Читать книгу Otra oportunidad - Ramón Redondo - Страница 4
ОглавлениеIntroducción
Las circunstancias no hacen al hombre, solo lo revelan.
Epicteto
Perseverancia, paciencia, pelear por lo que uno desea sin decaer. Son sensaciones y sentimientos que ya conoces seguro. Dime quién no ha sentido alguno de ellos alguna vez en su vida. Verás cómo la lectura de este libro te mostrará la importancia que tienen todas ellas en la vida.
Voy a contarte mi historia desde el pasado año 2012, momento en el que me ocurrió un trágico accidente. Te aseguro que tienes ante ti un relato lleno de sacrificio, dedicación y superación.
Lo primero de todo, quiero agradecerte que te hayas decidido a comprar y leer este libro, dándome la oportunidad de poder hacerte partícipe de mi historia, relato que comprobarás que está lleno de lucha, esfuerzo, trabajo duro y superación, características que me parecen fundamentales a la hora de mantener una buena actitud ante la vida. Cuando acabes su lectura, tú mismo valorarás si es así realmente.
Gracias a estos conceptos que te he mencionado, verás como todos nosotros vamos a poder ser capaces de conseguir aquello que nos propongamos en esta vida y podrás comprobar, con lo que te relate en el libro, como yo he podido lograr que me vayan bien las cosas estos últimos años, después de un diagnóstico poco esperanzador, obteniendo la recompensa a toda esa dedicación que he mantenido durante este tiempo.
Siempre me he sentido muy atraído por los retos personales, pero, sinceramente, pienso que todo esto ya es un desafío muy grande.
Soy Ramón, de 40 años de edad en el momento de realizar este escrito.
Soy un apasionado desde hace muchos años por el deporte y, especialmente, por practicarlo en contacto con la naturaleza. Por esa razón estaba, y estoy, enamorado de los deportes de montaña. En realidad, la cercanía con la naturaleza fue uno de los motivos por los que me acerqué a practicar esos deportes, pero no el único. También me gustaba probar hasta dónde eran capaces de aguantar mi cuerpo y mi mente.
En mi vida estaba muy presente el deporte, actividad con la que disfrutaba mucho, viviendo la multitud de emociones que él te ofrece.
Uno de los deportes que más practicaba era la carrera de montaña. Correr en plena naturaleza te ofrece una sensación de libertad muy grande, y este gusto me condujo, casi inevitablemente, a incrementar las distancias de las pruebas. Ello me llevó a empezar a participar en los ultratrails, pruebas que me gustaban porque teníamos que recorrer una gran distancia por la montaña, muchas carreras estaban en torno a los cien kilómetros, con toda la fuerza mental que exigen esas competiciones.
Y no te puedes imaginar todos los beneficios que, tanto en el aspecto físico como en el mental, me ha aportado su práctica, de los que en su momento no era consciente, pero que hoy en día, en esta etapa de mi vida, sí que puedo valorar por la cantidad de recursos que me han dado para afrontar este último «ultratrail», llamado vida, que me está tocando correr con todo el proceso de recuperación que tengo que afrontar.
Todos estos años de práctica deportiva me han proporcionado las herramientas de trabajo ahora tan necesarias; después podréis comprobar hasta qué punto ha sido así.
Estamos en el mes de abril de 2020, mes especialmente importante en la historia de mi vida, como veréis más adelante, y fue también en el mes de abril, pero del año 2012, cuando me sucedió el acontecimiento que modificó por completo mi vida: sufrí un accidente extremadamente grave mientras practicaba montañismo.
En la actualidad, como consecuencia de las lesiones que sufrí, ya no puedo ejercer mi trabajo. Antes del accidente, pertenecía al Cuerpo Nacional de Policía, oficio que aún siento en mi interior y que el destino quiso que dejase de realizar cuando solamente me encontraba al principio. Tan solo hacía seis años que había conseguido una plaza en ese cuerpo de seguridad del Estado y ya tenía que olvidarme de poder ejercer esa función para siempre. Toda la ilusión con la que había empezado mi carrera profesional se me fue al traste. «¿Ahora qué?», pensaba.
Además, era propietario de una tienda especializada en deportes de montaña, mi otra gran pasión.
Antes de ese terrible suceso que cambió mi vida por completo y muchas de mis expectativas, era muy aficionado a la escalada deportiva y a las carreras de montaña: aprovechaba la más mínima ocasión para salir al monte a realizar cualquier tipo de actividad en ese medio natural. En ambas disciplinas tenía un nivel medio, suficiente para poder vivir todas las sensaciones positivas que podía extraer de ambas.
El grado de dificultad máximo que había conseguido hasta ese momento en escalada deportiva era 7A+. Claramente se puede ver que no era ningún «figura». Salía a escalar todas las semanas, compartiendo con buenos amigos muy buenos recuerdos de todos aquellos momentos, y aprendiendo habilidades que veréis como ahora he podido explotar.
Respecto a las carreras de montaña tampoco era ningún «fuera de serie», solo me defendía, y trataba de finalizar las pruebas lo más aceptable y entero posible.
Poco a poco, y al querer estar durante más tiempo perdido por el monte, me fui aficionando a las llamadas ultratrails. En estas carreras teníamos que hacer más kilómetros que en una maratón y, al realizarse por zonas montañosas, solían tener unos desniveles acumulados considerables. Gracias a la participación en estas carreras he podido estar corriendo por los Pirineos en multitud de ocasiones, así como por diversos lugares de la geografía española.
Un mes antes del accidente participé en mi última «carrerita» de montaña. La Transgrancanaria, competición en la que ya había participado el año anterior (2011), en la modalidad SurNorte, de 96 kilómetros. Y claro, cuando volví a tener la oportunidad de participar, decidí competir en su hermana mayor, que me iba a permitir disfrutar durante más tiempo de las sensaciones que vivía corriéndola en sus 123 kilómetros.
Ni en la peor de mis pesadillas hubiese imaginado la consecución de sucesos a los que iba a tener que hacer frente.
Pero bueno, con menor o mayor dificultad, hay que intentar mirar siempre hacia delante y dar un paso al frente. Como podrás leer, y espero que así lo interpretes, la única opción que nos queda en determinadas ocasiones es sacar el coraje suficiente para acometer las dificultades o sucesos adversos que nos plantee la vida.
Tras el accidente, la vida me ha dado la oportunidad de volver a escalar y de participar en esta gran prueba, una muestra de que la vida siempre te permite continuar, solo hay que buscar el modo de hacerlo.
Estoy completamente seguro de que tanto la fortaleza mental, disciplina y capacidad de sufrimiento como la potencia física y muscular que me proporcionaron todos estos años de práctica deportiva fueron decisivas para resistir y sobrevivir al accidente y para poder hacer frente al posterior proceso de recuperación y rehabilitación.
Hasta que la vida no me ha puesto «contra las cuerdas» y me ha exigido, no he sido consciente de todos estos recursos que tenemos los seres humanos y que yo había desarrollado tanto durante todos esos años de práctica deportiva.
Espero de todo corazón que la lectura de este libro consiga despertar en ti esa fuerza que todos tenemos, sí, todos, aunque en algún momento parezca que no vamos a ser capaces de sobrellevar los reveses que nos pueda dar la vida.
Las sensaciones que me hacían sentir las carreras de montaña y la escalada eran especiales; soy muy afortunado de haber podido conseguir volver a experimentarlas.
Hubo muchos momentos en los que no sabía si todo aquello volvería a vivirlo algún día, pero no hay que perder la esperanza y hay que continuar.
El accidente me modificó muchas cosas, pero no las ganas de vivir. Esa voluntad de seguir disfrutando de la vida ha conseguido que vuelva a ser capaz de escalar o correr, y de volver a sentir todo aquello que me aportaba el deporte. He de estar muy agradecido por la enorme fortuna que he tenido en la vida de poder volver a gozar de su práctica…
Espero que estas páginas sean del gusto de todas esas personas amantes del deporte en general. Especialmente todas aquellas que se sientan atraídas por aquellos relacionados con la montaña, pero también van dirigidas a quienes les gusten o inspiren las historias de superación personal y que tengan un problema similar al mío. Muchos de mis allegados me afirman que lo que tengo que contaros es un claro ejemplo de ello.
Deseo que sea así, y que, una vez leído, cada uno saque sus conclusiones.
Ojalá que de este libro puedas extraer ideas que después puedas aplicar en muchos ámbitos de tu vida. De ser así sería una gran noticia para mí, y desearía que el simple hecho de conocer esta historia y su lectura pudiera llegar a servir de fuente de inspiración para ti. Solo con que a uno de vosotros le pueda servir en este sentido ya me sentiría más que satisfecho, pero pienso que es una historia con la fuerza suficiente para llegar a más personas, estoy seguro.
En el libro que tienes entre tus manos te cuento todo lo que me ha sucedido en mi vida desde el momento del fatídico accidente, siendo de gran importancia en esta última etapa en mi vida la capacidad de superación que he demostrado tener y de la que no era consciente de ser poseedor hasta tal extremo. Gracias a dicha capacidad, he podido superarme cada día y lograr todo lo conseguido hasta el momento actual.
Mi humilde intención es hacerte ver que por muy difíciles que se te pongan las cosas en la vida, si les dedicas el tiempo y esfuerzo suficientes, y sin decaer en tus propósitos, se pueden alcanzar los objetivos que nos propongamos, o quedarnos muy cerca de conseguirlos. Los sueños, si los persigues con insistencia, al final puedes llegar a hacerlos realidad.
Pasado el tiempo, he decidido empezar a escribir. Ha sido un largo periodo de dudas, de no sentirme seguro de cómo realizar este proyecto, pero el empuje que he sentido por parte de la familia y de muy buenos amigos me ha hecho que al final tome la decisión de comenzar, y espero, de todo corazón, que al leer estas páginas, buena parte de los lectores sintáis un empuje de motivación que pueda hacer que os sintáis capaces de conseguir todo aquello que os propongáis en la vida.
¡Ánimo!, que todos podemos cambiar nuestra actitud ante las adversidades y hacerla mucho más positiva. Verás como con este nuevo enfoque la vida os devolverá muchas cosas maravillosas.
Como muy bien dijo Epicteto, filósofo estoico: «Es nuestra actitud hacia los eventos, no los eventos en sí mismos, lo que podemos controlar».
Te lo aseguro, podemos con mucho más de lo que creemos o nos imaginamos. Los límites están sobre todo en la mente y, para superarlos, mantengamos la puerta siempre abierta a la posibilidad.
Conforme vayas avanzando en el libro podrás comprobar que así es, por cómo ha ido evolucionando todo en mi vida, que tenía en un principio un pronóstico bastante negativo y poco esperanzador, pero que con perseverancia he podido conseguir vencer.
Te aseguro que si yo he sido capaz de superar muchas de las cosas que me han sucedido durante los últimos ocho años, tú también puedes conseguir lo que te propongas en la vida. Tan solo hay que tomar la decisión de que es lo que quieres alcanzar, e ir a por ello con todas tus fuerzas. Luchar por todo aquello a lo que aspiras.
Espero que al leer mi experiencia puedas ser capaz de extraer las herramientas necesarias para afrontar todas las dificultades que se te presenten en la vida. Por muy difíciles que puedan parecer, toda mejora es posible.
Y teniendo siempre muy presente que muchas veces las cosas se pueden poner complicadas, necesitan su propio ritmo, ya me lo enseñaron en uno de los centros en los que estuve ingresado durante catorce meses, el Hospital Aguas Vivas (Carcaixent, Valencia). Los progresos van «poco a poco», me decían, por eso mi consejo es que tienes que ser paciente, perseverante y constante, así es más sencillo que puedas llegar a cumplir tus sueños y convertirlos en realidad.
Si una persona se centra en sus sueños y es constante en su persecución, tarde o temprano recibirá la recompensa deseada. O se acercará bastante a la posición que anhela. ¡Que por nuestra parte no quede!
En este sentido ha cobrado gran importancia en mi vida el deporte, si es que no la tenía ya, claro. Mantener una actividad física regular me ha aportado multitud de beneficios, de esto he sido testigo en primera persona.
Mi consejo siempre será que incluyas la actividad física en tu día a día con la regularidad e intensidad que te permitan tu estado de salud y obligaciones, pero sin dejarte vencer por el sedentarismo. Este último punto puede que sea uno de los fallos que más cometemos en la sociedad actual.
Como claramente me ha hecho apreciar Marcos Vázquez al oírlo alguna vez, en las sociedades más antiguas, remontándonos a los principios de la humanidad, los humanos conseguían una capacidad física envidiable en muchos casos. Y todo ello sin ir a gimnasios y sin seguir planes exhaustivos de entrenamiento físico. El hecho de tener que mantener una actividad física diaria, a menudo exigente, ya era suficiente, algo que me muestra la importancia de la actividad deportiva en nuestras vidas.
Y os digo que cualquiera puede conseguir lo que se proponga en la vida, porque yo no me considero ninguna persona con ningún don en especial. Solo he tenido la suerte de que coincidan mis aficiones con lo que me podía aportar grandes beneficios en mi rehabilitación: el deporte.
No he conseguido llegar más allá de lo que habría llegado cualquier otra persona si se lo propone, o que pueda llegar a conseguir si no decae en la persecución de sus objetivos. Pienso que todas las personas podemos superar las adversidades ante las que nos pretenda enfrentar la vida. Con constancia, perseverancia y, en muchos casos, una buena dosis de paciencia, todo puede llegar a ser posible.
Si somos capaces de mantener la mente correctamente centrada y dirigida hacia unos objetivos bien definidos, la probabilidad de éxito siempre será mayor.
Y aquí quiero hacer hincapié en que el éxito siempre será algo muy personal, su significado va a variar mucho dependiendo de la persona que lo esté viviendo.
En ocasiones, el simple hecho de poder levantarse y dar un paso puede ser una gran victoria para muchos de nosotros, como fue mi caso en particular. Conseguí levantarme yo solo de la cama o silla y, tras levantarme, empecé a mover una pierna; junto a un empuje con la cadera, conseguí dar algo parecido a un paso; después lo mismo con la otra pierna, y con la otra, y repetimos, repetimos, repetimos… ¡¡¡Ya estábamos andando de nuevo!!!
Una sensación difícil de describir, empezar de nuevo a andar, después de tanto tiempo sin hacerlo, era otra «primera vez».
No quiero terminar esta introducción sin antes agradecer a las personas que me han acompañado durante este proceso.
Ester, mi esposa en aquel momento, vivió de cerca esa primera etapa después del accidente, ella ha sido muy importante para poder empezar a afrontar todo lo que me venía por delante. Muchas gracias por haber estado a mi lado en todos esos momentos tan comprometidos para mí. Estoy seguro de que fue una etapa muy difícil para ella también y que le supuso un esfuerzo grandísimo poder convivir con este inconveniente que le había puesto la vida delante de sus narices. Trabajo, hija, un marido casi muerto en un hospital en Barcelona… Ester es una mujer muy fuerte, como me demostró siempre al reaccionar con entereza y responsabilidad ante los obstáculos que la vida le ponía delante. Ese apoyo de su parte, que he sentido siempre, me ha permitido poder dedicarle tiempo a toda aquella actividad que me iba a influir tan positivamente en mi proceso de mejora.
Gracias a su apoyo he podido dedicar mucho tiempo al acondicionamiento físico, tan importante para mí en estos momentos. La práctica deportiva ha sido, y está siendo, determinante en mi progresión.
Todo esfuerzo será recompensado, siempre lo he tenido muy presente, y el tiempo me lo ha ido demostrando.
Además, el apoyo de Ester también fue muy importante en la etapa inicial de mi rehabilitación. Muchas gracias de nuevo, no me canso de decirlo.
Mi hija mayor Ángela, que en el momento de sufrir el accidente tan solo tenía ocho meses, también ha sido un motivo muy grande para luchar por la vida y mejorar. La pobre niña ya tuvo suficiente al ver como su padre casi perdía la vida cuando ella aún no tenía ni un año. Menos mal que al ser tan pequeña no guardará recuerdos de esos momentos tan dramáticos. Ahora me tocaba a mí demostrarle que su padre iba a hacer todo lo posible por ofrecerle su mejor versión.
De vital importancia ha sido también la cercanía de mi familia en todos esos momentos. Tener a mis padres cerca siempre ha sido decisivo y su presencia en todo momento ha sido un apoyo muy grande para poder afrontar todo lo que hemos tenido que pasar.
Mi padre, con quien he compartido alguna que otra noche en el hospital; mi madre, siempre cerca de mí para cualquier necesidad que pudiese tener; y mis hermanos, pendientes en todo momento de mí, el mayor. Tener a la familia cerca de ti cuando las cosas se ponen difíciles es muy importante.
Muchas gracias a todos los que habéis estado conmigo en todos estos momentos tan malos porque, aunque resulte un poco pesado, las cosas importantes en tu vida hay que agradecerlas eternamente.
La felicidad no está en el destino, sino en el camino. Así que preocúpate siempre de disfrutar del proceso que tengas que superar, del día a día. Si aprendes a ofrecer tu mejor disposición en todos los aspectos de la vida, verás como el resultado que obtendrás será magnifico.
Ojalá mis deseos se hagan realidad. La verdad es que yo, con que solamente un lector pueda extraer algo positivo para su persona, y que consiga al leer este libro esa inyección de motivación y fuerza que muchas veces nos falta, ya me sentiría más que satisfecho.
Sinceramente, espero llegar a lo más profundo de tu interior y poder ser fuente de inspiración frente a las dificultades que te vaya trayendo la vida, que vendrán, de eso puedes estar seguro.
Para finalizar esta introducción, hay una cosa que tengo muy clara: voy a aprovechar esta otra oportunidad que me está ofreciendo la vida…
¡Vamos…!