Читать книгу Mariposas en la boca - Pedro Agudelo Rendón - Страница 7
ОглавлениеPrólogo
Algún día tendrás la edad suficiente
para volver a leer cuentos de hadas.
C. S. Lewis
Todos los cuentos de este libro tienen en común la fascinación por el lenguaje, la vuelta a la literatura y el aspecto melancólico y sublime de sus protagonistas. Mariposas en la boca recrea personajes clásicos, construye nuevas imágenes de seres fantásticos y crea un mundo idealizado en el que todo empieza a derrumbarse. Hay en este universo una mirada a la vez amorosa y satírica, ingenua y destructiva. Conjuga lo despiadado y vampiresco con lo infantil y tierno, muestra el camino que conduce a la felicidad y que resulta fracturado por el fracaso. Hay, en las historias, un camino hacia la esperanza y un viaje al pesimismo, matizado por un manejo del lenguaje poético y literario que expone lo mejor y lo peor del ser humano.
En cada relato se aprecia tanto el placer de quien lo escribe como el goce que viven los personajes, incluso si la historia resulta trágica o irónica. Este goce es el que espera alcanzar también el lector, no tanto para obtener un rédito de la lectura como para hacer posible la afectación en el acto mismo de imaginar.
Las historias se cruzan como se cruzan las vidas de las personas en la vida real. Por eso cada relato nos pone delante de la incertidumbre de la ficción, como si acaso la realidad misma no fuera un sueño o como si en los sueños nos encontráramos todos. Esta forma radical de ver las cosas muestra cierta nobleza o crueldad que aflora en los personajes, entonces cada cuento nos habla, nos señala y nos dice que todos somos lo mismo. Padecemos una verdad que parece cuento de hadas, acontece la vida en las palabras que decimos. El autor y los narradores parecen saberlo: hemos salido de la literatura y de su ficción, y eso no nos salva del paisaje desolador de la existencia.
El libro que tiene el lector en sus manos lo llevará por espacios en los que el lenguaje se transgrede, las historias clásicas se deconstruyen y la realidad se distorsiona. En el camino se encontrará con Caperucita o la Bella durmiente, pero acaso nada de esto sea real y, como en los cuentos, terminará desdoblado en una realidad que pugna por salir a flote.
Laura García
Bogotá, 10 de octubre de 2021