Читать книгу Dos moscas y un mosquito - Rafael Ordóñez - Страница 7
ОглавлениеMosquini era una mosca vulgar y corriente.
Su familia era una familia de moscas comunes sin ninguna característica especial. Mosquini era de color pardo, con una gran cabezota y unos ojos saltones que miraban en todas las direcciones posibles. Su comida preferida era la porquería: alimentos en descomposición, basuras de hamburgueserías, cáscaras de melones, huesos de melocotón, raspas de sardinas, cagarrutas de perro y demás guarrerías que se puedan imaginar.
Era capaz de volar hasta tres minutos sin detenerse y su máxima aspiración en la vida era tener unos treinta o cuarenta mil hijos que recordasen su memoria y se sintiesen orgullosos de ella.
Vivía en un callejón estrecho y sucio por el que entraban los alimentos y salían los desperdicios de tres restaurantes y dos bares de tapas; también se ubicaba allí la entrada de mercancías de una perfumería. Los establecimientos de comida eran la delicia de Mosquini, pero en todo momento evitaba pasar cerca de la tienda donde vendían jabones, colonias y aromas de todo el mundo.
«¡Qué asco!», pensaba si, por casualidad, una ráfaga de viento traía el olor de la perfumería.
Era una mosca más o menos feliz, no tenía ningún deseo que no pudiera, en mayor o menor medida, satisfacer y pensaba que así sería el resto de su vida, el tiempo que fuese.