Читать книгу Remedios naturales para el estrés y la fatiga - Rosa Graciela Guerrero - Страница 8

Оглавление

¿Qué es la fatiga?

La fatiga es el resultado lógico de un esfuerzo físico o mental intenso y continuado. Se trata de una sensación normal en la vida diaria, pero con un poco de descanso, relajación y una noche de sueño profundo la fatiga desaparece y la mayoría de las personas puede volver a la carga al día siguiente.

Pero hay casos en que el cansancio persiste y se convierte en un problema, ya que impide disfrutar plenamente de la vida y seguir su ritmo.

UNA EPIDEMIA DE NUESTRO TIEMPO

Las exigencias de la sociedad actual, por un lado cada vez más competitiva y por otro sumida en constantes cambios, llevan a tener que aceptar más obligaciones de las que se pueden asumir. Y el precio que se paga por ello es muy alto.

Actualmente, una de cada tres personas que acude a una consulta médica dice sentirse más cansada de lo normal de forma permanente.

Sin llegar a ser víctimas del síndrome de fatiga crónica (SFC), una enfermedad que se caracteriza por la sensación de cansancio continuo acompañado de otros síntomas como son los dolores musculares invalidantes, las alteraciones del sueño y las disfunciones inmunes, y cuyo diagnóstico conlleva un tratamiento específico, lo cierto es que para muchas personas la fatiga es hoy su pan de cada día y luchan para cumplir con sus responsabilidades diarias en detrimento de los espacios para el ocio y las relaciones sociales.

Las personas fatigadas suelen tener diversas molestias en zonas dispares, que aparecen de forma recurrente: dolores de cabeza y de espalda, falta de energía, alteraciones en el estado de ánimo, problemas de memoria, disminución del apetito, pérdida de motivación para realizar actividades, etcétera. Todo ello afecta tanto a su rendimiento laboral como a sus relaciones personales y propicia el aislamiento e incluso puede llevar a la depresión.

En épocas anteriores, en que la vida era más simple y menos mecanizada, la fatiga provenía principalmente de la actividad física. Hoy día, en cambio, tiene un marcado componente psicológico. Las preocupaciones y las tensiones que se prolongan en el tiempo hacen que la persona se sienta cansada, sobre todo si no ve una salida a sus problemas.

¿QUÉ ES LO QUE PROVOCA FATIGA?

El primer paso que debe dar una persona que se sienta fatigada de forma permanente es determinar cómo ha llegado a esa situación. Para ello tiene que revisar su estilo de vida, hábitos, condiciones laborales y problemas emocionales. Solo así podrá encontrar soluciones eficaces. Conviene realizar también ciertas pruebas médicas para descartar que la fatiga sea un síntoma de alguna enfermedad.

Pese a la disparidad de causas que llevan a la fatiga permanente, todas ellas se pueden agrupar alrededor de cuatro ejes.

FATIGA FÍSICA Y FATIGA MENTAL

Se puede hablar propiamente de fatiga cuando la sensación de cansancio, abatimiento y falta de energía no se va con una buena alimentación y descanso. Sin duda, cuando las causas son físicas es mucho más fácil poner remedio y recuperarse. En cambio, cuando la fatiga mental se apodera de uno es mucho más difícil recuperar el equilibrio.

Fatiga física

Va asociada al aporte de energía a los músculos y a la eliminación de toxinas. La producen fundamentalmente los siguientes factores: nutrición insuficiente (a mayor actividad, mayor necesidad de nutrientes), déficit de oxígeno (lugares con poca ventilación), contracción repetitiva de músculos y tendones (exceso de ejercicio) e insuficiencia de riego sanguíneo (demasiado tiempo en la misma posición). Los síntomas que produce son: incapacidad para hacer cosas que requieren esfuerzo muscular (subir escaleras, llevar pesos, etc.) así como pérdida del interés para llevar a cabo las actividades diarias.

Fatiga mental

El estilo de vida y la manera personal de afrontar los problemas suelen ser las principales causas. Se percibe sobre todo por una disminución de la capacidad de concentración, trastornos en la memoria y falta de motivación. Suele acarrear aburrimiento e introversión, así como falta de comunicación. En casos graves, la persona puede llegar a no tener ganas de levantarse de la cama por la mañana y afrontar la jornada.

Estilo de vida y hábitos

Son las causas más obvias y las que tienen más fácil solución. Entre las más habituales destacan:

• Déficit o exceso de sueño. Un adulto precisa unas 8 horas de sueño nocturno, si bien hay personas que pueden tener bastante con alguna menos. Cuando se duerme más de 11 horas se da la paradoja de que se tiene somnolencia durante el día.

• Trastornos del sueño. Unos vecinos ruidosos, un hijo de corta edad que se despierta por las noches, un cónyuge que ronca, o un entorno poco propicio como es una habitación con múltiples aparatos electrónicos o repleta de trastos pueden hacer que el sueño no sea todo lo reparador que debiera.

• Falta o exceso de ejercicio físico. La actividad física moderada y regular reduce el estrés, aumenta los niveles de energía y aporta salud y bienestar. También ayuda a dormir mejor. Sin embargo, un exceso de ejercicio físico lleva a la extinción del combustible que tenemos acumulado en los músculos (glucógeno) y provoca fatiga muscular.

• Una dieta pobre en nutrientes. Las dietas bajas en calorías o en carbohidratos así como los alimentos que son muy calóricos pero que contienen escasos nutrientes no aportan a nuestro organismo el suficiente combustible o alimento para que funcione con todo su potencial. Los tentempiés como las barritas de chocolate o las bebidas con cafeína solo ofrecen un aumento temporal de la energía que rápidamente desaparece y agudizan la fatiga.

• Consumo de alcohol y drogas. El alcohol es una droga depresora que enlentece el sistema nervioso y trastorna las pautas de sueño normales. En cambio, otras drogas —el tabaco, la cafeína— lo estimulan y pueden provocar insomnio.

Condiciones laborales

Muchas personas pasan más tiempo en el lugar de trabajo que en casa. Múltiples causas de fatiga se circunscriben en el ámbito laboral:

• Trabajo por turnos. El cuerpo humano está diseñado para dormir durante las horas de la noche. Este patrón de nuestro sueño está regulado por una minúscula zona del cerebro que dirige los ritmos circadianos. Por este motivo, una persona que trabaja durante las horas nocturnas induce a confusión a su reloj biológico al estar activo cuando su cuerpo está programado para dormir durante esas horas.

• Situaciones duras. Las largas jornadas laborales, las tareas físicas que exigen mucho esfuerzo, los entornos de trabajo estresantes —ruido excesivo, temperaturas extremas—, el aburrimiento, trabajar en solitario, la escasa o nula interacción con otras personas o la concentración prolongada en una tarea repetitiva pueden ocasionar fatiga.

• Mal ambiente. La insatisfacción laboral, la carga de trabajo excesiva, los conflictos con los jefes o los compañeros, los cambios constantes o las amenazas a la seguridad en el puesto de trabajo también pueden ser causas de fatiga.

• Desempleo. Las presiones económicas, los sentimientos de fracaso o de culpa y el agotamiento emocional que implica una prolongada búsqueda de trabajo pueden conducir a la fatiga así como al estrés, la ansiedad y la depresión.

Problemas emocionales

La fatiga es un síntoma habitual en los problemas de salud mental. Hay estudios que sugieren que los factores psicológicos están presentes en más de la mitad de los casos de fatiga. Destacan por su alta incidencia:

• La ansiedad y el estrés. Una persona ansiosa y estresada tiene a su organismo sobrerrevolucionado, que constantemente libera adrenalina y cortisol al torrente sanguíneo. Esta situación agota la resistencia del cuerpo e inhibe los procesos de recuperación, lo que acaba instaurando la fatiga.

• La pena. Los sentimientos de pena por la enfermedad propia o de un familiar, así como por la pérdida de un ser querido provocan una amplia gama de emociones —culpa, conmoción, desespero, soledad— que causan agotamiento y fatiga.

• La depresión. Se caracteriza por un grave y prolongado sentimiento de tristeza, desaliento y fatalidad. Las personas con depresión habitualmente experimentan un cansancio crónico.

Problemas de salud

La fatiga persistente puede ser un signo de una enfermedad subyacente como por ejemplo una anemia, una disfunción tiroidea o un trastorno cardiaco, por citar las que son más habituales. De ahí que una revisión médica con las pruebas pertinentes sea imprescindible para descartar posibles enfermedades y, en caso de padecer alguna, tratarla adecuadamente.

También merece la pena indicar que determinados fármacos inducen a la fatiga. Destacan los betabloqueantes, los analgésicos, la quimioterapia y la radioterapia. Cuando se está sometido a algún tratamiento de larga duración es fundamental equilibrar el organismo con nutrientes y complementos adecuados.

Por si fuera poco, la fatiga también puede ser el resultado de una combinación de estos cuatro tipos de causas. Pero, sea por el motivo que sea, todas estas situaciones comportan una serie de carencias y alteraciones fisiológicas que provocan una disminución de las reservas energéticas, la acumulación de sustancias resultantes del metabolismo del ácido láctico y posibles cambios enzimáticos y electrolíticos. El cóctel puede convertirse en una auténtica bomba capaz de dinamitar la energía de cualquiera si no se buscan los adecuados mecanismos de compensación. Asimismo vale la pena señalar que la fatiga es un importante factor de riesgo y que interviene en muchos accidentes laborales y de carretera.

Remedios naturales para el estrés y la fatiga

Подняться наверх