Читать книгу Descubre a tu ángel personal - Rubén Zamora - Страница 6

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El aspecto real de los ángeles

Lo que hacen y lo que son

Para llegar a descubrir a nuestro ángel custodio, guardián o personal, es necesario saber qué seres de luz no lo son. Esto incluye ciertas divinidades consideradas positivas, como arcángeles, comandantes de legión angelical, Serafines, Ofanines, Potestades y similares; o negativas como demonios, demiurgos, elementales o almas en pena.


Del eterno continuo de luz a la apariencia angelical.

Tu ángel personal es tuyo y sólo tuyo, de nadie más. Te puedes llevar bien o mal con él, entenderlo o rechazarlo, reconocerlo o ignorarlo, pero no eliminarlo ni apartarlo de ti definitivamente, pues siempre, o al menos en esta vida presente, estará a tu lado luchando por ti y por tu alma, aunque a veces pierda o gane, triunfe o fracase, pueda o no pueda.

Los ángeles de la guarda no tienen pene ni vagina, es decir, carecen de sexo propiamente dicho, pero sí tienen apariencia antropomórfica, es decir, muy parecida a la apariencia humana, tanto femenina como masculina. También pueden tener una voz suave y aguda, o grave y estentórea, lo que nos lleva a adjudicarles, desde nuestro particular punto de vista, un género determinado.

Estamos hechos a la imagen y semejanza del universo (o multiverso) entero, desde las partículas subatómicas hasta la forma completa a la que dan lugar las moléculas, los electrones y las células.

Decimos que los ángeles son bellos y hermosos porque desde nuestra perspectiva los adecuamos a los cánones de belleza de moda, estética y armonía de nuestra cultura y de nuestro tiempo. Así, los orientales ven a sus seres de luz bajo la estética oriental, los africanos los ven negros y los occidentales los ven blancos y acorde a lo que las pantallas de cine, televisión y otros medios de comunicación nos dicen que es la belleza.

Son bellos siempre, pero los miramos bajo el prisma de lo que creemos que es la belleza y, en muchos casos, esa misma belleza los hace andróginos, es decir, hombres de belleza, y a veces voz, femenina; o bien barbados, viriles y de voz gruesa y potente.


Los sumerios veían a sus ángeles barbados y viriles.

Se parecen a nosotros en todas las formas y colores, pero los interpretamos; cada quien los mira desde su propia experiencia y perspectiva, cuando en realidad son seres de luz que van tomando forma parecida a la humana a medida que se acercan a nosotros. Algunos, como mi querido Uriel, son siempre luz, con ciertas características humanas pero siempre luz, sin carne ni huesos.

En las culturas prehispánicas, sobre todo en la mal llamada azteca, hay seres de luz que son todo huesos, desencarnados pero con aspecto humano.


Divinidad azteca.

Todos ellos nos acompañan, son y existen en un plano muy cercano al nuestro; y nos pueden ver y oír, aunque nosotros no nos demos cuenta de su presencia. Algunas veces se nos acercan y nos hablan al oído, nos guían o nos inspiran, aunque no sean nuestro ángel personal.

El aspecto de los ángeles según la tradición judeocristiana

Según la tradición judeocristiana los ángeles están repartidos en tres jerarquías y en tríadas, según sus funciones y atributos:

Tríada superior Serafines, Querubines y Tronos

A este nivel, como señalaba en El poder de los ángeles, estos seres angelicales se dedican a contemplar a Dios y a cantar para él letanías eternas que tienen como fin ir creando almas y mundos hasta el final de los tiempos. Forman el noveno coro, su aspecto suele ser juvenil o infantil, y es casi imposible que alguno de ellos sea tu ángel personal.

Serafines, los Inspiradores

Son ángeles cercanos a los hombres, y se encargan de dar impulso a nuestras decisiones, nos avisan de lo que está pasando en otro lugar y despiertan nuestra intuición con señales de alerta.

Muchas de las actividades artísticas, científicas, deportivas, así como de las iniciativas humanitarias y de las actividades empresariales, están dominadas por los Serafines, sin que nosotros, los orgullosos humanos, nos demos cuenta. Por supuesto que la última palabra la tenemos nosotros, y que en nadie más recae la responsabilidad de nuestro albedrío, pero sin el impulso y la creatividad que nos regalan los Serafines, sin pedirnos nada a cambio, posiblemente no haríamos ni la mitad de las cosas que hacemos.

También son ángeles protectores, porque se sienten muy vinculados a nuestra creación y en muchas ocasiones se sienten responsables de nosotros, pero necesitan de nuestro impulso propio para atender nuestras peticiones. Muchos de los santos a lo que rezamos en busca de ayuda no son otra cosa que Serafines o aspirantes a Serafines, e incluso hay quien los asimila a las nueve musas:

-Calíope, cuyo nombre significa “la de la bella voz”, no sólo es la musa de la elocuencia, la belleza y la poesía épica, sino de todo lo que se escribe, canta o se cuenta, es decir, de la escritura misma. Se le representa escribiendo con un estilete sobre una tabla de donde brotan notas y letras.

-Clío es la musa de la Historia con mayúsculas, y no sólo de los hechos pasados, de los datos, las crónicas, las leyendas, los mitos y los cuentos, sino de los cambios profundos y reales del pasado, del presente y el futuro, de lo que está escrito y de lo que puede escribirse. Por lo tanto, es la musa de la verdad, agradable o dolorosa, que inspira a los humanos para que tomen el mejor camino. Se le representa con un pergamino entre las manos.

-Erato es la musa de la poesía lírica, la que no habla de guerras ni de dioses, sino de sensaciones, emociones y sentimientos humanos como el amor, el desamor, el despecho, los celos, la felicidad y la tristeza. Se le representa cantando y llevando una lira entre sus manos.

-Euterpe, cuyo nombre significa “el buen placer”, es la musa de las musas, pues es la señora que inspira el maravilloso lenguaje de la música. Se le representa tocando un instrumento musical, especialmente la flauta doble.

-Melpómene es la gran musa del teatro, de la tragedia, del drama, de las pasiones, de las emociones intensas y de todo aquello que representa la consecuencia de determinados actos. Se le representa con la máscara de la tragedia sobre el rostro y una espada o puñal en la mano derecha.

-Polimnia es la más parecida a los serafines clásicos, pues es la musa de los cantos sagrados y la poesía sacra que se ofrece a las divinidades. Se le representa como una hermosa mujer sencilla, humilde y meditativa, con una lira o un arpa entre las manos.

-Terpsícore, cuyo nombre quiere decir literalmente “la que deleita con la danza”, es, por supuesto, la musa de la danza, de la expresión corporal y de la poesía coral que entona el corifeo en las obras clásicas. Se le representa como una hermosa danzarina.

-Talía, la hermosa musa del humor, la comedia y la poesía natural, popular y bucólica. Se le representa como una hermosa mujer con la máscara de la comedia sobre el rostro y el cayado de pastor.

-Urania, señora de las estrellas y del conocimiento, y por tanto musa de la astronomía, poesía didáctica y las ciencias exactas. En sus representaciones aparece con una esfera en la mano izquierda y una espiga en la derecha, y va vestida con un manto cubierto de estrellas.

Querubines

Los querubines son seres de luz dedicados a la alabanza de su Creador, con cara de niño y alas, pero sin cuerpo, aunque Ezequiel, en sus visiones, cree ver un cuerpo con forma de mano humana. Por tanto, sólo los profetas, los santones y los seres humanos elevados pueden verlos cabalmente.

Cuenta la leyenda bíblica del Génesis que Eli (Dios) los puso a vigilar las puertas del Paraíso tras expulsar a Adán y Eva, para que los hombres no volvieran a entrar en él, con lo que se les relaciona con el arcángel Miguel y su espada de fuego. Parecen niños, sí, pero son terribles guerreros y despiadados guardianes, y no sólo por proteger las entradas del Paraíso, sino porque además tomarán parte en el Apocalipsis alabando y cantando la gloria de su Dios, mientras este destruye la Tierra y a los humanos impuros que la ocupen.

El mismo Lucifer, antes de la creación de este mundo y sus ocupantes, fue un hermoso querubín, el más querido de su creador.

Son bellos e implacables, poco dados a la humanidad, a la cual no desprecian, pero sí les es indiferente su destino.


Los hermosos y terribles Querubines.

Ezequiel también los visualiza como seres monstruosos de cuatro cabezas, una de león, otra de buey, otra más de águila y la última de aspecto humano, capaces de grandes proezas y de alterar el rumbo del tiempo, así como de viajar por diversos mundos y planos del universo, pero sin dedicación especial ni específica a ser humano alguno.

Tronos

Como su nombre lo indica, sostienen el trono de su Comandante en Jefe, tienen bello aspecto juvenil y coloridas alas angelicales, viven encantados con la presencia y cercanía divina, muy lejos de la Tierra y de los seres humanos, a los que generalmente ni siquiera conocen o desconocen definitivamente su existencia.


La excelsa divinidad de los Tronos.

Para unos los Tronos viven en las estrellas y están encargados del orden celestial, evitando el caos y creando nuevos mundos y nuevas estrellas donde los seres de luz elegidos gobernarán como dioses algún día, incluidos los seres humanos lúcidos y elevados que alcancen dicha distinción.

Alejados de la conciencia humana y dedicados a trabajos más excelsos como la custodia del universo entero, no son ángel guardián más que de las obras superiores de la creación.

Tríada intermedia Dominaciones, Virtudes y Potestades

Estos ángeles se dedican principalmente a dar forma a las creaciones de sus predecesores, formando, personalizando y caracterizando las obras de Dios y de sus hermanos.

Dominaciones

Son mensajeros de los dioses. Zadkiel, por ejemplo, pertenece a las Dominaciones y se encarga de velar por la buena marcha de la religión, intentando influir en los hombres las ideas rectas y provechosas, para que la palabra de Dios se expanda por todo el universo.

A pesar de su nombre y de sus buenas intenciones, las Dominaciones no dominan a los hombres, sólo les señalan el camino. Es decir, no son responsables de lo bien o de lo mal que hagamos las cosas.

Intentan guiar, además, a todos aquellos que tienen un puesto de responsabilidad, y siempre están dispuestos a dar un buen consejo. Desgraciadamente el hombre, por su condición física y materialista, está más cerca de los demonios (o de los elementales) que de los ángeles, y más a menudo de lo deseable sigue los consejos de estos últimos, a pesar de saber que el buen consejo proviene de los ángeles.

Por supuesto, los buenos consejos de las Dominaciones no siempre son fáciles de seguir, ya que hacer las cosas bien a veces cuesta más trabajo que hacerlas mal, o al menos eso es lo que nos parece a los hombres.

De cualquier manera, quien desee un buen consejo siempre puede recurrir a esa parte de la conciencia donde se pasean las Dominaciones.

Virtudes

Son ángeles muy energéticos y vitales, que nos empujan a las cosas sanas y agradables de la vida. Algunos son como el famoso Cupido griego, ya que nos inclinan al amor y a la procreación, pero no de la misma manera que los elementales, que nos inclinan al placer sin más sentido que satisfacer nuestro ego.

La alegría, la expansión y la solidaridad bien entendida son aspectos que nos comunican las Virtudes o, en otras palabras, nos ayudan a disfrutar de la vida sin necesidad de caer en la ordinariez ni el pecado.

Interceden a nuestro favor con el arcángel Miguel, ya que en ciertas ocasiones forma parte de esta Orden Celestial, y prácticamente no hace falta invocarlas, pues hacen todo lo posible para estar cerca de los seres humanos.

Su ausencia estaba ligada en la antigüedad con la languidez, la pereza, la nostalgia, el abandono y la tristeza, es decir, que perfectamente las podríamos vincular con las depresiones de hoy en día.

Potestades

Las Potestades son los pequeños guerreros celestiales, los que dan ánimo a la lucha diaria, al esfuerzo y a la voluntad. También son activos guerreros contra los demonios y los elementales, sobre todo en aquello que concierne al esfuerzo y el trabajo cotidiano.

Los pequeños detalles de la vida están adscritos a las Potestades, así como los pequeños triunfos y todo aquello que por sí solo parece poco, pero que sumado conforma una buena y sustancial causa.

Las Potestades mismas, cuando se unen para combatir a las fuerzas del mal, abanderadas por Uriel, son verdaderas huestes celestiales, ejércitos potentes y estrategas consumados, a pesar de su aparente fragilidad cuando están solas.

A pesar de su luz y angelical poder, la verdad es que el ejemplo de la guerra no ha sido nada benéfico para los seres humanos: matar, destruir, someter, humillar, ejercer la violencia y vejar a otros con el pretexto de que son malos, extranjeros o enemigos, es algo que deberíamos erradicar de nuestras almas, de nuestros corazones y de nuestros diccionarios. En verdad, les digo que romantizar el poder, la violencia y la crueldad no tiene nada de positivo.

Reflexionen, reflexionen, nos grita siempre nuestro ángel personal, con la esperanza de que algún día le hagamos caso.

Tríada inferior Principados, Arcángeles y Ángeles

Su misión es la de preservar, cuidar y defender las obras de Dios, luchando contra los enemigos del creador como verdaderos guerreros celestiales si hace falta.

Desde el punto de vista material, es decir, desde nuestro punto de vista humano, la jerarquía celestial se invierte aparentemente en importancia. Esta polarización de posiciones ha confundido a cientos de autores a través de los años, ya que no comprenden cómo puede ser que un serafín, que se dedica a tocar las trompetas celestiales para mayor gloria de Dios, también sea de los primeros en contactar con los hombres.

Los Principados

Además de ser los que se encargan de hacer llegar los mensajes de los hombres a Dios y de defender al Señor de los ataques de sus enemigos, son ángeles guías en otras dimensiones y en otros mundos. Por ejemplo, los Principados ayudan a los que mueren en su camino hacia la luz, cuidan las puertas de acceso hacia el más allá y velan por las personas que hacen viajes astrales.

Se les encuentra en los sueños, en las meditaciones, en los rezos, en la oración y en cualquier trance místico o religioso, incluso se hacen presentes en las crisis a las que puede verse sometido el hombre.

No es nada raro, por tanto, que en los momentos más difíciles de la vida, cuando se está a punto de morir o cuando se franquean las puertas que delimitan nuestra realidad, nos encontremos con este tipo de ángeles.

El famoso Guardián Azul, el que cuida la puerta del más allá, sería lo más parecido a un Principado. Con él me encontré una vez, pero entonces mis conocimientos sobre temas esotéricos eran muy limitados, y no tuve la agilidad ni el tiempo de preguntarle nada. No lo he vuelto a ver más, y supongo que la próxima vez que lo haga no podré volver a este mundo para contarlo.

Los Arcángeles

Se encargan de cumplir las órdenes de Dios y suelen llevar sus mensajes hasta los oídos de los hombres.

Los arcángeles, además, son guerreros que pueden ser crueles devastadores, así como también pueden conventirse en grandes salvadores.

Su funcionamiento, al menos dentro de la concepción occidental y judeocristiana, es eminentemente militar, algo nada conveniente para los seres humanos, pues estos sufren heridas, dolor, hambre, sufrimiento, locura y muerte en todas y cada una de las guerras y batallas en las que participan, y los Arcángeles no.

Nosotros podemos ser asesinos o víctimas y los Arcángeles no, así que no tiene nada de positivo copiar o emular su carácter militar y guerrero. Nuestras luchas deberían ser de otro tipo.

Uriel Arcángel

Para algunos Uriel es el más poderoso de los arcángeles, entre otras cosas, porque es un ángel redimido, un ángel que conoció el infierno y la ira de Dios en los primeros tiempos, cuando Lucifer protagonizó la revuelta.

A pesar de su furor en la batalla, Uriel es la puerta o la bisagra que abre la posibilidad de acercarse a Dios, a los Principados y a los otros árcángeles. Es por eso que en muchos Grimorios se utiliza su nombre para invocar y dominar a otros ángeles o demonios.

Uriel comanda la Tierra entera y tiene una especial relación con los signos de este elemento: Tauro, Virgo y Capricornio, a los que intenta unir y llevar por un mismo sendero espiritual, pero sin ser el ángel personal de nadie.


Arcángel Uriel visitando a un niño.

Miguel Arcángel

En los textos bíblicos se le confunde fácilmente con Jehová, ya que su nombre en hebreo significa «él como Eli (él como Dios)», cosa que sucede con otras entidades celestiales, ya que el sufijo «el» significa Luz, y por ende es una clara referencia a lo que nosotros conocemos como Dios, una palabra que proviene del griego y que quiere decir «Zeus», o «buena luz».


San Miguel Arcángel.

Etimologías y semánticas aparte, Miguel, el de la espada de fuego, es un valiente y feroz guerrero que cumple las órdenes difíciles del creador, pero a la vez es un ángel misericordioso que se preocupa por el bienestar de los hombres y por su ascenso a la divinidad. Miguel ayuda a todo aquel que se ayuda a sí mismo, y, por supuesto, también se encarga de llevar los mensajes de Dios a los hombres que se encargarán de decidir tal o cual situación que afecte a un cierto número de personas. Por tanto, tampoco es el ángel custodio de una sola persona.

Gabriel Arcángel

O gobernador de luz, se encarga de transmitir los mensajes místicos de Dios a los profetas. Gabriel fue quien inspiró a Mahoma para que escribiera el Corán, quien avisó a la Virgen de la misión que le correspondía en la vida y quien comunica el deseo de Dios a todos aquellos que tienen una responsabilidad religiosa en el mundo.

Pero no sólo inspira asuntos místicos, porque Gabriel también es el ángel del conocimiento, es decir, no es raro que inspire a los hombres en otras ramas del conocimiento humano.

Gabriel es buen gobernador del mundo intelectual, y sólo en casos especiales se apresta a la batalla. Ama a los hombres porque los considera sus hijos, pero no le tiembla la mano en el momento de castigar una transgresión.

Según la mitología semítica, Gabriel, además de ser un ángel oculto o un arcángel, también hace funciones de Serafín Comandante, es decir, toma parte activa en la propagación de la creación de las obras del Todopoderoso, lo que lo inhabilita de dedicarse a una sola y exclusiva persona.


Gabriel Arcángel llevando un mensaje divino.

Rafael Arcángel

Así como Miguel infunde valor a los hombres, Gabriel les da conocimiento y Uriel los preserva de los demonios, Rafael se dedica a curar y a sanar el alma y el cuerpo de los humanos.

Rafael, además, es un hábil y rápido mensajero que ayuda a la comunicación, la difusión y el arte. También inspira a médicos y curanderos, y es uno de los principales inspiradores en el campo de la investigación, sobre todo si esta se dedica al bien de la humanidad.


Rafael Arcángel, sanador y proveedor.

No tiene ni la fuerza ni el poder de sus hermanos, pero su rapidez y su capacidad de adaptación le convierten en un útil y hábil guerrero. Es un arcángel protector de toda la humanidad, pero no es el ángel personal y exclusivo de nadie.

Ángeles

Aunque solamos llamar genéricamente «ángeles» a todos los seres celestiales o de luz de la tradición judeocristiana, existe una hueste celestial que recibe la denominación específica de ángeles bien diferenciada del resto. Los ángeles son guerreros celestiales, miríadas de soldados que se agrupan en torno a los líderes, arcángeles y demás jerarcas divinas cuando son llamados a la batalla. Para los seres humanos esta orden celestial sería algo parecido a las hadas, pero raras veces se tiene contacto directo entre ambas partes, entre otras cosas, porque los ángeles no son demasiado comunicativos ni ostentan un buen carácter. A pesar de su talla, los ángeles son feroces y no suelen hacer migas con los seres inferiores. Generalmente van en grupos bastante tupidos. No es raro, por ejemplo, que diez mil ángeles vayan juntos a todas partes, y esta es otra de las razones que impide una relación fluida con los seres humanos.

De cualquier forma y según la mitología semítica, estos pequeños soldados celestiales lucharían a muerte por nuestras almas si las vieran en verdadero peligro, de la misma manera que luchan a muerte con los enemigos de la jerarquía celestial, y pueden llevar y traer mensajes de las divinidades, hasta conceder favores y hacer milagros, acompañar y proteger, e incluso evitar y castigar, interferir y guiar, pero no son el ángel personal de nadie, pues están más al servicio de la jerarquía que de la humanidad.

Pues bien, ninguno de los mencionados anteriormente son tu ángel personal, custodio o de la guarda, y si bien es cierto que viven y conviven con nosotros, y que muchos de ellos nos inspiran, guían y ayudan a lo largo de nuestra vida, incluso concediéndonos algún deseo o logrando para nosotros algún sorprendente miagro, no están siempre con nosotros y no siempre nos hacen caso respondiendo a nuestras peticiones, invocaciones y llamados.

Tu ángel personal sí está siempre contigo, aunque muchas veces no le haga caso a esos caprichos que tú consideras necesidades.


Tu ángel personal siempre te encamina hacia la luz.

Descubre a tu ángel personal

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