Читать книгу Proyecto fotográfico personal - Rosa Isabel Vázquez - Страница 21
Introducción
ОглавлениеCuando emprendemos una actividad nueva, es habitual sentirse un poco perdido y con cierta sensación de vértigo ante lo desconocido. Emprender un proyecto tiene muchas implicaciones y, a veces, no sabemos por dónde empezar, aunque tengamos clara nuestra meta. En otras ocasiones, los problemas surgen porque desconocemos cómo continuar tras una primera fase que se ha culminado con éxito. Incluso puede suceder que la dificultad surja al no saber cómo concluir, como les sucede a algunos escritores que van creando personajes a lo largo de su novela y que, al ignorar qué hacer con ellos según la historia avanza, encuentran como única salida ir acabando con sus vidas, dejando al lector sumido en una profunda perplejidad.
Para que todo esto no nos suceda, es de suma utilidad contar con una guía que conduzca nuestros pasos, es decir, disponer de una metodología de trabajo que nos proporcione un principio de organización que ayude a que cada una de las fases culmine de la mejor manera y que contribuya a que nos sintamos orientados en todo momento.
Sin embargo, no se puede abordar de la misma manera un proyecto documental que requiera de una gran investigación que un proyecto artístico acerca del sentimiento del propio autor ante un determinado acontecimiento familiar. Obviamente, cada artista es diferente y cada proyecto es un mundo, por lo que cada uno debería desarrollar su propio sistema, basado en sus características propias y en su particular manera de entender la fotografía y de afrontar sus trabajos.
©Lola Guerrera, Nebula Humilis
Lola Guerrera es una artista cordobesa que utiliza la fotografía como una medio para reflejar la interacción entre lo natural y lo artificial. El proyecto Nebula Humilis surge durante una Residencia Artística que realiza en México que le lleva a experimentar a través de la explosión de bombas de humo coloridas en el paisaje del desierto mexicano.
Por tanto, la dificultad surge al intentar unificar en una estructura común las prácticamente infinitas formas de abordar un proyecto fotográfico personal. Quizá en otro tipo de proyectos, de carácter científico o empresarial, tenga sentido que las cosas se hagan de una determinada manera pero cuando entran en juego la creación, los sentimientos, la emoción, las sensaciones y otros muchos aspectos de carácter subjetivo, no parece posible aportar un modelo infalible que funcione en todos los casos.
Llegar a esta conclusión, ahora tan obvia, fue algo que me tomó algún tiempo. Quizá estaba influenciada por la manera en que se suponía que había que hacer las cosas. Sin embargo, al observar con un poco de distancia mis propios proyectos, descubrí que eran muy diferentes entre sí y que se habían desarrollado de maneras muy diversas y eso tenía que significar algo. Mi conclusión fue clara, me parecía fundamental aportar una estructura flexible que pudiera adaptarse a todo tipo de propuestas, autores y maneras de trabajar. Si me movía por un andamio muy rígido, unicamente conseguiría inducir a los artistas a producir proyectos en línea, como si de una fábrica de creadores y creaciones se tratara. Y eso es, precisamente, lo que siempre había tratado de evitar como docente. Entiendo que resulta complicado, como profesora, mantener cierta distancia con el alumno que está realizando un proyecto para orientarle sin ejercer demasiada influencia sobre él, pero creo que es misión del maestro tratar de respetar al máximo la forma de crear de cada uno. Lamentablemente, en mi época de estudiante, fui testigo de cómo algunos compañeros empezaban con una idea y acababan haciendo algo que nada tenía que ver con ellos, sino con aquello que el docente consideraba mejor o, en el peor de los casos, que estaba de moda o a la vanguardia del mercado.
Entonces, ¿cómo podía ayudar a aquellos que se enfrentaban a un proyecto de una manera seria por primera vez, sin forzar su camino creativo? ¿Cómo podía aportarles un plan de acción general que después se ajustase a sus propias necesidades? Tras pensarlo largamente, llegué a la conclusión de que debía proporcionar varios modelos que contemplaran opciones distintas para cubrir, en la medida de lo posible, el abanico de variedad de proyectos. De esta manera, sería más fácil potenciar la individualidad de las propuestas.