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NUESTRO OBJETIVO ES LA
TRANSFORMACIÓN DE LOS RECUERDOS
ОглавлениеComencemos por definir nuestro objetivo. La mayoría de las personas que sufren con malos recuerdos simplemente quieren que estos desaparezcan. Me dicen: “Solo quiero olvidar el pasado. Quisiera que desapareciera por completo”. Lo que quieren, en pocas palabras, es borrar su memoria.
Si erradicar el pasado es tu objetivo, el mundo ofrece una variedad de escapes. Puedes diluir tus recuerdos por medio del abuso de drogas o alcohol. “Yo bebía para olvidar el dolor”, confesó Mario más adelante. Lina se conformó con una combinación de terapia para “sanar la memoria” y tranquilizantes recetados. Algunas personas abrumadas optan por tratamientos de terapia electroconvulsiva o ministerios de liberación de demonios. Lo que tienen en común todos estos métodos es el objetivo de vaciar la memoria.
Por otro lado, algunas personas que pretenden ayudar parecen negar el problema y promover un objetivo distinto, un plan enfocado simplemente en olvidar el pasado. Algunos cristianos apelan a Filipenses 3:13 (“olvidando ciertamente lo que queda atrás”), para animar a las personas acosadas por malos recuerdos a “solo olvídalo y sigue con tu vida”. Ese fue el consejo que Lina recibió de un predicador en la radio. “Cuando te lleguen malos pensamientos, solo ora y persevera en leer tu Biblia, ir a la iglesia y servir a Jesús. No te detengas en el pasado; vive para el presente”.
Aunque esto suene atractivo, esta agenda causa confusión y es insensible ante el sufrimiento de las personas. Por un lado, esa interpretación de Filipenses 3:13 es errónea. Pablo no está hablando de olvidar pecados pasados. Él está hablando de la forma en que alguna vez buscó ser reconciliado con Dios a través de sus logros religiosos y no por medio de Jesús. Pablo no le dice a la gente que “simplemente olvide sus robos pasados”. Por otro lado, el consejo no es muy bondadoso en términos pastorales. Es verdad que la oración, la Escritura, la iglesia y el servicio cristiano son partes esenciales de la respuesta de Dios, pero la idea de “simplemente olvidar el pasado” no ubica esas disciplinas en el contexto del evangelio. Sin el evangelio, estas disciplinas son prácticamente inútiles para las personas que no pueden detener el flujo de malos recuerdos. Además, esta agenda se conforma con muy poco. Pierde de vista el objetivo más grande para nosotros: ser semejantes a Cristo.
Sin embargo, la buena noticia es que si tú perteneces a Jesús, Dios tiene algo mejor para ti. Dios no quiere eliminar tus recuerdos; Él quiere redimirlos. Él quiere transformarlos en algo bueno, algo que te haga ser más como Jesús.
¿Ves la esperanza que esto ofrece a los cristianos? Los malos recuerdos de tus pecados pasados —incluso los peores— pueden ser oportunidades de crecimiento que transformen tu vida. No tienes que evitar, huir de, ocultar o deshacerte de tu pasado. Puedes reinterpretarlo a la manera de Dios. El objetivo de Dios no es borrar los recuerdos ni negarlos, sino redimirlos.