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PREFACIO Y AGRADECIMIENTOS

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Los Bautistas, calmadamente, junto con los puritanos separatistas del siglo XVI y el siglo XVII en Inglaterra, rechazaron el Presbiterianismo directamente heredado de la Reforma Ginebrina conforme a las enseñanzas de Juan Calvino. Sin embargo, estos mismos Bautistas se llamaban a sí mismos Calvinistas ¿Qué es lo que distinguió a un Calvinista Presbiteriano de un Calvinista Bautista? Usted comprenderá que ésta es una cuestión crucial para alguien que nombró a sus hijos Calvin y Baptiste, respectivamente. La respuesta corta a esta pregunta es el bautismo. La respuesta larga es la teología que implica el bautismo: la teología del pacto. En este documento de posición, vamos a estudiar la respuesta larga a través de la comparación de dos maneras muy diferentes de entender la teología del pacto en el siglo XVII: el entendimiento de la corriente principal de los Presbiterianos que eran paidobautistas y la comprensión no convencional de los Bautistas, quienes se negaron a bautizar niños y practicaron el bautismo para creyentes.

El desarrollo de esta tesis no habría sido posible sin el apoyo invaluable y la ayuda de varias personas a las que quiero dar gracias. En primer lugar, me gustaría dar las gracias a mis queridos hermanos y hermanas de la Église Évangélique de St-Jérôme quienes pagaron un alto precio por la teología que será presentada en estas páginas, al convertirse en una iglesia Bautista Reformada. Yo iba a comenzar este trabajo de investigación en el 2007 para obtener el grado de maestría en teología. Tenía planeado que fuera un proyecto rápido y fácil. Para el invierno de 2009, todavía no tenía nada hecho por estar demasiado ocupado con mis otras obligaciones. Fue en ese punto, que mi iglesia decidió liberarme de mis deberes pastorales durante cuatro meses para que yo pudiera dedicarme por completo a este proyecto. Pasé semanas en comunión con los teólogos del siglo XVII a través de sus escritos; a veces leyéndolos con una lupa cuando sólo existía la edición original. Al final de los cuatro meses, aún no había comenzado a escribir; pero ya sabía lo que iba a decir. Me tomó un poco más de otro año para terminar. Durante todo ese tiempo, la iglesia me apoyó incondicionalmente a través de oraciones y a menudo a través de ayuda en nuestro hogar, lo que me permitió trabajar con mayor tranquilidad. Hoy me siento conmovido y sinceramente agradecido cuando pienso en el amor que me han mostrado. Estar unido con ustedes en el Nuevo Pacto es una inmensa alegría, y servirles, un honor.

Quiero dar las gracias a Caroline, mi esposa, con quien estoy descubriendo las promesas y obligaciones de una vida de pacto. Tu perseverancia conmigo en este esfuerzo ha sido de gran consuelo para mí y una manifestación concreta de tu amor por mí, por nuestro hogar y sobre todo por Aquel que nos amó primero.

Un agradecimiento especial se debe también al Dr. Raymond Perron, que ha sido no sólo un tutor de tesis, sino un verdadero pastor. Gracias por su constante aliento el cual fue una verdadera fuente de motivación para seguir adelante. Gracias por su intercesión para con los hombres y con Dios.

Gracias también al Dr. James M. Renihan, que no sólo me enseñó acerca de la teología y la historia Bautista, sino que también me ayudó mucho con la bibliografía, al permitirme encontrar las obras más esenciales para esta tesis. Gracias por la rapidez de sus respuestas a mis numerosos correos electrónicos y preguntas, sobre todo mientras estaba escribiendo la introducción de este trabajo. Gracias al Dr. Richard C. Barcellos, que abrió mi entendimiento a los escritos de John Owen y que hizo muchas sugerencias útiles para mejorar esta obra. También me gustaría dar las gracias a otros profesores que me ayudaron a entender mejor la teología del Pacto y la teología Bautista: el Dr. Fred A. Malone, el Dr. Samuel E. Waldron y el Dr. Thomas J. Nettles. Gracias al Dr. Meine Veldman y el Dr. Michael A.G. Haykin por sus comentarios que ayudaron a remodelar algunas áreas de esta tesis. Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a la Faculté de Théologie Evangélique de Montreal, donde me preparé en teología, en especial al decano, el Dr. Amar Djaballah, uno de los hombres de Dios que ha influido mucho en mi pensamiento. Asimismo, quiero agradecer al hermano Brandon Adams, quien me ayudó a refinar y afilar mis pensamientos respecto a la teología del pacto desde la publicación original de esta obra en el 2013.

Gracias al hermano Guy Leroux, por el diseño de la portada. Gracias al hermano Steve Cyr, quien aceptó con prontitud el reemplazarme como capellán de la prisión. Gracias a todos los que predicaron durante mi ausencia: Antoine Robillard, Réal Cyr y los pastores de la Asociación de Iglesias Bautistas Reformadas de Quebec. Gracias a François Comeault, que me permitió beneficiarme de su acceso por computadora a obras esenciales del siglo XVII, a las que no hubiera podido acceder de otra manera. Gracias a su esposa Linda Cyr quien tradujo todas las citas en Inglés para la publicación de esta obra en Francés. Gracias a Mac Wigfield y su hija Elizabeth por la preparación de la versión en Inglés de este libro.

Por encima de todas estas personas, le doy gracias a Él, quien es el único digno de toda gloria, honor y alabanza; nuestro Dios, que dio a su unigénito Hijo para ser el mediador eterno de un pacto tan seguro y permanente como Su propia vida, que es la garantía. Señor, he sido abrumado y transformado mientras contemplaba develado la gloria del Pacto de Tu gracia ¡Que toda la alabanza sea para Ti!

Me gustaría dedicar este trabajo, a mis queridos colegas que son fieles ministros de Cristo y con quienes orgullosamente llevo el nombre de Bautista Reformado. Me dirigí a ustedes al escribir estas líneas. Los veo como campeones de gracia y de verdad. No me gustaría servir a nuestro Maestro bajo ningún otro pacto más que el que nos une y que todos apreciamos mucho.

Pascal Denault,

St-Jérôme, Qc

www.unherautdansle.net

Un mejor pacto

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