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ОглавлениеY papi entonces sale de compras.
Y yo con él.
Porque él es mi papá y yo soy su hija.
Y papi compra tantas cosas que hasta se me olvidan. Porque papi tiene tanto dinero que tiene que usar una cartera de mujer, porque en una cartera de hombre no le cabe y por eso anda siempre con una mujer para que le lleve la cartera, y tiene muchas carteras, a juego con las botas algunas, de piel la mayoría, de todos los tamaños, más lindas y más finas, y también tiene correas, de búfalo, de rinoceronte, de Komodo dragon. Por eso cuando vamos de compras se trae no una sino dos o tres mujeres para que le carguen las carteras y las chequeras y las fundas que son tantas que a veces papi prefiere comprar la tienda y quedarnos a dormir allí mismo, entre los aires acondicionados, neveras, licuadoras, televisores y demás artículos para el hogar.
Y cuando yo era más chiquita mi papá me llevaba a mí como una cartera, o eso dice él, que andaba conmigo encima como una cartera. Y cuando él dice esto yo me pongo muy contenta y me imagino con un vestidito de siete pesos que me compró mi mamá en La Sirena, un vestidito que no me lo apean y papi me levanta y yo me quedo montada en su costado como una mochila, como un bulto, una carterita feliz y papi me mira y me dice que ese vestidito no me lo apean, y que si yo no tengo más vestiditos o qué. Y que si yo no tengo pai o qué, y que si yo no tengo mai o qué. Y que cuál es mi casa favorita, y yo pienso en la casa de mami, con sus dos mecedoritas, la flor de pascua sobre la televisión en blanco y negro y, luego, ya papi me ha puesto en el suelo, entramos en una de las casas de papi, que son como ciento cincuenta, en la que están parqueados por lo menos siete carros y en donde siempre hay gente ayudando a entrar un mueble nuevo, una estufa, una botella con un barquito de cristal soplado adentro. Y en cada casa una piscina, que papi en persona ha llenado con ballenas inflables, dragones, strawberryshortcakes inflables, botes de remos, botes con motor (la piscina es muy grande), submarinos en miniatura adonde cabemos papi y yo y a veces una novia de papi que no se atreve a mirar por las ventanitas del submarino, por donde se ven las criaturas marinas más monstruosas que viven en el fondo de la piscina y que yo contemplo valientemente para que papi me vea, para que papi sepa que yo no le tengo miedo a nada.
En cada casa papi me ha preparado una habitación con su cama, su tocador, su mesita de noche y su lamparita a juego, todo en mimbre pintado de blanco y una colcha reversible que de un lado es de Rainbow Brite y del otro es de los Gremlins. Papi tiene tantos gremlins y rainbow brites para mí que ya ni me gustan. Un closet lleno de rainbow brites y gremlins. Papi también me ha comprado botas y crayolas y alphabet stickers, pre tested water colors, flexi foam sheets, pelucas de la Barbie, sweat shirts, halloween decorations, wide angle compact binoculars, rechargeable power spotlights, a junior utility table, jerseys, gloves, leather gloves para el invierno, para cuando vaya a visitarlo, para cuando papi vuelva y me lleve con él.
Cause now he’s got boneless skinless chicken breasts, whole boneless beef, mi nenes, nintendos, plantilla e media, escuelas de tae kwon do, semillas de cajuil, semáforos, hotel style turkey breast, boneless beef shoulder roast, center cut bone in smoked ham steak, tarántulas domesticadas en peceras, ledbetter boneless beef bacon wrapped tenderloin filets, lámparas japonesas de papel de pergamino tibetano, all purpose white potatoes, mujeres, all purpose yellow onions, mujeres, campbells tomato, chicken noodle, mujeres, green beans-onionalphabet soup.
Yo lo que tengo es un dolol de rodillas porque estoy creciendo muy rápido, por eso es que papi me manda tantas bicicletas, para que me las güaye. Y me manda una bicicleta cada mes cada vez más grande, una para cada pierna, pero yo lo que necesito es una con rueditas porque tengo miedo a caerme, pero esto no se lo decimos a papi que sigue mandándomelas, rojas, amarillas y verdes, para que se las coma el óxido, y esta vez manda una azul cobalto con siete velocidades, pero se la come el óxido, se la venden a otra niña, se la regalan a un primo, se la come el óxido, se la regalan a los niños pobres, la venden, una con protectores de ET o de la Barbie.
Mami y yo escribimos una carta, mami me la dicta y yo la escribo con mi letra que cada vez me sale más bonita, dice mami. Y en la carta mami y yo le pedimos a papi una televisión a colores, le pedimos que no mande más bicicletas, que lo que queremos, que lo que yo quiero, que lo que yo necesito es una televisión a colores porque a las bicis se las está comiendo el salitre.
Y papi manda a decir que él no va a poner a los novios de mami a ver colores y entonces mami y yo redactamos otra carta en la que yo le explico a papi que la que quiere la televisión a colores soy yo, que mami no tiene nada que ver, que mami no tiene novios, que mami sólo vive para mí y que por favor, que la televisión sea marca Zenith, que son mejores, y la letra me está mejorando mucho, dice mami.
Y papi manda a decir que él no va mandarle televisores a los vagos que mami mantiene. Entonces llamamos por teléfono y yo le digo a papi que yo quiero ver a Bugs Bunny en colores y él llora del otro lado y yo lo sé porque papi tiene un jipío cuando llora y cuando cuelgo suena el timbre y abro la puerta y es Corporán de los Santos el campeón de la televisión dominicana, con su afro, con sus siete corporettes botando confetti y serpentinas por la nariz que viene a hacerme entrega del televisor que me manda papi, en una cajota muy grande con la que me hago una casita, mientras mami y su novio miran la telenovela de las siete y media.
A mí la tele me gusta mucho y me gusta jugar un juego que me he inventado yo y que consiste en señalar las cosas que salen en la tele y decir mío, porque el primero que diga mío es el dueño de la cosa que sale. Y yo, como casi siempre estoy sola, me quedo con todo, segura de que papi adonde esté ya me lo ha comprado. Un día papi va a volver y todo va a ser como antes, mejor que antes, vamos a salir de compras al atardecer y vamos a llegar a la tienda justo antes de que cierren, y como tenemos mucha prisa porque las dependientas quieren irse, papi va a decirme señala lo que te gusta y yo lo hago con un dedito y papi le dice a la novia con la que andamos que me coja uno de cada color, uno de cada color, y así vamos llenando carritos con medias de todos los colores, largas y bajitas, de todos los colores, un par de cada modelo, con bolitas de lana en el tobillo. Luego papi me deja en casa de mami que mira desde el balcón cómo bajamos la compra del baúl del carro, y cuando cae la noche yo me pongo todas las medias nuevas, una encima de la otra, y hago un corral con los zapatos nuevos sobre la cama y allí en el centro me acuesto y cierro los ojos y trato de dormir respirando ese olor a nuevo y temblando con temor a morirme sin poder estrenármelo todo.
Y es que papi tiene tanta música que una siempre tiene miedo a que él quite la canción antes de que se acabe. Él tiene un tocadiscos y una cassettera en cada habitación y en cada una hay un disco o un cassette ready to play. Papi, sobre todo cuando viene gente, se la pasa corriendo de un aparato de música a otro para oprimir stop o para oprimir play o rewind o fast forward. O pause. Papi tiene un mueble, tiene varios, en los que están colocados sus discos, es más, las paredes están todas cubiertas de estos estantes en los que los discos de papi van cogiendo polvo y la sirvienta, realmente varias de ellas, se encargan de irlos desempolvando con un desempolvador de terciopelo azul violeta.
Hay una habitación para los merengues, y los estantes llegan al techo. Hay otras habitaciones para la música americana y hay una habitación pequeñita para la música clásica o música de muertos, como dice papi, que realmente es el baño.
Los sábados en la mañana, papi se levanta temprano y me prepara un desayuno él mismo y entonces corre de la licuadora al tocadiscos y de la estufa a la tostadora y de ahí de nuevo a la cassettera. Yo me levanto y me pregunto qué bulla es ésta. Y luego camino despacito hasta la sala y veo a papi bailando, moviendo el fundillito con un delantal rojo que en letras blancas dice Chulo #1, en una mano un LP de Cuco Valoy y en la otra una bandeja de waffles o mangú con queso frito.
A papi Cuco Valoy le gusta mucho, a mí no tanto, sobre todo cuando Cuco saca su campanita y dice: y ahora vamos a hacer brujería! A mí me gusta más Johnny Ventura y su Combo Show, todos con pantalones muy apretados, que según mi tía Leysi se meten medias en los pantaloncillos para que se les vea más grande y bailan al mismo tiempo, con camisas del mismo color con los botones abiertos hasta el ombligo y los pelos y la cadena de oro afuera. Igual que Wilfrido Vargas, y yo creo que con las cadenas se mandan señales, como cuando uno se manda reflejitos con un espejo de una azotea a otra. Wilfrido toca la trompeta, que tambien manda reflejos, igual que las trompetas y trombones y saxofones del conjunto Quisqueya y Fernandito Villalona, sólo que cuando los metales de Fernandito comienzan a mandar señales reflejando los focos del canal nueve, a Fernandito le caen arriba todas las sirvienticas para lamberlo, igual a Bonny Cepeda y Los Kenton, sólo que los Kenton usan kimonos de karate y bailan haciendo katas y se sacan las sirvienticas de encima a patadas. Pero aunque Wilfrido tira patadas que tumban el pedestal del micrófono, y aunque Cuco hace brujerías y aunque a Bonny los reflejos brillosos le salen de la misma moña llena de esprey escarchado, ninguno tira los pasos que papi tira cuando es sábado y estamos solos y ensayamos frente al espejo de su habitación, que cubre toda la pared, y él me enseña un dos tres, un dos tres, cuatro y me viste con sus trajes y nos peinamos con gelatina y usamos cepillos como micrófonos y papi entonces suelta el micrófono y corre hacia el tocadiscos o hacia el teléfono y vuelve tan rápido que antes de que el micrófono caiga al suelo papi ya está de vuelta empuñándolo para enseñarme otra canción.
Pero más que los discos a mí lo que me gusta son las carátulas. Las fotos y los dibujos de los cantantes haciendo poses en un trono de mimbre o sosteniendo un micrófono como un muslo de pollo. Fotos en blanco y negro y en colores para que una sepa quién es que canta y quién es que toca qué.
Algunos traen hasta la letra de los merengues para los que no pueden aprendérsela de oído. Fernandito el Mayimbe sentado en una roca con un sombrero de vaquero, a Cuco Valoy un policía le cae a macanazos, a Fausto Rey un gatico le trepa por el hombro y los Vecinos tienen botines blancos y peinados que combinan. Los Kenton se están separando, culmina papi mientras mira una carátula en la que se unían a Bonny Cepeda para un concierto con trajes de karatecas y con afros que cada año iban disminuyendo en tamaño.
Un día, en el Show del Mediodía, después de que a Pololo lo sacaran con un infarto del set, apareció el señor de las noticias y levantando su cara de un pedazo de papel dijo: interrumpimos la programación regular para informarles de que Fernandito Villalona, alias el Mayimbe, acaba de ser detenido por posesión de Orégano y Cilantro. El afamado intérprete de La Jamaquita y Tabaco y ron fue interceptado en las cercanías de La 42 por una patrulla que encontró en la guantera del cantante Orégano y Cilantro según indicó el examen químico que se lleva a cabo en estos casos, Fernandito que en principio admitió que la libra de yerbas aromáticas hallada en su vehículo era de su propiedad ahora adjudica la compra y uso de las mismas a su tía Bolivia, que preparaba un sancocho en honor a su hermana, la madre del artista.
Voces que venían corriendo calle abajo, afuera de la tele, voceaban: lo agarraron con yerba, lo agarraron con yerba. Y volviendo al estudio A de Color Visión, canal 9, Doña Zaida Lovatón, directora de la Comisión de Espectáculos Públicos, con unas canas igualitas a las de Cruela de Vil, comentaba los hechos en vivo, meciéndose en una mecedora desde la comodidad de su hogar: yo lo dije y lo vuelvo a decir, hay que cortar este veneno por la raíz…
Luego una cambiaba al canal siete y Julie Carlo (con una permanente de poodle rubia), ex estrella del Show del Mediodía y ahora contratada por el Sabroshow, se tapaba un oído con dos dedos porque atrás el morenaje voceaba y la empujaba con carátulas de discos del Mayimbe en las manos, y antes de que una doña dándose trompadas en el pecho le arrancara el micrófono, Julie pudo informarnos: Fernandito Villalona acaba de ser puesto en libertad, la fiscalía de la República ha levantado los cargos que se le imputaban, repetimos, el Mayimbe ha sido puesto en libertad. Y el pueblo, que se había tirado a la calle indignado porque trancaron a su niño mimado, saltaba y gritaba y el Mayimbe salió con las esposas puestas todavía, junto al síndico José Francisco Peña Gómez, que enseñádole la llave plateada al público en su negrísima mano y pelando esos dientes reflectores del solazo tropical soltó al Mayimbe para siempre levantándole como a un boxeador y Peña daba saltitos que jamaqueaban a ambos y Fernandito entonces se echó para atrás cogiendo impulso y se lanzó desde el tope de las escaleras hacia la multitud que lo esperaba y lo vimos flotar en aquel maremágnum negro, rojo, azul y blanco y a veces lo único que se le veía eran sus tenis Adidas y su camisita de ramos y su gorrita y su anillo de oro nadando sobre pelo crespo hasta el estudio B de Rahintel, canal siete, adonde el recién inaugurado Sabroshow lo esperaba, adonde Wilfrido, Johnny, Bonny Cepeda, Rasputín, Cuco, Dionis Fernandez, Belkis Concepción, Aramis Camilo, La Santini, Feli Cumbé y Julie Carlo lo esperaban, adonde todas las orquestas y todas las cámaras del canal siete lo esperaban con un contrato que lo liberaba de sus responsabilidades para con cualquier otro programa de variedades.
Y Fernandito Villalona alias el Mayimbe, a quien la gente acababa de depositar en el piso, firmó y abrazó a Julie y, acercando sus suculentos labios de mulatico blanco al micrófono, se le salieron las lágrimas y a mí se me salieron las lágrimas y a todos se nos salieron las lágrimas, y dijo: ecúsenme que venga así, con tenis a cantar, pero es que salí de la cárcel pa cá y no me dieron tiempo a cambialme.
Y todas las orquestas juntas comenzaron a tocar (piensen en la cantidad de trompetas, trombones y saxofones) el principio de Baila en la Calle y Fernandito, antes de empezar a cantar, voceando para encaramársele encima a la música, dijo: esta canción se la dedico a su autor, el maestro, Luis Terror Días.
Papi también tiene música americana, y esos discos a veces soy yo misma quien los pone, y cuando yo estoy tirando el paso más complicado suena el teléfono y papi me grita desde otra habitación bájala bájala bájala y yo bajo el volumen. Y luego papi cuelga y me ordena súbela súbela súbela y yo lo que hago es que bailo con la mano pegada al control del volumen para bajarlo y subirlo cuando él me diga.
A papi le encanta Billie Ocean.
Y un sábado cuando me levanto oigo la entrada de Caribbean Queen de Billie Ocean y papi no está preparando mi desayuno, sino que está metiendo un montón de camaroncitos muertos en agua hirviendo, y langostas. Miles. Y cuando me asomo a la puerta de la cocina y veo las ollas de acero inoxidable rebosadas papi me dice: pa que pruebe comida de gente inteligente. Papi también prepara salsas de todos los colores, arroz blanco y llama al colmado para que le traigan dos fundas de hielo porque hoy viene su familia. Yo me pongo muy contenta que vienen mi tía Leysi y mi tía China y mi abuelita Cilí y mi primo Puchy y mi prima Milly que son hijos de otra hermana de papi que se murió cuando los parió porque son mellizos y nacieron, cada uno, de 14 libras.
A los mellizos los crió mi abuela Cilí y mi tía Leysi y mi tía China que ninguna de las dos se ha casado y viven todos juntos en un apartamento frente a la Lotería Nacional. El apartamento está en un tercer piso y Cilí se lo compró a Balaguer en el gobierno de los doce años cuando ella vendió su tierrita en el campo y se vino con sus hijos y sus nietos, los mellizos, para la capital. Papi se metió en la Marina para comer carne de tiburón, tía China se inscribió en la Universidad Autónoma para juntarse con prietos y tirar piedras y tía Leysi se quedó criando a Milly y a Puchy, aunque tía Leysi es de la misma edad que Milly y Puchy, así que cuando Cilí se iba a visitar a sus comadres en el campo y dejaba a Leysi a cargo, ella se encargaba muy bien de plancharle los pantalones campanas y de combinarle las camisas de polyester naranja y los bajimamas de brillo a sus sobrinos y cogían los tres para el matinée de disco y salsa, a veces hasta ganaban concursos, dinero, prendas de fantasía, taquillas para ir a ver Grease. Milly y Puchy se ganaron cincuenta pesos un día y con el dinero se compraron un corte de tela blanca para hacerse cada uno un traje igualito al de John Travolta en Saturday Night Fever. Casi siempre se le pegaban a alguien que los llevaba a la casa en un Cadillac a las cinco de la mañana del día siguiente. A esa hora China volvía de poner afiches del Che Guevara en Ciudad Nueva, que la policía arrancaba antes de que saliera el sol, y se sentaban los cuatro en el Chimichurri de Junior en la esquina de la Lotería adonde los cueros y los travestis de la Feria les brindaban medio chimi y un Seven Up a cada uno. Y pensaban en papi (y cuando pensaban en él lo veían con su uniforme de la marina saludando militarmente), y si papi estaba en el mar o en tierra y si ya le habían asignado un rifle de verdad.
Y los camaroncitos están listos cuando la familia de papi toca la puerta. Y papi se desvive por acomodarlos en la sala y por enseñarles sus aparatos nuevos y por llevarse a cada uno aparte para meterles un fajo de billetes nuevos en el bolsillo de la camisa. Papi me dice: ve, enséñales tus juguetes nuevos a Puchy y a Milly, y yo los llevo detrás de mí, pero en el pasillo ellos se desvían hacia los closets de papi y comienzan a probárselo todo, hasta los perfumes, y yo me pongo colorada y les digo que dejen eso, que eso es de papi, y ellos me dicen que papi les ha dicho que cojan lo que quieran, que se lo lleven todo, y yo espumeo por la boca, pataleo y ellos como si nada metiendo chaquetas, pantalones, zapatos, camisas, corbatas y sombreros en una maleta que también les ha regalado papi.
A mí me da un pique.
Pero lo que más pique me da es que los mellizos ya tienen 16 años y papi puede llevárselos con él a las discotecas de sus amigos, y cuando tienen planes se comienzan a cambiar muy temprano, desde que se levantan, colocando combinaciones de ropa y accesorios encima de la cama, poniéndose y quitándose y mirándose al espejo y sugiriéndose cosas. A veces hasta se cortan el cabello como los tipos de Tears for Fears en el video de shout shout, shout it out loud, se ponen frente a la tele con la tijera en la mano a esperar que pongan el vídeo. Y Milly se pone la camisa negra de lunares y se pone mucho mousse y Puchy se tiñe un mechón de pelo y se ajusta la correa con punta de metal y papi le sacude las pelusas a ambos y tía Leysi, que también va, porque van todos menos yo, se saca los rolos y se echa spray y a mí, que hago pucheros desde que me entero, me dicen: cuando seas grande, cuando seas grande. Y me dejan con Cilí, que me hace acostarme en su cama con los pies hacia donde ella tiene la cabeza para que quepamos las dos y como yo doy patadas mientras duermo ella me amarra los talones del espaldar y yo pienso que, coño, si papi tiene tanto dinero, ya Cilí debería llevar otro estilo de vida, una casa con más camas y más televisores. Y cuando Cilí apaga la luz y comienza a murmurar el salmo 23 salpicando de chispitas de saliva la oscuridad yo me imagino a papi, a tía Leysi y a los mellizos bailando con su ropa tan chula y sus pulseras y peinados.
Y la fiesta es con Fernandito Villalona. Y eso me da más pique todavía.
Al día siguiente para que yo lo perdone por no llevarme a la discoteca papi me deja sentarme en sus piernas mientras maneja su carro y yo voy agarrando el guía todo el camino mientras damos una vuelta muy larga que casi siempre termina en casa de una novia suya que es siempre más culúa que la anterior y con más cadenas de oro. A la vuelta cuando yo me antojo de un Country Club de frambuesa papi me dice: vamos a ver si aquí tienen cambio y se desmonta en un colmado y el colmadero le dice que no con la cabeza, lo que pasa es que papi sólo tiene billetes de a mil. Y papi se queda con el fajo de billetes rosados en la mano y yo lo miro y el colmadero me mira a mí y yo miro la botella de contri clu de frambuesa sobre el estante y papi mira el fajo rosado y el colmadero mira el fajo y yo miro la botella de refresco rojo y los billetes rosados y pienso que el contri clu y los billetes combinan, y luego miro la caja con los calimetes y junto a la puerta del colmado un afiche que dice que por cada diez tapitas de Country Club de cualquier sabor más cinco pesos te dan un yoyo, y ya en el silencio que huele a ají cubanela del colmado lo único que se escucha es el dedo de papi resbalando por una esquina del fajo de billetes de mil, que suena retetetetetete y papi está poniendo esa cara de negociante y el colmadero está poniendo cara de banilejo y antes de que el dedo de papi termine de hacer sonar los billetes ratatatatatatata el colmadero pita y un carajito de mi edad con una carretilla comienza a montar huacales de Country Club de frambuesa, de uva, de merengue y de naranja en el baúl abierto del carro de papi, mientras papi me acaricia la nuca con su mano llena de anillos y luego el colmadero en persona con una sonrisa de oreja a oreja me entrega una caja con todos los modelos y todos los colores de todos los yoyos Country Club y rutututututututu despegamos en el carro de papi mientras me abrazo a mi caja de yoyos y me imagino haciendo trucos con un yoyo, dándole vueltas en el aire y atrapándolo sin que el hilo se me enrede y luego me imagino repartiendo los yoyos en el recreo de mi escuela mientras la profe dice: pónganse en fila, pónganse en fila, y cómo todos van a querer ser mis amigos y cómo hasta Julio César y Raúl van a querer ser mis amigos y van a enseñarme todas esas malas palabras nuevas a cambio de dos o tres, los yoyos que quieran.