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Capítulo 1 · Buda y Zorba pueden encontrarse
ОглавлениеPrólogo, parte 1
* * *
Cuando Zaratustra tenía treinta años, dejó su hogar y su lago y se fue a las montañas. Ahí tuvo el gozo de su espíritu y su soledad, y no se cansó de eso por diez años. Pero finalmente su corazón cambió —Gran estrella, cuál sería tu felicidad, si no tuvieras aquellos para quien brillar.
Durante diez años has venido subiendo hasta mi cueva: sin mí, mi águila y mi serpiente, te habrías hartado de tu luz y de este camino.
Pero te hemos esperado cada mañana y hemos tomado de tu superabundancia y te hemos bendecido por eso.
¡He aquí¡ estoy cansado de mi sabiduría, como una abeja que ha recogido demasiada miel; necesito manos que se extiendan para tomarla.
Quisiera regalar y repartir hasta que los sabios entre los hombres hayan vuelto a regocijarse con su locura, y los pobres con su riqueza.
Con ese fin, debo descender hasta las profundidades: como tú haces en las tardes cuando te vas detrás del mar y también llevas luz al inframundo, ¡estrella superabundante!
Para ello tengo que bajar a la profundidad: como lo haces tú al atardecer, cuando transpones el mar llevando luz incluso al inframundo, ¡astro superabundante!
¡Así que bendíceme, ojo tranquilo, que puede contemplar la felicidad más abundante sin tener envidia. ¡Bendice la copa que quiere rebosarse, que fluyan de ti las aguas doradas y sostengan el reflejo de tu gozo sobre el mundo!
¡Contempla! Esta copa desea estar nuevamente vacía, y Zaratustra quiere ser hombre otra vez.
Entonces, Zaratustra empezó su camino de descenso.
Friederich Nietzsche probablemente, es el más grande filósofo que ha conocido el mundo. También es grande en otra dimensión de la que muchos pensadores no están conscientes: es un místico de nacimiento.
Su filosofía no es sólo de la mente, sino que también está enraizada en el corazón, y algunas raíces alcanzan hasta a su propio ser. La única cuestión desafortunada para él es que nació en Occidente; entonces, nunca pudo cruzar por una escuela de misterio. Contempló profundamente, pero no sabía en absoluto acerca de la meditación. Algunas veces sus pensamientos tienen la hondura de un meditador, algunas veces el vuelo del Buda Gautama; pero parece que estas cuestiones en él suceden de manera espontánea.
No sabía nada acerca de los asuntos de la iluminación, sobre el sendero que alcanza al propio ser. Esto causó una tremenda perturbación en su ser. Sus sueños eran tan altos como las estrellas, pero su vida transcurrió de una forma muy ordinaria. No tenía el aura que crea la meditación. Sus pensamientos no son su sangre, sus huesos, su médula. Son hermosos, inmensamente hermosos, pero algo falta: la vida misma. Son palabras muertas, no respiran, no laten
He escogido hablar de él por una razón especial: es el único filósofo de Oriente y de Occidente que, al menos, ha pensado en las alturas de la conciencia humana. Posiblemente no las experimentó; seguramente no las experimentó. También pensó en transformarse de nuevo en un hombre; esa idea de descender desde las alturas hasta el mercado, bajar desde las estrellas hasta la tierra, eso no le sucedió a nadie más.
Tiene algo del Buda Gautama, es posible que lo haya traído de sus vidas pasadas, inconscientemente. Y algo de Zorba también; ambos están incompletos. Pero él es la única prueba de que Buda y Zorba se pueden encontrar, que aquellos que han alcanzado las más altas cumbres no necesitan permanecer ahí, le deben algo a la humanidad, le deben algo a la Tierra. Han nacido entre seres humanos, han vivido en la misma oscuridad y miseria. Y ahora que han visto la luz resulta obligatorio que regresen a despertar a los que están dormidos y traer la buena nueva: que no todo es oscuridad, que la inconsciencia es nuestra.
Si decidimos ser conscientes, puede desaparecer la inconsciencia y la oscuridad. Es nuestra elección vivir en valles de oscuridad. Si optamos por vivir en picos iluminados, nadie nos lo puede evitar porque ése es también nuestro potencial.
Pero la gente que ha alcanzado esos picos iluminados se olvida completamente del mundo. Buda Gautama nunca descendió. Mahavira nunca descendió. Aunque se esforzaron porque despertara la humanidad y gritaron desde sus picos luminosos.
El hombre es tan sordo, tan ciego que casi es imposible que entienda a las personas que le hablan desde niveles más altos. Escuchan el ruido, pero no encuentran su significado.
En este sentido, Nietzsche es único. Pudo haber permanecido como un extraordinario filósofo, muy superhombre, pero nunca olvidó ni por un momento al ser humano ordinario; ésa es su grandeza. Aunque no tocó los picos más altos y no conoció los grandes misterios, sin embargo, lo supo, deseó compartir con sus compañeros seres humanos. Su deseo de compartir era tremendo.
He escogido hablar de algunos fragmentos que pueden resultar útiles para tu crecimiento espiritual. El propio Nietzsche escogió a Zaratustra como su vocero. También debe entenderse algo sobre Zaratustra. Dentro de miles de grandes místicos, filósofos, personas iluminadas, Nietzsche seleccionó a una persona completamente desconocida como vocero, casi olvidada por el mundo. Zaratustra.
Los seguidores de Zaratustra se limitan a sólo un pequeño lugar, Bombay, India. Vinieron a Bombay de Irán cuando los mahometanos forzaron a los persas a elegir entre convertirse al mahoaometanismo o alistarse para morir. Miles fueron asesinados. Millones se convirtieron en mahometanos por miedo, pero algunas almas valientes escaparon de Irán y llegaron a India.
Ellos son los parsis de Bombay, tal vez la región más pequeña del mundo. Y es asombroso que Nietzsche se hubiera interesado en Zaratustra tanto que escribió el libro Así habló Zaratustra. Esos fragmentos son de esa obra.
Escogió a Zaratustra por la misma razón que yo a él: Zaratustra, entre todos los fundadores de religiones, es el único que resulta afirmativo de la vida, que no está en contra de la vida, cuya religión es de celebración, de gratitud a la existencia. No está en contra de los placeres de la vida, pero tampoco está a favor de renunciar al mundo. Por el contrario, apoya por completo el regocijo en la Tierra porque, a excepción de su vida en este mundo, todas son ideologías hipotéticas. Dios, cielo, infierno son proyecciones de la mente humana, no experiencias auténticas, no son realidades.
Zaratustra nació hace veinticinco siglos, el tiempo en el que había un gran renacimiento en el mundo. En India, Gautama Buda, Mahaviria, Goshalak, Sanjay Vilethputta, Ajit Keshkabal y otros alcanzaron la misma cumbre del despertar. En China: Confucio, Mencius, Lao Tzu, Lieh Tzu y muchos otros. En Grecia: Sócrates, Pitágoras, Heráclito. Y en Irán: Zaratustra.
Es una extraña coincidencia que, de repente, en el planeta, hubo una inundación de conciencia y mucha gente se despertó. Posiblemente la iluminación también sea una reacción en cadena, cuando hay gente iluminada, provocan en otros la misma revolución.
Es el potencial de todos. Sólo se necesita una provocación, un reto. Cuando ves a tanta gente alcanzar tan bellas alturas de gracia, no puedes permanecer en donde estás. De pronto surge una gran urgencia: “Algo debe hacerse. Estoy desperdiciando mi vida mientras otros han alcanzado el verdadero destino, habiendo conocido todo lo que vale la pena conocer, habiendo experimentado la más grande bendición y éxtasis. ¿Y qué estoy haciendo?, coleccionando conchas en la playa”.
Fuera de esta gente, Zaratustra es excepcional. Es el único que no está en contra de la vida, que manifiesta a favor de la vida; para quien Dios no está en otro lado, cuyo Dios no es nada más que otro nombre para la propia existencia. Y la totalidad de la vida, vivir con gozo e intensamente, es todo en lo que se basa su religión.
Siento una profunda empatía y afinidad con Zaratustra. Tal vez porque es un afirmador de la vida, no un negador de ésta, no podría reunir a muchos seguidores. Es algo de lo extraño de los seres humanos: no aceptan como valiosa para considerarla como la meta cualquier cosa fácil; la meta debe ser muy ardua y difícil.
Detrás de esto se encuentra la psicología del ego. El ego siempre pide asuntos imposibles porque sólo puede subsistir con lo imposible. Nunca serán capaces de cumplir deseos, y el ego seguirá empujando hacia más y más: más avaricia, poder, dinero, austeridades, espiritualidad, disciplina. En donde quiera que encuentres más, recuerda, éste es el lenguaje del ego. Y no hay manera de satisfacer al ego, siempre está pidiendo un extra.
El planteamiento de Zaratustra es exactamente igual al de Chuang Tzu: “Fácil está bien, lo que está bien es fácil”. Y cuando están completamente relajados y tranquilos, tan relajados que se olvidan de que están tranquilos, que están bien, se vuelven completamente tan inocentes como un niño; ya has llegado. Pero al ego no le interesan esas cuestiones. Este proceso es como el suicidio del ego. Entonces, las religiones que le han dado al ego tareas difíciles, senderos escabrosos, ideales, no naturales, metas imposibles, han atraído a millones de individuos.
Los seguidores de Zaratustra se pueden contar con los dedos. Nadie se había ocupado de Zaratustra, hasta después de casi veinticuatro siglos, de repente, Nietzsche lo retoma. Nietzsche estaba en contra de Jesús y del Buda Gautama, pero estaba a favor de Zaratustra .
Esto es algo muy importante que se debe entender. Un hombre que estuvo en contra de Jesús y del Buda Gautama, ¿por qué estaría a favor de Zaratustra? porque Nietzsche tenía también la misma actitud ante la vida. Él vio que estas religiones, grandes religiones, creaban más y más culpa a la humanidad. Provocando más y más miseria, guerras, quemando vivas a las personas. Hablando toda clase de tonterías de las que no existe prueba alguna, de las que no tienen ninguna evidencia. Manteniendo a la humanidad en la oscuridad, en la ceguera por sus enseñanzas basadas en la creencia, creencia significa ceguera.
No hay creencia que no esté ciega. Un hombre con ojos no cree en la luz, la conoce. No hay necesidad de creer. Sólo el ciego cree en la luz porque no la conoce. La creencia existe en la ignorancia, y todas las religiones —con pocas excepciones, como Zaratustra y Chuang Tzu, quienes no pudieron crear las siguientes grandes religiones— todas apoyan la creencia. En otras palabras, todas están a favor de la ceguera.
Nietzsche estaba simbólicamente en contra de ellas. En lo que concierne al Oriente, escogió al Buda Gautama como el símbolo, y en el oeste a Jesucristo. Estaba en contra de esta gente por la simple razón de que se manifestaban en contra de la vida. Se oponían a las persinas que disfrutan de las cosas sencillas: gente que vive jugueteando, riendo; gente con sentido del humor, no tan seria; gente que vive amando la música y las canciones; gente capaz de bailar y de amar.
Nietzsche fue atraído por Zaratustra porque pudo ver que, de todo el pasado, sólo este hombre no estaba en contra de la vida, del amor, de la risa.
En estos fragmentos, verás declaraciones tremendamente significativas que pueden considerarse como los cimientos de una religión que afirma la vida. Yo estoy a favor de la vida. No hay nada por lo que pueda sacrificarse la vida, en cambio todo puede sacrificarse por la vida, todo puede significar un medio para perseguir la vida, pero la vida tiene su fin en sí misma.
Escucha con mucho cuidado porque Friedrich Nietzsche escribe de una manera muy condensada. No es un literato, escribe en aforismos. Cualquiera podría escribir un libro completo, pero Nietzsche escribiría sólo un párrafo. Sus escritos son tan condensados que al menos que estés muy atento, puedes perderte. Sus escritos no se pueden leer como una novela.
Esto es como los sutras del Upanishad. Cada sutra individual, o cada máxima, contiene tanto, tiene tantas implicaciones. Quiero tratar las implicaciones para que no malentiendas a Nietzsche, porque es uno de los filósofos más malentendidos en el mundo. Una de las razones por las que se le entendió mal fue su forma tan abreviada de escribir, nunca explicó, nunca hizo explicaciones detalladas sobre las posibles implicaciones.
Nietzsche es un hombre muy simbólico, porque estaba lleno de nuevos descubrimientos, que no había suficiente tiempo para explicar. No podría escribir tratados, pues tenía tanto que compartir y dar, y la vida es tan breve.
Debido a que su trabajo era tan condensado y cristalizado la gente, en primer lugar, no lo entendió. En segundo, si lo entendieron, lo malentendieron. En tercero lo encontraron imposible de leer; todo lo querían explicado. Nietzsche no escribía para niños, sino para gente madura. Pero la madurez es muy rara, la edad mental promedio no es mayor a catorce años, y con ésta seguramente Nietzsche no se entendía. No fue comprendido por sus oponentes, tampoco por sus seguidores, porque ambos tenían la misma edad mental.
Cuando Zaratustra tenía treinta años de edad,dejó su hogar y el lago de su hogar y se fue a las montañas.
Es necesario explicar que el Buda Gautama dejó su palacio cuando tenía veintinueve años de edad. Jesús empezó sus enseñanzas cuando tenía treinta años. Zaratustra partió a las montañas cuando tenía treinta años. Hay algo significativo en la edad de treinta, o cercana, así como a los catorce nos volvemos sexualmente maduros. Si tomamos la vida como tradicionalmente se ha hecho, que consiste en setenta años, aquellos que la han observado profundamente han encontrado que cada siete años ocurre un cambio, una vuelta.
Los primeros siete años son de inocencia. Durante los segundos siete años, los niños están muy interesados por investigar, en preguntar; curiosidad. Después, de los catorce a los veintiuno, tienen la sexualidad más poderosa. Te sorprenderá saber que el más alto pico de la sexualidad es cerca de los dieciocho o diecinueve años. La humanidad ha tratado de evitar este periodo procurando programas de educación, colegios, universidades; poniendo a hombres y mujeres por separado. Ése es el tiempo en el que su sexualidad y energía sexual llegan a su punto más álgido.
En esos siete años, de catorce a veintiuno, pudieron experimentar fácilmente el orgasmo. El orgasmo sexual es un vistazo que puede crear en ti la urgencia de más espacios de gozo. Dos cosas desaparecen con el orgasmo sexual: tu ego y tu mente; el tiempo se detiene por pocos segundos.
Pero éstas son cuestiones importantes. Dos desaparecen por completo: ya no eres “yo”, si eres, pero no hay un sentido del ego. Ahí está tu mente, pero no existen pensamientos, sólo una profunda quietud. De pronto, debido a que el ego desaparece y se detiene la mente, el tiempo también se pausa. Para experimentar el tiempo necesitas cambiar pensamientos en la mente, de otra manera distinguirás el movimiento del tiempo.
Sólo piensa en dos trenes juntos y a la misma velocidad en el espacio vacío. Cada vez que veas por la ventana al otro tren —que tiene la misma ventana y el mismo número de compartimentos—, no experimentarás que te estás moviendo. Tampoco los pasajeros del otro tren sentirán que se están moviendo.
Experimentan el movimiento debido a que cuando su tren se está moviendo, los árboles permanecen quietos no se mueven, las casas se mantienen quietas, no se están moviendo. Estaciones y plataformas vienen y pasan. Esto es porque en ambos lados las cosas están estáticas mientras que, contra ellas, relativamente pueden sentir que el tren avanza.
Algunas veces pueden atestiguar algo extraño: su tren está parado en la plataforma, y otro está parado a su lado. Su tren empieza a moverse. Están viendo al otro tren y parece como si se estuviera moviendo; a menos que miren hacia la plataforma, que está quieta. El movimiento es una experiencia relativa.
Cuando la mente no genera pensamientos, estás en un cielo vacío. El tiempo se detiene porque no lo pueden juzgar sin el movimiento; no está ahí, la mente no está ahí, el tiempo no está ahí... sólo una tremenda paz y una gran relajación.
Mi entendimiento es que el orgasmo es el que da a la gente la primera idea sobre la meditación. Pocos genios han tratado: “Si podemos detener los pensamientos, si podemos soltar el ego y si la mente no está ahí, el tiempo desaparece. No hay necesidad de ningún orgasmo sexual.” Puedes tener la misma experiencia del orgasmo sola, pero ya no sería sexual, sino espiritual.
El orgasmo sexual debe haber dado la primera idea de que es posible la misma experiencia sin el sexo, de otra manera no hay forma de que el ser humano haya descubierto la meditación. La meditación no es un fenómeno natural, en cambio el orgasmo sexual sí lo es, pero las sociedades evitan que sus niños lo experimenten. Nadie dice nada sobre esto. Es una estrategia, una muy peligrosa contra la humanidad porque los niños a los que se les priva de tener un orgasmo sexual nunca sentirán la necesidad de meditar, o será muy débil, no arriesgarán nada por ella.
Así que a la edad de veinticinco el sexo llega a su máximo, si se permite, como se toleraba en la época del Buda Gautama. Le fueron dadas todas las chicas hermosas de su reino, estaba rodeado de ellas, conocía la experiencia profunda del orgasmo.
De los veinticinco a los veintiocho años, es decir, los otros siete años, buscamos el orgasmo sexual porque es biológico. Pronto perderemos la energía y no podremos ser capaces de tener un orgasmo. En segundo lugar, es independiente de alguien más, un hombre, una mujer. Es destructivo de tu libertad; tiene un costo muy alto. Así es que si un hombre de manera natural —le es permitido crecer naturalmente— de los veintiuno a los veintiocho buscará y revisará maneras y modos para trascender psicológica y biológicamente, y permanecerá siendo capaz de moverse dentro de las experiencias orgásmicas.
De los veintiocho a los treinta y cinco años de edad, el Buda Gautama , Zaratustra , Lao Tzu, Chung Tzu y Jesús se movieron a nuevos planos del ser. Y no sólo que para no fueran molestados, u obstruidos por la gente, ellos se movieron a las montañas —dentro de la soledad—. Considero que eso no fue ir contra la vida, simplemente fueron en busca de un espacio de silencio donde no hubiera distracciones para encontrar la experiencia más grande del orgasmo. Lo que William James llama “el orgasmo oceánico”, en el que se desaparece por completo en el océano de la existencia, así como una gota de rocío se desliza de la hoja del loto al mar.
Así que la edad de treinta no es incidental. Los grandes buscadores se han marchado hacia búsqueda entre los veintiocho y los treinta y cinco. Ese es el periodo de búsqueda y de exploración; buscando algo que no es el cuerpo, sino el espíritu.
Ahí, tuvo el gozo de su espíritu y su soledad y no se cansó de eso en diez años.
Permaneció en la montaña durante diez años. Su soledad, silencio y paz se volvieron más profundas y se llenó de gozo. Aunque estuvo solo, no se cansó de eso.
Pero al final su corazón cambióy una mañana se levantó con el amanecer, se paró frente al sol, y le habló así...
Aquí es donde Zaratustra toma un nuevo sendero. Mahavira permaneció en la soledad. Buda se mantuvo en aislamiento, y las personas que lo vieron percibieron que algo había ocurrido, algo más allá de su entendimiento. Esta gente fue transformada. Ellos se habían vuelto luminosos, radiaban gozo. Tenían una cierta fragancia; habían conocido algo. Sus ojos tenían una profundidad que no estaba ahí antes, y sus caras una gracia que era un fenómeno totalmente nuevo.
Sucedió un malentendido muy sutil. La gente que estaba presenciando pensó que esas personas se fueron a la montaña porque habían renunciado a la vida. Por consiguiente, renunciar a la vida se volvió algo fundamental en todas las religiones. Sin embargo ellos no renunciaron a la vida.
Quisiera reescribir la historia indagando particularmente sobre estas personas porque las conozco a través de mi propia percepción. Yo sé la verdad. Esta gente no actuó en contra de la vida, se fueron simplemente por la soledad, para estar solos; se apartaron de las distracciones.
Pero la diferencia entre el Buda Gautama y Zaratustra es que el primero, una vez que se encontró a sí mismo, nunca declaró: “Ahora no tengo necesidad de estar en reclusión, ser un monje. Puedo regresar a ser un hombre ordinario en el mundo”.
Tal vez se necesita más valor para aislarse del mundo; regresar al mundo requiere más valor. Subir la montaña es difícil, pero gratificante. Se va llegando más y más alto. Y una vez alcanzado el pico más alto se necesita un valor tremendo para regresar abajo a través del oscuro valle que habías dejado, sólo para pasar el mensaje a la gente: “No necesitas permanecer siempre en la oscuridad. No necesitas permanecer siempre en el sufrimiento y en el infierno”.
Este viaje hacia abajo podrían condenarlo esas personas a las que vas a ayudar. Cuando vas hacia arriba, eres un gran santo, pero cuando vas hacia abajo, la gente pensaría que tal vez estás cayendo, que has caído de tu grandeza, de tu altura. Ciertamente se necesita el mayor valor del mundo para volver a ser de nuevo ordinario, después de tocar las alturas de lo último.
Zaratustra mostró ese valor, no se preocupó de lo que dijera la gente, de que fuera condenado, de que pensaran que hubiera caído de las alturas, de que ya no era un santo. Su preocupación residió más bien, en compartir su experiencia con aquellos que pudieran estar listos, receptivos y accesibles; podría tratarse de pocos.
...y una mañana se levantó con el amanecerse paró frente al sol y le habló:¡Gran estrella!Qué sería de tu felicidad si no tuvieras aquellos a quienes iluminar.
Son grandes las implicaciones de esta declaración. Zaratustra está diciendo que los pájaros son felices porque sale el sol. Las flores son felices porque sale el sol. Todo el planeta parece estar feliz, despierto, lleno de energía, de esperanza, por el día que llega; el sol está saliendo.
Esta declaración indica que el sol también debe estar feliz porque han florecido tantas flores, tantos pájaros están cantando. Si no existieran los pájaros o las flores, y no hubiera nadie esperándolo, el sol estaría triste.
Las implicaciones son claras: estamos interconectados, la existencia está interconectada. Hasta la más pequeña hoja de pasto está conectada con la gran estrella en el cielo. Esas conexiones no son visibles.
Es sabido que si un día no sale el sol, desaparecería la vida en el planeta. Sin el calor del sol y la energía que proporciona nada permanecería con vida. Pero los místicos siempre nos han indicado también sobre la otra posibilidad: si la vida desaparece del planeta, el sol no saldría, ¿para quién?
Zaratustra está diciendo: “Estoy lleno de gozo, lleno de paz. Ahora necesito alguien que lo reciba. Estoy rebosado. Tengo que compartirlo, de otra manera hasta el mayor gozo sería muy pesado. Hasta el mayor gozo puede volverse doloroso si no se comparte”.
Tú, gran astro, qué sería de tu felicidad si no tuvieras aquellos a quienes iluminar.Durante diez años has venido subiendo hasta mi caverna, sin mí, mi águila y mi serpiente te habrías hartado de tu luz y de este camino.
Zaratustra usa dos símbolos: el águila y la serpiente. La serpiente representa la sabiduría, y el águila el valor para volar dentro de lo desconocido, sin miedo. Tenía a su lado el águila y la serpiente. Debemos ser tan conscientes, tan sabios e inteligentes como sea posible. Necesitamos también el valor para penetrar en lo desconocido y, finalmente, dentro de lo que no es posible conocer. Saltar dentro de lo que no se puede conocer es hacerlo dentro de los mandatos de Dios en la existencia.
Pero nosotros te aguardábamos cada mañana, te liberamos de tu superabundancia y te bendecimos por ello.
Todo lo que nos has dado era superfluo para ti. Tienes mucho de eso, estás sobrecargado con eso. Deseabas a alguien con quién compartir, y hemos tomado de tu energía superflua y abundante, energía rebosante, y te hemos bendecido por eso.
¡Mirad! Estoy cansado de mi sabiduría...
De la misma manera que estás cansado de tu luz y quieres alguien para compartirla, yo estoy cansado de mi sabiduría; es demasiado. Ya no puedo contenerla, debo encontrar a alguien para compartir. Tengo que descargarme.
Ésta es una gran reflexión, que hasta la sabiduría puede convertirse en una carga. Zaratustra está absolutamente en lo correcto.
...como la abeja que ha recogido demasiada miel, tengo necesidad de manos que se extiendan.Me gustaría regalar y repartir, hasta que los sabios entre los hombres hayan vuelto a regocijarse en su locura...
Lo anterior puede decirlo solamente alguien que sepa. Una persona ordinaria que simplemente ha aprendido, que tiene sabiduría prestada, no podría siquiera concebir la idea.
Nietzsche está diciendo en Zaratustra: “Voy a ir a compartir entre los hombres, a distribuir y descargarme hasta que los sabios entre los hombres hayan vuelto a regocijarse en su locura”
El verdadero hombre sabio no es serio, se regocija porque entiende que la existencia es juguetona. El verdadero hombre sabio puede parecer un poco loco a la gente, disparatado. porque la humanidad ordinaria concibe una idea fija de lo que es un hombre sabio: que es serio, que no pude ser juguetón, que no puede reír, que no puede bailar.
Esas cuestiones son para gente tonta. Zaratustra dice: “Seguiré compartiendo mi sabiduría hasta que el sabio entre los hombres se haya vuelto tan sabio que pueda aceptar aún las cosas que parezcan tontas para el hombre ordinario”.
...y los pobres, con su riqueza.
En lo concerniente a la riqueza interna, el ser humano pobre ha sido dotado por la naturaleza como a un hombre rico. El rico está muy comprometido con el mundo exterior, y tal vez no encuentre la forma o el tiempo para entrar a su interior. Por su parte, el pobre está en una condición afortunada, no tiene nada que lo comprometa con lo exterior, puede cerrar los ojos e ir al interior. Zaratustra está diciendo que al menos que el sabio sea tan sabio que hasta la tontería se vuelva sólo regocijo, y el pobre sea tan feliz como si hubiera encontrado el más grande tesoro...
Para ello tengo que bajar a la profundidad: como haces tú al atardecer, cuando traspones el mar llevando luz incluso al submundo, ¡astro inmensamente rico!Yo, lo mismo que tú, tengo que hundirme en mi ocaso como dicen los hombres a los que quiero bajar. ¡Bendíceme pues, ojo tranquilo capaz de mirar sin envidia incluso una felicidad demasiado grande. ¡Bendice la copa que quiere desbordarse para que de ella fluya el agua de oro llevando a todas partes el resplandor de tus delicias! ¡Mira! esta copa quiere vaciarse de nuevo y Zaratustra quiere volver a hacerse hombre.
Ésta es una rara cualidad de Zaratustra. Han existido miles de individuos que han querido convertirse en superhombres, quién no desea ser como Buda, Jainas, Cristo; sin embargo, Zaratustra, solo en toda la historia, quiere ser nuevamente hombre. Habiendo visto las alturas, habiendo visto las profundidades, conociendo la soledad última, estando lleno de sabiduría, quiere ir hacia abajo y ser sólo un hombre entre los hombres, no alguien superior.
Entonces, Zaratustra inició su camino descendente.
Este descenso de Zaratustra es tan único y significativo que, a menos que todos los hombres sabios tuvieran el mismo valor, no podrá cambiarse el destino de la humanidad.
Si Buda Gautama, Jesucristos, Moisés y Mahoma hubieran regresado a la humanidad sólo como hombres, le habrían dado dignidad un gran valor; se hubieran vuelto fuentes de enorme inspiración. Pero ellos están muy lejanos: la distancia es tan grande que crea un desencanto. No sólo ellos, sino también sus discípulos han estado tratando, de todas las maneras posibles, de crear más y más distancia.
Por ejemplo, Jesús nació de una joven virgen: es desalentador para la humanidad porque hemos nacido del pecado, sólo Jesús no nació del pecado. Si él es el único hijo de Dios, entonces ¿quiénes somos nosotros? ¡Ni siquiera somos primos!
¿Por qué Dios es tan miserable que sólo tuvo un hijo? ¿Cree en el control de la natalidad? Los cristianos están en contra. ¡Al menos era necesaria una hija! Pero, para deshonra del género femenino, Dios no puede tener una hija, ni tiene una esposa; pero tiene un hijo. Su hijo camina sobre el agua, tú no puedes hacer eso, trae gente de la muerte —resurrección—, tú no puedes hacer lo mismo.
Naturalmente la distancia es muy grande. Tú eres sólo un ser humano; él es Dios. Cuando mucho, puedes adorarlo. Es una humillación para ti. Significa un gran insulto para la humanidad. Y esos milagros son ficción. Nadie nunca ha hecho esos milagros, pero sus seguidores han ido muy lejos sólo para crear la distancia entre Jesus y tú, han ido a distancias extremas.
Mahoma murió, pero no como un hombre ordinario. De hecho, él no falleció de la forma en que muere la gente; simplemente se fue directo al cielo, vivo. Y no él solo, montando un caballo, así que el caballo también se fue directo al paraíso. No es un caballo ordinario, sino el caballo Mahoma Hazrat. No puedes pensar que perteneces a la misma categoría.
Mahavira nunca sudó. En los veranos calurosos de India, particularmente en Bihar, en caminos polvosos, él se movió desnudo cuarenta años, ¡y nunca sudó! Esto sólo es posible si su cuerpo no estuviera cubierto de piel, sino de plástico. Debido a que el cuerpo está protegido por piel y ésta respira, la sudoración es un proceso necesario para sobrevivir, de otra manera moriríamos.
El sudor es protección. Cuando está muy caluroso, los poros empiezan a arrojar agua fuera del cuerpo para que el calor se dedique a evaporar el sudor y que no se eleve la temperatura; la temperatura permanece igual. Si el cuerpo no suda, la temperatura se elevaría más y más alto. Y no tenemos mucho rango, entre treinta y seis y treinta y siete grados. Sólo doce grados más y Mahavira hubiera reventado; no podría permanecer vivo. Sólo para marcar una diferencia, él nunca se bañó; no había necesidad. Cuando no se suda, no se requiere tomar un baño.
Lo mordió una serpiente y le salió leche en lugar de sangre. En una conferencia Jaina, justo antes que yo, habló un monje Jaina. Alabó todos estos milagros de Mahavira, y cuando hablé yo, dije: “Éstos no fueron milagros. Con pensar un poco quedará claro que sólo puede salir leche de un pie, si en lugar de sangre haya circulado leche en el cuerpo de Mahavira. Sin embargo, durante cuarenta años la leche circulando se hubiera convertido en jocoque, se hubiera vuelto mantequilla, incluso se hubiera hecho manteca. ¡Permaneció siendo leche! ¡Salió leche fresca!
“La otra posibilidad es que la leche hubiera salido tal como en los senos de una mujer, pero los senos tienen un mecanismo sutil para transformar la sangre en leche. Esto también era posible, si insisten en que el cuerpo de Mahavira tuviera sistemas creadores de leche”.
Esto es absurdo. Sin embargo todos... El Buda Gautama nació estando su madre parada, lo cual puede aceptarse porque no es mucho problema. Tal vez la madre estaba un poco loca; de otra manera, debía estar acostada cuando nacía el niño, no parada. Podría aceptar que tal vez la madre estaba loca, pero el Buda Gautama nació parado; cayó en la tierra parado. Esto también ocurre algunas veces. Normalmente sale primero la cabeza, pero de vez en cuando nace un niño con los pies por delante.
Es posible si la historia parara ahí, y no provocaría gran impresión, pero el Buda caminó siete pasos. Y cualquier niño recién nacido no se puede parar, pero él anduvo siete pasos. Y no sólo los caminó, después miró al cielo y declaró: “Yo soy el más grande de los budas, el hombre iluminado más grande; pasado, presente y futuro”.
Ahora bien, éstas son grandes decepciones: no puedes controlar estas cosas. En primer lugar, tú ya naciste, inténtalo la próxima vez. En esta vida puedes convertirte en una persona despierta, así que sólo practica para la siguiente. Recuerda exactamente lo que hay que hacer.
Dichas ficciones tienen un propósito particular, que es alejar a estas personas de los seres humanos para que sólo sea factible cuando mucho, adorarlos; no es posible ni soñar que pueda pasarte a ti esa misma experiencia.
Lo que hizo Zaratustra deberían haberlo llevado a cabo todos los seres iluminados, hubieran regresado al mundo, se lo deben. Están en deuda con la humanidad. Nacieron como niños humanos y no pueden perdonar que se creen mitos alrededor de ellos o permitir que otra gente establezca esos mitos en torno suyo para que se vuelvan algo inalcanzable.
Zaratustra es más humano, más adorable; se puede ver su visión al regresar a la humanidad. Ha reunido tanta sabiduría, tanta miel, que quiere compartirla, distribuirla. Él quería de nuevo estar vacío porque ahora que sabe que entre más dé más existencia se seguirá derramando sobre él. Puede ir vaciándose y aún tendrá abundancia para compartir.
Un hombre que auténticamente está enamorado de la humanidad, un hombre que afirma la vida, no condena, no es negativo; no hace que nadie se sienta culpable. Por el contrario, ayuda a todos: “Todo lo que tengo está oculto también dentro de ustedes”. Su regreso hacia abajo no es nada más que alentar a aquellos que estuvieran listos, los que tienen necesidad de alguna guía, los que quieren conocer el camino, aquellos que quieran experimentar su mayor tesoro interior.
Zaratustra debe ser mejor y mejor entendido para el beneficio de la humanidad que viene. Ésta es una bendición mayor que cualquier otra.
Así habló Zaratustra.