Читать книгу Diálogos para una nueva escuela en Chile - Pablo Chiuminatto - Страница 6
ОглавлениеSi algo es claro hoy en día, a casi diez años de la Revolución Pingüina del 2006, es que en los futuros libros de historia la educación aparecerá como uno de los grandes temas políticos del Chile de inicios del siglo XXI. Sea que esto agrade o no a todo el mundo, es un hecho que la educación se ha instalado como un tema central en los programas de gobierno, en las comisiones legislativas del Congreso, en los medios de comunicación y, como nunca, en la calle y la plaza pública, las arterias de nuestra turbulenta polis.
Hay una sensación general de que vivimos uno de esos tantos momentos de crisis que parecen volver a cubrir, cada cierto tiempo, la vida política de un país. Experimentamos el vértigo de ese punto en la historia en el que nos parece que algo, en cualquier momento, puede precipitar un giro en el curso de los hechos. En medio de esta inestabilidad, aunque no sabemos por qué y no entendemos bien cómo, se ha instalado en nosotros la certeza de que ese algo que puede precipitar un cambio es la educación. Sentimos que este es el momento y el lugar desde el cual imaginar un país que se mueva, finalmente, al ritmo del mundo globalizado. Es así que, desde nuestra angosta y larga faja de tierra, nos comparamos con los países líderes del planeta y desde esa perspectiva surge la pregunta por quiénes somos, quiénes queremos ser, y cómo lo lograremos.
Lo cierto es que, aunque hemos dado apenas los primeros pasos, ya han salido a nuestro encuentro grandes obstáculos. En Chile, según diversas investigaciones realizadas, dos de cada tres niños cursan la educación básica sin aprender las habilidades mínimas establecidas por el Ministerio de Educación. Frente a la elocuencia de antecedentes como este se hace evidente la necesidad de buscar maneras de transformar los sueños en objetos de trabajo: investigaciones, proyectos institucionales, datos, instrumentos de medición.
En este contexto, desde nuestros ámbitos disímiles al interior de la academia y del espacio compartido como profesores universitarios e investigadores, nos propusimos trabajar juntos. Creemos que la interdisciplina es un lugar privilegiado para crear y compartir ideas e idearios. Es aquí donde nos reunimos a dialogar sobre educación. Este libro surge de una serie de conversaciones acerca de la educación chilena en las que intercambiamos diagnósticos, propuestas y experiencias. Estos diálogos pasaron por muchas lecturas y fueron pulidos para convertirse en un texto que expresara nuestros pensamientos más significativos y conservara, a la vez, el carácter espontáneo y fluido de la conversación entre dos amigos.
Este trabajo dialógico dio lugar, finalmente, a los cinco capítulos que estructuran este libro. En el primero discutimos el problema del currículum; las grandes preguntas en torno a sus contenidos y nuestras propuestas de otra forma de pensar los programas de estudio. El segundo capítulo aborda, principalmente, las tan cuestionadas evaluaciones estandarizadas. El tercero discute los distintos desafíos que el avance tecnológico presenta a la tarea docente. Por su parte, el cuarto reflexiona sobre el rol central del profesor y algunas cuestiones sobre su preparación. Para terminar, el quinto capítulo plantea vías de solución a algunos de los problemas planteados, a la luz de algunas experiencias extranjeras, así como la forma en que creemos deberían integrarse estos modelos internacionales a una discusión en Chile.
En estas páginas el lector encontrará datos y estadísticas, interpretaciones, convicciones, ejemplos y anécdotas personales. Nuestra conversación no agota todos los temas, ni pretende resolverlos, pero suma voces a este diálogo en curso en la sociedad chilena. Probablemente la conclusión más importante de este libro sea que para pensar los cambios a venir lo primero que hay que hacer es escuchar. Cada uno de quienes están o estuvieron en una escuela, que enseñan o enseñaron, tiene mucho que decir. El desafío final es que esta institución asuma el rol formador de ciudadanos conscientes, críticos, creativos y activos. Para eso, estas características tienen que ser parte de la propia dinámica institucional. Cómo lograrlo es la pregunta que orienta este diálogo cuyos temas, esperamos, integren los cambios del siglo XXI en Chile.
Miguel Nussbaum y Pablo Chiuminatto