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INTRODUCCIÓN

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No hay duda que los Bautistas y los Presbiterianos paidobautistas del siglo XVII estaban teológicamente cerca. La naturaleza casi idéntica de la Confesión de Fe de Westminster y la Segunda Confesión de Fe de Londres dan testimonio de este hecho innegable. En esta obra, nosotros sin embargo, no investigaremos lo que unía a los Bautistas y Paidobautistas1, sino lo que los distinguía.

1. Hipótesis

La distinción más obvia entre los Bautistas y Presbiterianos es, por supuesto, el bautismo. Sin embargo, el bautismo no es el distintivo fundamental entre estos dos grupos. Proponemos que la Teología del Pacto es el distintivo entre los Bautistas y paidobautistas, y que todas las divergencias que existen entre ellos, tanto teológicas como prácticas, incluyendo el bautismo, provienen de sus diferentes formas de entender los pactos bíblicos. El Bautismo es, por lo tanto, no el punto de origen, sino el resultado de las diferencias entre los paidobautistas y credobautistas. Ligon Duncan escribe: “El mayor punto de conflicto en cuanto al bautismo, entre la posición Bautista y la posición Presbiteriana o Paidobautista, no es en nuestra doctrina de los sacramentos, sino nuestra doctrina de la iglesia.”2

No era el bautismo en sí mismo, el punto de la disidencia; sino el bautismo abordado desde la doctrina de la Iglesia (que no tenía otra estructura sino la teología del pacto). Antes de hacer la pregunta “¿Quién puede ser bautizado?”, hubo una pregunta más fundamental, es decir “¿Quién está en el pacto?” Esta es la consideración más importante en la definición de la identidad de los Bautistas. Al punto que, a pesar de la gran proximidad entre la eclesiología Congregacionalista y Bautista, esta pregunta constituyó el punto de división entre los dos grupos (a pesar de lo que los unió). James Renihan escribe: “Esto no quiere decir que sus opiniones eran mutuamente excluyentes, simplemente quiere decir que la eclesiología fue la fuerza impulsora detrás del movimiento Bautista, y le ha dado una identidad propia distinta de la de los Independientes.”3

Los Bautistas no consideraron la cuestión del bautismo como un tema apartado; para ellos, esta pregunta estaba intrínsecamente ligada a su teología como un todo, y a su entendimiento general de las Escrituras. Ellos rechazaron el Paidobautismo basados en más que en un análisis de la práctica del bautismo en el Nuevo Testamento, y en el hecho de que allí no se encuentra ningún ejemplo de bautismo infantil. Este tipo de argumento (el principio regulador, la definición del bautismo en el Nuevo Testamento, etc.), era de importancia secundaria en la apologética Bautista. El debate en torno al bautismo, involucraba un asunto mucho mayor que el de una práctica sacramental. Fue un debate sobre la estructura de las Escrituras; el significado y la naturaleza de los diferentes pactos que Dios hizo con el hombre; continuidad y discontinuidad en la revelación y la realización del plan de Dios. La naturaleza misma del Evangelio y de la Iglesia estaban en el centro de este debate.4 Los Bautistas no estaban solamente refutando una práctica que parecía equivocada, sino que establecieron un sistema teológico global que subyacente a esta práctica, desafiando así los fundamentos del federalismo Presbiteriano.5

Los Bautistas, por tanto, no estaban buscando definir en primer lugar la doctrina del bautismo, con el fin de adaptar a ella la doctrina de la Iglesia. Su doctrina del bautismo fue el resultado de un enfoque teológico similar en muchos aspectos, pero al mismo tiempo claramente diferente de la de la mayoría de los paidobautistas de su época. La cuestión que les preocupaba, no era simplemente saber quién podría ser bautizado con el fin de tener una práctica bíblica del bautismo. La cuestión que los hizo Bautistas, era saber quiénes conforman el pueblo de Dios. Este dilema planteó una serie de otras preguntas, que dieron a luz a una teología del pacto diferente de la heredada de la Reforma. Evidentemente, los Bautistas y paidobautistas no tenían la misma opinión sobre quién forma parte de la Iglesia. Cuando debatieron esta cuestión y sus implicaciones, el bautismo se convirtió en la manifestación concreta de sus respectivas convicciones. De acuerdo con David Benedict, el debate en torno al bautismo que se inició a mediados del siglo XVII provocó un enfoque innovador para la teología federal.6 La contemplación teológica, estaba floreciendo durante esta era y tenía la teología federal como su estructura. Los Bautistas nacieron en este contexto de progreso teológico; su repentina aparición es en sí misma una ramificación del pensamiento reformado. En el espacio de unas pocas décadas, los Bautistas articularon una teología que les era propia. El objetivo de nuestra obra será sacar a la luz la naturaleza específica de esta teología, especialmente su comprensión distinta de los pactos bíblicos.

2. Metodología y Fuentes Originales

Una de las dificultades de nuestra obra, proviene de la falta de consenso en la interpretación de la Teología del Pacto, tanto entre paidobautistas7 como entre Bautistas. Cuando tratemos de definir el enfoque paidobautista, no seremos capaces de presentar una definición que abarque todas las piezas. Del mismo modo, hay varios aspectos discordantes en el lado Bautista8. Haremos lo posible por lo menos, para circunscribir los principios teológicos generales que caracterizan a las dos partes que serán comparadas. Nuestro método consistirá en definir la diferencia fundamental entre los Presbiterianos del siglo XVII y los Bautistas, basados en sus diálogos conservados a través de sus escritos. Vamos a utilizar las fuentes originales directamente. Estas fuentes se componen de las confesiones de fe y diversos tratados escritos por paidobautistas y teólogos Bautistas.9

Aunque nuestra obra se relaciona con la teología histórica, vamos a abordarla desde el punto de vista de la teología bíblica y sistemática. Nosotros, por lo tanto, no seguiremos de manera lineal el desarrollo de la forma de pensar Bautista, sino que presentaremos esta perspectiva, siguiendo el orden bíblico de los pactos. Este método nos permitirá sistematizar aún más la teología Bautista para compararla con la teología paidobautista.

2.1. Confesiones de Fe y Catecismos

Dos documentos son particularmente pertinentes para nuestra investigación: la Confesión de fe de Westminster y la Segunda Confesión de fe de Londres, conocida como la de 1689. Estos documentos son importantes, ya que no representan la opinión de un teólogo aislado, sino las posiciones oficiales adoptadas respectivamente por paidobautistas y Bautistas. La Confesión de 1689 es, de hecho, una versión Bautista de la Confesión de fe de Westminster. Es, por lo tanto, esencial ver cómo los Bautistas modificaron esta confesión de fe: lo que mantuvieron, lo que omitieron, re-formularon o añadieron.10

La Primera Confesión de Fe de Londres (1644-1646) se muestra igualmente como una fuente importante. A pesar de que no presenta una Teología del Pacto sustancialmente, nos permite comprobar que, desde sus inicios, los Bautistas se adhirieron al enfoque reformado para la comprensión de las Escrituras y la salvación en una estructura de pactos.11 Más aún, como veremos adelante, ya en 1644 los Bautistas tenían una comprensión única del Pacto de Gracia y del Nuevo Pacto.

A las confesiones de fe, es necesario añadir los catecismos: los Catecismos Mayor y Menor de Westminster, así como el Catecismo Bautista.12 Otro catecismo muy importante en el estudio de la teología Bautista en el siglo XVII es el Catecismo Ortodoxo escrito por Hercules Collins, pastor de la Iglesia Bautista Old Gravel Lane, publicado en 1680. El Pastor Collins siguió el Catecismo de Heidelberg al escribir el suyo; las particularidades de él son, por tanto, muy significativas. James Renihan ha escrito sobre esto de la siguiente manera:

Este importante ministro Bautista Particular, entendió que la teología articulada por los teólogos de Heidelberg estaba en concordancia con la suya, y con el movimiento más amplio del que formaba parte. La elección por parte de Collins del título “Un Catecismo Ortodoxo”, es digna de mención, ya que tiene un doble sentido. A pesar de que, obviamente, se refiere al verdadero carácter de las doctrinas que promueve, también identifica la fuente de esas doctrinas, con los llamados teólogos protestantes ortodoxos de Europa. Collins estaba haciendo una declaración enfática: tal como ellos son ortodoxos, así también lo somos nosotros.13

2.2. Teólogos Paidobautistas y Bautistas

Aquí hay algunas fuentes que no pueden ser ignoradas al entrar en el debate del siglo XVII, en relación con la teología del pacto. Esta lista no es exhaustiva pero si representativa; no contiene todos los documentos que hemos consultado y mucho menos todos los que existen, sino se limita a aquellos que fueron los más útiles. Vamos a presentar en orden las fuentes paidobautistas, seguidas por las fuentes Bautistas, empezando desde la más antigua hasta la más reciente.

2.2.1. Los Paidobautistas

William Ames (1576-1633) se refugió en Holanda en 1610, debido al clima hostil hacia los puritanos en Inglaterra. Fue miembro del Sínodo de Dordrecht que condenó el Arminianismo, y más tarde se convirtió en el rector de la Universidad de Franekeradeel. Bajo su tutela estaban dos estudiantes que se convertirían en teólogos importantes en el desarrollo del federalismo reformado: Johannes Cocceius y Gisbertus Voetius. El federalismo de Ames siguió la continuidad del desarrollo de la teología paidobautista, sus principales énfasis se pueden encontrar en su obra: Medullatheologiae (The Marrow of Theology [La Médula de la Teología], 1629). Este libro fue el principal vector en la difusión de la influencia de Ames, especialmente en Nueva Inglaterra.14 Sus escritos también se distribuyeron en Inglaterra, sobre todo entre los puritanos. Cerca del final de su vida, Ames era el pastor de una iglesia de refugiados, quienes buscaban una membresía constituida totalmente por creyentes regenerados. Como resultado de ello, no es sorprendente que los Congregacionalistas y los Bautistas se inspiraron en gran medida por su teología.15

John Ball (1585-1640) era un Puritano Presbiteriano cuya teología corresponde en gran medida a la de la Asamblea de Westminster. Murió poco antes de que esta importante asamblea se llevara a cabo, pero su obra, A Treatise of the Covenant of Grace [Un Tratado sobre el Pacto de Gracia], publicada en 1645, le permitió tener una influencia sobre el resultado (de la asamblea). La Teología del Pacto presentada por Ball representaba el Federalismo Presbiteriano típico que los Bautistas adoptaron. Ball fue a veces citado, como una autoridad en el Federalismo reformado por otros autores Presbiterianos. Disponible como un facsímil de la edición original, esta fuente se considera como una lectura esencial, sobre todo porque Ball criticó la eclesiología separatista con la que los Bautistas tienen mucho en común.

Peter Bulkeley (1583-1659) fue un teólogo Puritano quien era el rector de la parroquia de Odell en Bedfordshire.16 Él se puso del lado de los no-conformistas antes de la Primera Guerra Civil Inglesa y se exilió en Nueva-Inglaterra para disfrutar de una mayor libertad. Escribió un tratado dedicado a la teología del pacto que fue publicado en Londres en 1646: The Gospel Covenant; or the Covenant of Grace Opened [El Pacto Evangélico; o el Pacto de Gracia Explicado].

Thomas Blake (1597-1657) también era un Puritano con convicciones Presbiterianas. Los tratados de Blake sobre la teología del pacto son importantes ya que parten de un diálogo con los opositores del bautismo infantil, en particular con John Tombes.17 No pudimos consultar todas las obras de Blake, pero la siguiente fue de gran utilidad en nuestra investigación: Vindiciae Foederis; or A Treatise of the Covenant of God Entered With ManKinde, In the Several Kindes and Degrees of it [Vindiciae Foederis; o Un Tratado sobre el Pacto que Dios hizo con el Hombre, sus varias Partes y Categorías], publicada en Londres en 1653.

Herman Witsius (1636-1708) a pesar de que era un teólogo continental, impulsó una influencia determinante en la teología federal en Inglaterra. Su federalismo es, en cierto modo, el punto de inflexión entre el federalismo de los teólogos continentales, incluyendo Zwingli, Bullinger, Calvino, Ursinus, Olevianus y Cocceius y el de la reforma en Inglaterra.18 Su obra autorizada, publicada en cuatro volúmenes, The Economy of the Covenants Between God and Man [La Economía de los Pactos entre Dios y el Hombre] (1677), es considerada por muchos como la expresión definitiva de la ortodoxia paidobautista Reformada.

Samuel Petto (1642-1711) es la figura desconocida en la teología Inglesa.19 Sin embargo, Petto fue uno de los más fuertes defensores del Paidobautismo basado en la teología del pacto y fue un crítico importante de los Bautistas en la segunda mitad del siglo XVII.20 Su obra más importante es The Great Mystery of the Covenant of Grace [El Gran Misterio del Pacto de Gracia] que fue reeditada en 2007. Esta pieza es particularmente importante para el tema que estamos estudiando, ya que toma en cuenta las debilidades con las cuales los Bautistas acusaban a la teología federal Presbiteriana, y trata de defenderlas. Otro de sus tratados es una respuesta directa a una publicación Bautista: Infant-Baptism Vindicated from the Exceptions of Mr. Thomas Grantham [El Bautismo Infantil Vindicado de las Objeciones del Señor Thomas Grantham], publicado en 1691. Una tercera obra de Petto, Infant Baptism of Christ’s Appointment [El Bautismo Infantil mandado por Cristo] aborda el Paidobautismo desde el ángulo de la Teología del Pacto.21

Francis Turretin (1623-1687) no fue, por supuesto, un teólogo Inglés. Es, sin embargo, interesante notar las similitudes entre la Academia de Ginebra y la teología de Westminster durante el siglo XVII. Turretin tuvo una influencia en los Puritanos. Su Institutio Theologiae Elencticae [Institución de la Teología Refutatoria] inmediatamente representó la teología estándar de la escuela del pensamiento reformado. En ella, la Teología del Pacto de Turretin se presenta en el tema XII, titulado: The Covenant of Grace and Its Twofold Economy in the Old and New Testaments [El Pacto de Gracia y su doble Economía en el Antiguo y Nuevo Testamento].22 El título de esta sección de su obra, por sí solo nos permite ver que el modelo Presbiteriano del Pacto de Gracia (un pacto bajo dos administraciones) fue generalizado.

2.2.2. Los Bautistas

John Spilsbury (1598-1668) pertenece a la primera generación de los Bautistas Calvinistas y es el primer pastor de la primera iglesia Calvinista Bautista fundada en 1638.23 Él es uno de los firmantes de la Primera Confesión de Fe de Londres de 1644 y de su versión revisada dos años más tarde.24 Un año antes de la publicación de esta confesión de fe, Spilsbury publicó un tratado sobre el bautismo titulado A Treatise Concerning the Lawfull Subject of Baptisme [Un Tratado Respecto al Tema Legítimo del Bautismo], en el que se presenta una comprensión de la teología del pacto que es radicalmente diferente de la de sus contemporáneos paidobautistas. Es muy significativo, que uno de los tratados más antiguos de los Bautistas Particulares,25 que defiende el credobautismo, lo hace basado en la teología del pacto. Esto demuestra que la identidad Bautista mantenía, desde sus inicios, un Federalismo distinto; y que el bautismo de creyentes fue el resultado de una comprensión diferente de los pactos bíblicos.

Henry Lawrence (1600-1664) era un Puritano y un hombre de estado estrechamente asociado con Oliver Cromwell. De acuerdo con el resumen biográfico en la Encyclopædia Britannica: Dictionary of National Biography [Diccionario de Biografía Nacional], Lawrence se dedicó a funciones políticas y no eclesiásticas.26 No sabemos si Lawrence se unió oficialmente a las filas de los Bautistas, pero el tratado que publicó anónimamente, titulado Of Baptism [Sobre el Bautismo] (1646) no deja dudas en cuanto a su teología. Lawrence criticó rotundamente la Teología Paidobautista y defendió un federalismo coherente con el credobautismo.

Thomas Patient (? -1666) fue el asistente pastoral de William Kiffin en Londres. Él estaba en el corazón del efervescente crecimiento del movimiento Bautista durante los años 40 y 5027 y fue uno de los firmantes de la Primera Confesión de Fe de Londres. Enviado como misionero a Irlanda por el gobierno de Cromwell, Patient estableció la primera comunidad de convicción Bautista allí: Waterford Baptist Church [Iglesia Bautista de Waterford].28 Durante su tiempo en Irlanda, escribió un tratado: The Doctrine of Baptism, And the Distinction of the Covenants [La Doctrina del Bautismo, y la Distinción de los Pactos](1654). En ella, Patient denuncia claramente la teología paidobautista como una comprensión incorrecta de los pactos bíblicos, particularmente atacando el paradigma Presbiteriano: un pacto bajo dos administraciones.

John Bunyan (1628-1688) es sin duda uno (quizá el más conocido) de los Puritanos. A menudo se le considera como parte de la tradición Bautista, aunque la iglesia de la que él era pastor no era una iglesia Bautista como tal. No obstante, es cierto que la teología de Bunyan era muy similar a la de los Bautistas y a la de los Congregacionalistas y que fue también bautizado en Bedford Church [Iglesia de Bedford] por inmersión. Las obras de Bunyan son considerables en número y consisten principalmente de sermones. Bunyan también escribió un tratado sobre la Teología del Pacto que se encuentra en la colección de sus obras publicadas en tres volúmenes por The Banner of Truth Trust [Estandarte de la Verdad] titulado: The Doctrine of the Law and Grace Unfolded [Las Doctrinas de la Ley y la Gracia Explicadas].

Edward Hutchinson era un bautista calvinista que defendió el credobautismo, oponiéndose al federalismo Presbiteriano. Sabemos muy poco acerca de su vida, sólo que él era el pastor de una congregación Bautista en Irlanda.29 Publicó un importante tratado en 1676 en el que abordó directamente la relación entre el Pacto y el Bautismo: A Treatise Concerning the Covenant and Baptism [Un Tratado sobre el Pacto y el Bautismo].30 Para este mismo tratado, añadió dos apéndices: Some Short Questions and Answers for the Younger Sort [Algunas Preguntas y Respuestas Breves para los Jóvenes], así como una respuesta a un tratado Paidobautista: Animadversions Upon a Late Book, Entitled, Infant Baptism From Heaven and not of Men, In Answer to Mr. Henry Danvers his Treatise of Baptism [Críticas sobre un Libro Reciente, Titulado: El Bautismo Infantil del Cielo y no de los Hombres, En Respuesta al Sr. Henry Danvers y su Tratado sobre el Bautismo].

Nehemiah Coxe (? -1688) es en nuestra humilde opinión, el teólogo Bautista más importante cuando se trata de la Teología del Pacto. Él era hijo de Benjamin Coxe, uno de los firmantes de la Primera Confesión de Fe de Londres.31 Su tratado, A Discourse of the Covenants that God made with men before the Law [Un Discurso sobre los Pactos que Dios hizo con el hombre antes de la Ley] (1681)32 describe las diferencias fundamentales entre los Presbiterianos y los Bautistas en función de su respectiva comprensión del Pacto Abrahámico. Coxe resume la distinción Bautista de la siguiente manera: “El Antiguo Pacto y el Nuevo difieren en cuanto su substancia y no sólo en la forma de la administración”33 El resto de su obra está dedicada a mostrar que el Antiguo y el Nuevo Pacto no son dos administraciones de uno y el mismo pacto, sino dos pactos distintos.

El federalismo de Coxe es aún más importante, ya que él fue el artífice principal de la Segunda Confesión de Fe de Londres, adoptada oficialmente por las iglesias Bautistas de Inglaterra en 1689.34 A la luz del tratado de Coxe en la Teología del Pacto, la formulación distintiva del capítulo 7 de la Segunda Confesión de Fe de Londres es particularmente significativa. Debido a la pertinencia del tratado de Coxe en la interpretación de la confesión Bautista de fe, su federalismo prácticamente puede considerarse como el estándar de los Bautistas Calvinistas.

Thomas Grantham (? -1692) fue el teólogo más sobresaliente de los Bautistas Generales. Él entró en diálogo con Samuel Petto, y expuso una crítica muy coherente del federalismo Presbiteriano. Sólo tuvimos acceso a los tratados escritos por Graham cerca del final de su vida: Truth and Peace or the Last and most Friendly Debate Concerning Infant Baptism [La Verdad y la Paz, o el Reciente y más Amigable Debate Sobre el Bautismo de Infantes] (1689). A pesar de que fue Arminiano, su federalismo está, en muchos aspectos, de acuerdo con el de los Bautistas Calvinistas; de hecho, él apoya su argumento con el mismo tratado de Coxe.35

Benjamin Keach (1640-1704) es sin lugar a dudas, el principal teólogo bautista de la segunda mitad del siglo XVII. Fue un autor muy prolífico, pero no trajo ninguna novedad a la doctrina del Pacto. Ninguno de los tratados de Keach que aborda directamente el tema, se centra en la controversia que rodea el bautismo: The Everlasting Covenant [El Pacto Eterno] (1693); The Display of Glorious Grace: Or, The Covenant of Peace Opened, In Fourteen Sermons [La Exhibición de la Gracia Gloriosa: o, El Pacto de Paz Explicado en Catorce Sermones](1689). Las distinciones fundamentales Bautistas están, no obstante, presentes en ellos.

2.3. John Owen, el Bautista

Un lector atento notará que nuestra lista de 15 teólogos que contribuyeron al debate sobre la teología del pacto en el siglo XVII, está incompleta36. Falta el nombre de uno de los teólogos ingleses más influyentes de todos los tiempos: John Owen (1616-1683). Owen merece una mención especial ya que su federalismo es similar al de los Bautistas, aunque él siguió siendo un Paidobautista toda su vida.37 Es, por tanto, necesario justificar el hecho de que vamos a utilizar un teólogo Paidobautista para defender una teología Bautista.

En primer lugar, notemos que la posición de Owen sobre el Antiguo Pacto era intermedia. Esta es la conclusión de Sinclair Ferguson.38 Richard Barcellos explica lo que quiere decir Ferguson:

[...] La comprensión de Ferguson de la posición intermedia de Owen tiene que ver con la naturaleza y función del Antiguo Pacto y su relación con el Pacto Adánico de Obras, el Pacto de Gracia, y el Nuevo Pacto. A diferencia de otros, Owen no creía que el Antiguo Pacto era un pacto de obras en sí o simplemente una administración del Pacto de Gracia.39

Durante la era de Owen, hubo una tendencia antinómica (representada especialmente por los socinianos) que consideraban el Antiguo Pacto como el Pacto de Obras. Opuestamente a esta tendencia, estaba la de los Presbiterianos que consideraban al Antiguo Pacto como un pacto de gracia. Owen pensaba que el Antiguo Pacto no era ni un Pacto de Obras ni un Pacto de Gracia; esta es la razón por la cual Ferguson dice que la posición de Owen era intermedia. Ante esto podemos decir que esta posición mediadora también fue respaldada por los Bautistas, algo que veremos más adelante. Owen rechazó el modelo de un Pacto de Gracia bajo dos administraciones. Mientras que otros Paidobautistas veían el Antiguo Pacto como un Pacto diferente en circunstancia40, pero idéntico en sustancia al Nuevo Pacto; Owen consideraba que el Antiguo Pacto era diferente al Nuevo Pacto, tanto en circunstancia como en sustancia.

Otra de las razones que nos permite creer que los Bautistas compartieron el federalismo de John Owen, está en sus propios escritos. Por ejemplo, Edward Hutchinson, después de haber presentado su comprensión del Pacto Abrahámico, y su conexión con el Pacto de Gracia, utiliza los textos de Owen ampliamente para demostrar que él dice lo mismo acerca de los pactos como el doctor de gran prestigio. Él entonces declara a sus interlocutores Paidobautistas:

Y si nuestros opositores piensan que el Dr. O. es perjudicado (ya que así aseveran) por nuestro tratamiento ventajoso de sus palabras, estando él a favor del Paidobautismo; nosotros respondemos, que son libres de reconciliar las palabras [de Owen] con su práctica (si es que pueden), y para ello, deben hacerse de un repertorio considerable (del cual rara vez carecen) de ingeniosidad y precisión, para este asunto difícil. Cuando el Dr. trata el asunto de la naturaleza del Pacto y las promesas hechas a Abraham (probablemente olvidando el Bautismo Infantil) explica y expone, con tanta espiritualidad y ortodoxia que no deja lugar para el Bautismo Infantil, sino que lo excluye más allá de toda posibilidad de reconciliación.41

Como resultado, los Bautistas creían que la teología de Owen estaba en perfecta armonía con la de ellos, y consideraban como inconsistente el hecho de que el Príncipe de los Puritanos sostuviera el paidobautismo.42 Incluso consideraron que Owen, sin darse cuenta, estaba destruyendo el federalismo Presbiteriano con sus escritos, y pusieron el onus probandi sobre los Paidobautistas, dejando en manos de ellos el explicar la relación entre la teología de Owen con su práctica del bautismo. Por ejemplo Owen escribió:

Y en esto yace el gran error de los Judíos de la antigüedad, seguidos por su posteridad hasta el día de hoy. Ellos pensaban que no requerían interés43 en el pacto de Abraham, sino que les bastaba con ser su simiente según la carne, constantemente apelando al privilegio último [ser su simiente carnal] como el fundamento y razón para el primero [tener interés en el pacto]. Es cierto; ellos eran hijos de Abraham según la carne, pero en ese respecto no podían tener otro privilegio diferente al que Abraham mismo tenía en cuanto a la carne; y este [privilegio] fue, como hemos demostrado, que él sería apartado como un canal especial mediante cuyos lomos Dios traería la Simiente prometida al mundo. De la misma manera, como su posteridad ellos serían apartados para ser un puebl0 peculiar, de entre quienes Él [la Simiente prometida] vendría.

La naturaleza misma de esta separación y privilegio, declara que éstos debían de cesar cuando dicho propósito fuera cumplido y el Mesías revelado; porque ¿para qué deberían continuar, si su propósito fue completamente efectuado? Pero ellos extenderían este privilegio y lo mezclarían con el otro, sosteniendo que debido a que eran los hijos de Abraham según la carne, toda la bendición y el pacto de Abraham les pertenecían a ellos. Pero como nuestro Salvador demostró, en este último sentido, ellos no eran los hijos de Abraham porque no hacían las obras de Abraham; como el apóstol lo demuestra claramente (Rom. iv. ix. x. xi., Gal. iii. iv) los que de ellos no tenían la fe de Abraham no tenían ningún interés en su bendición y pacto. Viendo pues, que su otro privilegio había llegado a su fin (con todas las ordenanzas carnales que le acompañaban) debido la venida real del Mesías a la cual estaban subordinados, si ellos no alcanzaron un interés en la bendición espiritual por la fe en la simiente prometida, es evidente que no podrían en ningún caso ser considerados como partícipes reales del pacto de Dios.44

En efecto, parecería que, al escribir estas líneas y al pensar en la doctrina del Pacto, Owen no estaba en lo absoluto pensando en el Paidobautismo.

Otra señal de la armonía entre el Federalismo de Owen y el de los Bautistas, viene de la epístola introductoria del libro de Nehemiah Coxe sobre los pactos. Coxe explica a sus lectores, por qué dejó su exposición de los pactos bíblicos con el Pacto Abrahámico sin entrar en el Pacto Sinaítico. Él escribe:

En consecuencia, he procurado dar una explicación adicional de esto en un discurso del pacto hecho con Israel en el desierto, siendo el estado de la iglesia bajo la ley. Pero cuando hube terminado esto y me proveí de algunos materiales para lo siguiente, encontré mi labor felizmente impedida por el esclarecimiento y aseveración de la publicación del tercer volumen del Dr. Owen sobre Hebreos; en el cual, esto es analizado profundamente y las objeciones que parecen contrarias están totalmente respondidas, especialmente en la exposición del octavo capítulo. Refiero ahora a mi lector a esta obra, para la satisfacción al respecto, la cual encontrará en proporción a lo que podría esperarse de tan grande y estudiosa persona.45

No sabemos si Owen apoyó el Federalismo de Coxe. Sin embargo, evidentemente, Coxe, un Bautista, respaldó el Federalismo de Owen. Como veremos, el comentario de Owen en el capítulo 8 del libro de Hebreos, no deja ninguna duda en cuanto a la consistencia de su federalismo con el de los credobautistas.

3. Breve Reseña Histórica de la Teología del Pacto

La Teología del Pacto, es un estudio de los diferentes pactos que Dios ha hecho con el hombre desde el principio del Mundo. La conexión entre Dios y la criatura de su hechura, como se revela en las Sagradas Escrituras, siempre se ha definido en condiciones de Pactos que tienen diferentes términos y objetivos. Puesto que la historia bíblica se produce enteramente dentro de esos Pactos, es imprescindible poder comprender su naturaleza y rol, con el fin de interpretar correctamente las Escrituras. En consecuencia, la teología del pacto proporciona un contexto que permite una comprensión de la estructura global del plan de redención, al hacer la distinción entre las partes y el todo, y explicando cómo estas piezas encajan en el conjunto.

Este enfoque de la Escritura es una característica fundamental de la teología reformada.46 Es en el redescubrimiento de la justificación por la imputación, que Zwingli, gracias al paralelismo entre Adán y Cristo de Romanos 5, también re-descubrió el Pacto Adánico.47 Luego vino la polémica con los Anabaptistas, que obligó a Zwingli a formular su doctrina en términos que determinaron el federalismo paidobautista de manera definitiva. La insistencia de los anabaptistas en la exclusividad del Nuevo Testamento, para establecer la doctrina de la Iglesia, llevó a Zwingli a defender la unidad de los dos Testamentos. Para Zwingli como para los teólogos reformados que le siguieron, la sustancia de esta unidad residía en el Pacto de Gracia. Por lo tanto, la lectura reformada de las Escrituras consiste en primer lugar de un primer pacto en Adán, eventualmente denominado el Pacto de Obras. Luego, inmediatamente después de la caída, Dios hizo un segundo pacto llamado el Pacto de Gracia. El Pacto de Gracia fue puesto bajo una primera administración que encontramos en el Antiguo Testamento. Esta administración era elemental y temporal. Luego vino una segunda administración del Pacto de Gracia, que encontramos en el Nuevo Testamento. Esta segunda administración es perfecta y definitiva.

La Iglesia Reformada, por lo tanto, vio el Antiguo Pacto como un Pacto de Gracia. Esta concepción tuvo un impacto significativo y definitivo sobre la eclesiología reformada, porque al considerar que la Iglesia estaba bajo el mismo pacto que los descendientes de Abraham, las Escrituras del Antiguo Testamento se convirtieron en normativas para la definición de la doctrina de la Iglesia y su relación con el Pacto de Gracia. Nos encontramos con este énfasis predominante de la unidad entre los testamentos, en las obras de prácticamente todos los sucesores de Zwingli.

Bullinger, en su tratado De Testamento seu Foedere Dei Unico et Aeterno, aunque consideró que el Antiguo Pacto ratificó en su legislación el principio del Pacto de Obras, respaldó la idea de que era esencialmente una administración del Pacto de Gracia.48 Al igual que otros teólogos Paidobautistas que siguieron, Bullinger hace una distinción entre la sustancia y la circunstancia de un pacto. La sustancia del Antiguo Pacto fue el Pacto de Gracia; su circunstancia fue la administración del Antiguo Testamento.

Ningún teólogo tenía más influencia en el pensamiento reformado que Calvino; su federalismo es, por tanto, importante. Por supuesto, la doctrina del Pacto fundamenta todo el pensamiento de Calvino. Sin embargo, los capítulos IX, X y XI del Libro II de la Institución de la Religión Cristiana se refieren específicamente a esta cuestión.49 Podemos encontrar las principales características del federalismo paidobautista en la obra de Calvino. Al igual que sus predecesores y sus sucesores, él vio el Antiguo y el Nuevo Pacto como dos administraciones del Pacto de Gracia: “El pacto hecho con todos los padres, está tan lejos de diferir del nuestro en realidad y sustancia, que es simplemente uno y el mismo: aunque la administración difiere.”50 Él cree que el Pacto de Gracia es un pacto mixto: “En esta Iglesia hay una gran mezcla de hipócritas, que no tienen nada de Cristo, sino el nombre y la apariencia exterior.”51 Asimismo él justifica el bautismo de los niños de los creyentes sobre la base de su pertenencia al Pacto de Gracia.52

Sin embargo, Calvino no rechaza la aparente discontinuidad entre el Antiguo y el Nuevo Pacto. En su comentario sobre Hebreos, él va tan lejos como para escribir: “De otro modo, el profeta podría haber dicho solamente: “Voy a renovar el pacto que a través de su falta ha quedado en nada;” pero ahora declara expresamente que será uno diferente al primero”53 Calvino manifiesta de esta manera que el Nuevo Pacto no es simplemente una renovación del Antiguo Pacto, sino de hecho, un Nuevo Pacto, o en otras palabras, un pacto diferente. A pesar de esto, sus otros escritos sugieren que vio las diferencias entre los dos pactos como siendo de carácter circunstancial y no sustancial.

Además de subrayar la discontinuidad entre los dos pactos en sus escritos, Calvino traza otra distinción que la mayoría de sus sucesores no. Al comentar el tercer capítulo de la segunda epístola de Pablo a los Corintios, Calvino indica que el Pacto de Gracia no era en sí mismo una parte de la sustancia del Antiguo Pacto:

Ambos (Jeremías y Pablo) sin embargo, al contrastar el Antiguo y el Nuevo Pacto consideran en la Ley exclusivamente lo que le es característico. Por ejemplo, la Ley tiene aquí y allá promesas de misericordia; mas como son adventicias a ella, no son tomadas en cuenta cuando se considera sólo la naturaleza de la Ley.54

Queda por verse, si Calvino entendió la palabra Ley en este pasaje de la Escritura, como una referencia al Antiguo Pacto. Si este es el caso, Calvino luego hace una distinción que será fundamental para la teología Bautista: que el Pacto de Gracia no forma parte de la sustancia del Antiguo Pacto, aunque se reveló durante su administración. Desafortunadamente, Calvino no expande más este punto. Eso habría requerido una reconsideración de la naturaleza del Antiguo Pacto. Con frecuencia nos encontramos este tipo de tensión en la teología de Calvino, donde lo que declara parece estar en oposición a lo que decía antes.55 El calvinismo es una armonización de doctrinas que se completan mutuamente. Los sucesores de Zwingli, Bullinger y Calvino reafirmaron con mayor claridad y precisión lo que ellos mismos ya habían establecido.56

Un mejor pacto

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