Читать книгу Invitados del viento - Robinson Quintero Ossa - Страница 14

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Primera elegía

Ese hombre que andaba semidesnudo

por los pasillos de la casa era mi abuelo

Hermoso animal de silencio

despertado por el sol de los canarios

en su apasionado contemplar del día

la mañana lo consumía en un oasis

de abandono y de calma

Pero el viento que menos esperábamos

lo barrería sin dejarnos rastro

Invitados del viento

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