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ES INCORRECTO ESTAR ENOJADO CON DIOS
Оглавление¿Está bien albergar en tu corazón, o expresar con tu boca, enojo contra Dios? No. La Biblia prohíbe el enfoque de desahoga-tus-sentimientos-contra-Dios.
En la Biblia, el enojo es un juicio que hacemos de una persona en respuesta a lo que percibimos como una ofensa. Reaccionamos de manera negativa en nuestra mente, emociones y voluntad contra algo que consideramos malo o injusto. En ese sentido, el enojo no es simplemente una emoción moralmente neutral (“No es ni bueno ni malo, solo es”, argumentan algunos ingenuamente) que existe independientemente de nuestras creencias, afectos, emociones y voluntades internas. En cambio, el enojo es una función de nuestro juicio. Percibimos que algo o alguien está mal, y respondemos consecuentemente con todo nuestro ser.
Desde esta perspectiva, la respuesta a nuestra pregunta “¿está bien enojarse con Dios?” es clara: ¡no! Enojarse con Dios está mal porque es acusar a Dios de hacer algo incorrecto. Estar enojado con Dios es percibir algún error en Dios, percibir alguna maldad en Sus acciones.
¿Cuál es el problema fundamental? Kay Arthur llega a la esencia del asunto de manera contundente. Tú te enojas con Dios, comenta ella, “porque Dios no hizo lo que pensabas que debía hacer o de la forma en que pensabas o cuando pensabas que debía hacerlo”1. Observa que nosotros acusamos a Dios de no hacer lo que (acción o inacción) Él debería hacer, o de no hacerlo de la forma (manera) que debería, o cuando (tiempo) debería. En resumen, queremos lo que queremos en el momento que lo queremos, y cuando Dios no lo hace así, juzgamos a Dios.