Читать книгу Narrativas de vida, dolor y utopías - Pablo Iván Galvis Díaz - Страница 8

Introducción

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La presente investigación tiene como eje central las narrativas del conflicto armado en los estudiantes del proyecto Utopía de la Universidad de La Salle, temática desarrollada a través de la construcción y análisis de relatos de vida. La investigación le da mucha importancia al acontecimiento, al recuerdo, a lo subjetivo, y le asigna a la experiencia personal el papel protagónico dentro de la construcción de los relatos de vida y desde allí son identificados los imponderables en las relaciones tejidas entre los sujetos de investigación y las experiencias del conflicto armado. A partir de la pregunta por las representaciones de estos jóvenes sobre el conflicto armado en Colombia, me limito a proponer reflexiones de las prácticas cotidianas, las imágenes —actores, situaciones—, las formas como narran sus experiencias y la elaboración que hacen de las mismas.

Este texto tiene una intención propia: dejar registrado el hecho de que los relatos de vida construidos desde un profundo trabajo de campo son en sí mismos el medio metodológico y la elaboración teórica de la acción antropológica. Que aunque el relato es descriptivo, toda descripción es más que un acto de fijación, es un acto culturalmente creador; por lo tanto, la descripción de las narrativas de vida de los estudiantes manifiesta un poder distributivo y una fuerza performativa: hacer lo que dice. En este sentido, se comprenden las narrativas como acciones fundadoras de espacios, de sentidos y de prácticas, que en el caso particular de los estudiantes del proyecto Utopía permiten la visualización del conflicto armado desde una mirada subjetiva, local y afectiva. Esta dimensión transforma los relatos de vida de instrumentos de registro o de memoria en acciones que generan interpretación constante y pluralidad de significaciones, y así se llega a constituir en teoría de análisis para el campo disciplinar (De Certeau, 1996, p. 175).

El cuerpo del libro se constituye en tres capítulos: el primero trata sobre los elementos de la metodología de la investigación y desarrolla una descripción detallada de la población investigada; asimismo, presenta el trabajo de campo, la importancia de los métodos y herramientas etnográficas para la construcción de los relatos de vida, sobre todo de la importancia del “estar allí” y la construcción y uso de los diarios de campo. Por último, muestra cómo la disciplina antropológica se convirtió en el fundamento para alcanzar un registro subjetivo del conflicto y en el medio para describir una realidad analizable.

El segundo capítulo es una apuesta por el sujeto, por la creación de texto a partir de la realidad vista desde quien describe, narra y recuerda. Es un capítulo de suma importancia, pues en él se recopila todo el trabajo de campo: las entrevistas semiestructuradas, los diarios de campo, los imponderables vistos a partir del diario vivir, los escritos de los estudiantes, sus motivaciones, e incluso las limitaciones, posibilidades y sentimientos que como investigador viví en el desarrollo del trabajo. Uno de los logros en este capítulo fue mostrar cómo los relatos tienen el poder de transformar el ver en un creer y de fabricar lo real con las apariencias (De Certeau, 1996, p. 202). Este capítulo muestra la historia de vida de tres jóvenes atravesada por el conflicto armado colombiano, Andy, Cubi y Juandro, y su relación directa con las historias regionales de donde provienen: los departamentos de Cesar, Casanare y Caquetá. Son tres relatos que describen múltiples experiencias y representaciones del conflicto armado, pero sobre todo son tres registros que encarnan una realidad que se vive en Colombia: que todo poder se traza primero sobre la espalda de sus sujetos. Por ello, dichos relatos se constituyen en metáforas del cuerpo dominado (De Certeau, 1996, p. 153). En este sentido, no solo las regiones y los territorios son marcados por la realidad del conflicto armado, sino que, de manera particular, los sujetos construyen representaciones, experiencias y aprendizajes de su contacto con los grupos armados, lo que convierte sus narrativas de vida en complemento vital de la memoria en nuestro país. Es una memoria no solo objetivada en cifras, eventos y versiones oficiales, sino enriquecida por recuerdos, afectos y sentidos dados por la subjetividad de la experiencia.

Cada relato de vida fue construido desde una estructura diferente, según los datos que arrojaba el trabajo de campo. Por ejemplo, el relato de Andy es construido desde la dinámica de la escucha de una narrativa pensada y construida por el sujeto, con la intención de ser reconocida y valorada, desde su posición de víctima. El escrito de Cubi, a diferencia del anterior, fue redactado en un contexto de espontaneidad y de cercanía, con la intención de crear una identidad propia, enraizada en las costumbres llaneras, y de asignarle al protagonista un valor agregado: la valentía y el riesgo del hombre casanareño. El discurso de Juandro, inmerso en las zonas grises dentro del conflicto en el Caquetá, es registrado desde la necesidad de dejar claridad sobre sus posturas ideológicas, al menos las que son “políticamente correctas” en el contexto de la Universidad de La Salle, de allí que su relato de vida se convierta en una maraña por desenredar por parte del investigador.

En el tercer capítulo se presentan los análisis de las narrativas de vida de una manera comparativa; en él se realiza el estudio de los relatos de cada uno de los sujetos de la investigación a través de cinco categorías: en primer lugar, la cotidianidad (entendida como la realidad del diario vivir, con pluralidad de sentidos y significados) como eje central de la experiencia del conflicto armado. Desde allí es analizada la naturalización de las fuerzas encontradas -confrontación armada- y los extrañamientos y deseos de desterrar dichas experiencias de vida. En segundo lugar, está la identidad marcada en cada uno de los sujetos (entendiendo la identidad como las formas de ser y hacer, y como parte del reconocerse adscrito a algo), como huella del paso de la confrontación armada por cada uno de los sujetos investigados. Por otro lado, están los símbolos y representaciones que ellos hacen en sus narrativas sobre elementos constitutivos del conflicto, como por ejemplo la muerte, las armas, los lenguajes, las maneras de vestir, de hablar, de hacer, etc. En cuarto lugar, están las relaciones de poder (como posibilidad de encontrar sumisión y obediencia en una población) que se tejen dentro de la pluralidad de discursos en los cuales se entrecruza la vida de estos jóvenes con las experiencias de la guerra. Por último, está la construcción de las relaciones subjetivas de amistad y enemistad (categorías tomadas de Karl Schmitt), donde se hace alusión a las construcciones sociales de cercanía y distancia, con intereses específicos que realiza cada sujeto en medio de la confrontación armada.

La investigación termina con unas conclusiones abiertas que tienen como eje articulador los aprendizajes y valoraciones de la etnografía dentro de la investigación social: las apuestas metodológicas, sus alcances y alternativas. A través de la reflexión sobre el quehacer antropológico, se presentan algunas conclusiones acerca de las representaciones del conflicto armado en los jóvenes, sobre los símbolos más importantes que ellos emplean en su narrativa sobre la realidad de violencia que vivieron y sobre la identidad marcada en sus cuerpos y relatos a partir del contacto cotidiano con el conflicto armado en sus vidas.

Narrativas de vida, dolor y utopías

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