sus iguales. Con toda seguridad, aquello en lo que pongas tu atención seguirá creciendo en tu vida, y por lo tanto te conviene pasar tanto tiempo como puedas pensando en lo que quieres y pasar poco tiempo pensando en el pasado o en aquellas cosas que te hacen sentir mal.

En una ocasión encontré un perrito cuando salía del cine. Ese animalito era callejero y me dio muchísima lástima no poder llevarlo conmigo a casa, pues aunque era muy cariñoso y juguetón ya tenía dos perros en casa y no había suficiente espacio para otro más. Pero por alguna razón el perro me siguió desde lejos cuatro calles. Aunque hice todo lo que pude para esconderme y despistarlo, el perro no se dio por vencido y fue detrás de mí hasta que llegué a casa, donde no tuve más remedio que dejarlo fuera.

Después ya no supe qué pasó con él, pero cometí el error de seguir pensando con tristeza y lástima en el animal (en lugar de enviarle vibraciones positivas). Mi último pensamiento de ese día antes de dormir fue para él: pensaba en el frío de la calle, el hambre que tendría, los golpes que le darían… Al día siguiente comencé a ver perros lastimados o accidentados por todas partes, había un perro enfermo en la esquina de mi casa, otro en una avenida muy transitada, y en el transcurso del día me siguieron dos perros callejeros, algo que casi nunca me ocurre. Y por la tarde, para cerrar con broche de oro, recibí por correo electrónico una presentación hecha en Power Point con fotos de la vida en Cuba. Mostraba a gente muy pobre que vive en condiciones precarias, con las pocas provisiones que les proporciona el gobierno, pero el objetivo principal era mostrar a los perros, que se mueren de hambre en ese país. En la fotografía final se veía un perro esquelético rascando el pavimento para comer, aunque fuera tierra, y en ese instante dije: «¡Hasta aquí! Ya me cansé de estar atrayendo lo que “no deseo”, me doy cuenta de que yo misma he atraído lo que he visto hoy por estar pensando en lo que no quiero. Y ahora me enfocaré en lo que “sí deseo”, voy a usar la Ley de la Atracción a mi favor».

Entonces, cogí un lápiz y un papel y me dediqué durante cinco minutos a escribir lo que deseaba en base al dolor que me provocó ver un animalito abandonado en la calle.

Escribí cosas como: «Quiero que todos los perros del mundo tengan un hogar o al menos un lugar donde vivir. Quiero que la gente tenga más amor a los animales y se les dé un trato digno. Quiero que la gente cuide y ame a sus perros. Y que los tenga en buenas condiciones. Quiero que la situación mejore en Cuba y en todo el mundo. Y que la gente tenga comida en abundancia y que los perros también la tengan. Quiero ver perros felices paseando con sus dueños por la calle.

»De hecho, yo amo mucho a mis dos perros, los trato muy bien y viven felices; mi hermano tiene dos gatos y los quiere mucho, los cuida; mis vecinos también son personas que aman a sus animales. He visto muchas tiendas de mascotas que siempre están llenas de perritos que esperan para ser aseados y cuidados. Creo que es mucho mayor la cantidad de perros que viven bien que la de perros callejeros, todo es cuestión de enfocarme en lo que deseo. Hoy voy a darles un premio especial a mis mascotas cuando llegue a casa».

Después de hacer este sencillo ejercicio me sentí mejor y el resultado fue que dejé de atraer perros callejeros o heridos. Además, al día siguiente emitieron un documental en la televisión que hablaba de hoteles de lujo para mascotas de celebridades y gente millonaria. También mostraban la ropa carísima de diseño y las joyas especialmente pensadas para los animales.

A partir de ese día nunca me ha vuelto a seguir ningún perro mientras voy por la calle. No atraigo perros atropellados, simplemente no estoy en el momento ideal para encontrármelos, estoy magnetizada totalmente para atraer perros que son queridos por sus dueños. Y siempre me maravilla ver cómo hasta la tienda de mascotas más escondida —una que se encuentra debajo de una escalera que le tapa mucho la vista— tiene siempre un perro al que bañar y peinar. Me gusta mucho comprobar la cantidad de tiendas para mascotas que hay en la zona donde vivo, y se nota que son muy prósperas, pues cada día hay más.

Nuestros problemas empeoran cuando nos dedicamos a pensar en ellos. Desafortunadamente, informativos, periódicos, programas de televisión y revistas de política están centrados en hablar de lo mal que está el mundo porque es lo que «vende». Los medios de comunicación enfatizan los problemas y anulan las noticias positivas y, como consecuencia, la energía mental de la población está ocupada creando problemas mayores.

Para sanar nuestro mundo y conseguir que existan menos situaciones contrastantes (perros sin hogar, hambre en el mundo, enfermedad, escasez, etc.) debemos cambiar esta forma de consumismo negativo y enfocarnos en lo positivo, leer libros y revistas con enfoque positivo o ver programas de televisión que nos hablen de las maravillas del planeta, de las hazañas del hombre y de cómo ha avanzado la humanidad, y en base a todo este conocimiento hablar también de lo que podemos llegar a ser.

Lo que vemos en nuestro mundo es una consecuencia directa de utilizar la Ley de la Atracción de manera inconsciente. Está en nuestras manos la decisión de hacer un uso consciente de esta fuerza y mejorar el mundo. Por eso, es de gran importancia observar el contraste de manera muy breve, sólo el tiempo suficiente para tomar una decisión rápida y que esa decisión sea lo que sí queremos.

A veces es difícil apartar la atención del contraste o de las situaciones preocupantes, porque están demasiado cerca como para ignorarlas, pero aún así la única causa de que esas situaciones continúen existiendo es que nos negamos a ignorarlas y a visualizar en su lugar cosas diferentes.

Para usar la Ley de la Atracción a tu favor tienes que ignorar las situaciones contrastantes y convertirte en un visionario de lo que quieres ser, hacer o tener. Puedes comenzar poco a poco a realizar cambios pequeños: un día visualizar cosas hermosas, otro día agradecer la salud, la familia y las cosas que ya posees y que te hacen sentir bien, al día siguiente visualizar que tus sueños ya se hicieron realidad o escribir una carta desde el futuro explicándote a ti mismo cómo es tu vida cuando tus sueños ya se han hecho realidad. Si haces esto, te prometo que pronto empezarás a ver cambios y que poco a poco las cosas irán convirtiéndose en lo que tú quieres que sean.

Cambia tu vida en 30 días con la Ley de la Atracción

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