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Es evidente que hoy, en Colombia, no puede hablarse ya de "familia” sino que se hace necesario hablar de "familias”, en plural, dada la muy notable diversidad de realidades, condiciones y situaciones que se nombra como tal, y los arreglos y ordenamientos convivenciales cobijados bajo el término. La Constitución Política colombiana de 1991, estableció que la familia sigue siendo "el núcleo fundamental de la sociedad” y que ella se constituye "por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla" (Artículo 42). Aunque, con relativa amplitud para ese momento, en concordancia con las actuales realidades los términos que componen la definición han sido motivo de debates y precisiones recientes por la Corte Constitucional de Colombia, instancia que al pronunciarse en comunicado con fecha de julio 26 de 2011 argumenta que del artículo no puede deducirse literalmente que se considere un único tipo de familia y menciona explícitamente dentro de la tipología a las formas de familias monoparentales.

Sin duda, las familias, no solamente en Colombia sino en Latinoamérica, muestran en proporción cada vez mayores modalidades que van mucho más allá de la nuclear tradicional, como la familia extensa, familias compuestas y recompuestas, familias de personas homosexuales, familias conformadas por uno de los progenitores (generalmente la madre) y un único hijo o hija, familias monoparentales con jefatura femenina o masculina, familias monoparentales extendidas y complejas, familias unipersonales, familias en que uno de los progenitores ha migrado al extranjero o familias en que un progenitor (generalmente el varón) está ausente por circunstancias relativas a las múltiples modalidades de violencia presentes en nuestra sociedad. El número de combinaciones y realidades cotidianas resulta ser entonces bastante variado, lo que se complejiza aún más cuando al parentesco se aúna el criterio de funcionalidad.

El texto Aprender a ser familias: familias monoparentales con jefatura femenina: trayectorias, dinámicas, conflictos y afrontamientos, realizado por la profesora Patricia Uribe Díaz, del Programa de Trabajo Social de la Universidad de La Salle, tiene varias líneas de interés para la sociedad colombiana y para quienes investigan en este campo. En primer lugar, hace visible una modalidad de convivencia familiar subregistrada en las cifras oficiales y representada socialmente como "familia incompleta”; pero, con fuerte arraigo en las prácticas cotidianas e históricas de las familias en este país: la mujer-madre que, voluntariamente o por la fuerza o de las circunstancias, asume la jefatura familiar y sin compañero– padre "saca adelante” a sus hijos e hijas. En segundo lugar, se adentra en los dinamismos internos del funcionamiento de tales familias, donde realiza acercamientos muy vitales, con fuerza casi testimonial, referidos a la forma como sus integrantes mismos la representan, a cómo representan y relatan sus fortalezas y debilidades, sus trayectorias, sus conflictos y las maneras como estos conflictos son afrontados internamente. En tercer lugar, el texto se realiza, justamente, desde la voz de quienes viven la experiencia, modalidad investigativa que permite apreciar, con mayor fineza, la estructura de categorías y subcategorías que las mismas personas escogen para dar cuenta de sus vivencias.

Quizás las mejores lecciones de vida que pueden derivarse de la lectura de esta investigación se resumen en lo que se afirma en la presentación de las memorias del seminario "Familia y vida privada. ¿Transformaciones, tensiones, resistencias o nuevos sentidos?”, realizado en Santiago de Chile por la FLACSO y CEDEM en septiembre de 2004:En toda América Latina las familias y las parejas enfrentan hoy día un tiempo de transición complejo. Buscan acomodarse a la modernización, a sus presiones, tensiones y orientaciones, pero muchas conservan los valores de la sociedad tradicional. Estos cambios ocurren asociados a nuevas percepciones y comportamientos en relación a la sexualidad, a las identidades y a los roles de género. [...] Los ensayos de nuevas relaciones de poder en la pareja, en la sexualidad y en la reproducción parecen no instalar modelos alternativos a largo plazo, se mantienen como modos experimentales o sucumben a la hora de llevar a cabo la mater/paternidad.

La lectura de este trabajo es de interés para investigadores/ as en ciencias sociales, estudiantes e igualmente para cualquier persona que desee reconocer o reconocerse en una de las tantas paradojas sociales que nos habitan. ¿Dónde leer primero las tensiones entre permanencias y cambios, si no en nuestras propias vidas cotidianas?

NOHEMA HERNÁNDEZ GUEVARA

Docente e investigadora

Psicóloga, Mg. Pontificia Universidad Javeriana

Aprender a ser familia

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