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2ª FASE: aplica la creatividad

Podemos afirmar que damos una solución creativa a un problema cuando generamos una respuesta nueva, que no se conocía con anterioridad y que resuelve el proceso que se trate.

Esta definición contiene un primer elemento importante, la solución ha de ser nueva, la facultad creadora comporta algo más que la repetición de una solución antigua.

Un segundo elemento a destacar, es que no basta que la solución sea novedosa sino que debe verdaderamente solucionar el problema.

La creatividad no es un proceso inconsciente ni una idea feliz

La aparición de una idea original o creativa puede resultar muy misteriosa. Podemos haber estado trabajando largo tiempo en un problema, y de forma inesperada se nos presenta la solución.

Experiencias de este tipo han desempeñado un papel importante en el desarrollo de teorías que explican la capacidad creadora, poniendo el acento en las formas inconscientes del pensamiento. Estas teorías argumentan que si no podemos determinar un proceso que nos lleve de forma consciente hacia la idea novedosa o creativa, deberá ser el pensamiento inconsciente el que lo haga.

En este campo del pensamiento inconsciente como solución de problemas creativos, es interesante la teoría de Graham Wallas en su libro The art of thought en el que desarrolla la teoría que todos los actos de creación constan de cuatro fases:

Preparación → Incubación → Iluminación → Verificación

La primera fase, la de preparación, supone un periodo intenso de trabajo consciente, pero sin éxito. Muchas veces, tras este período de preparación el problema es dejado de lado y no se reflexiona conscientemente en él. Durante ese tiempo es cuando acontece la incubación, aunque no se reflexiona conscientemente en el problema, el trabajo continua inconscientemente. En esta fase todo lo que se hace es combinar ideas que fueron activadas a lo largo de un trabajo consciente previo sobre el problema.

Si la fase de incubación tiene éxito, entonces, en la siguiente fase, la persona experimenta una repentina iluminación, una súbita visión de lo que es la solución del problema.

No obstante, la fase de iluminación produce tan sólo una vaga noción de la solución, siendo necesario elaborar más tarde la verificación, la fase final postulada por Wallas.

Si bien esta teoría en principio parece bastante lógica, yo soy de la opinión de que, en todo proceso de creatividad, de inventiva o de solución de problemas, la intervención de procesos inconscientes no es significativa.

Otro aspecto importante en la concepción de la creatividad es la convicción por algunos autores, de que el acto de creación se produce por impactos, también llamados «fenómenos eureka». Esta corriente postula que el acto creador se produce cuando súbitamente vemos la solución del problema que nos ocupa.

Según estas teorías, el factor crucial del que depende la creación de la idea es que la persona, examine el problema tan profundamente como sea posible, para determinar en qué consiste realmente la dificultad y cómo vencerla. Además, la excesiva dependencia de la experiencia anterior puede ser causa de que la persona no logre resolver el problema, una dependencia del pasado puede llegar a interferir en la creación y solución futura.

Tal y como he citado con el proceso inconsciente, tampoco creo que la creatividad se produzca gracias a saltos de la intuición. Soy más bien partidario de que las personas creamos soluciones a los problemas nuevos partiendo de lo que sabemos, y que posteriormente lo modificamos para adaptarlo al problema concreto que tenemos entre manos.

En cada paso del camino de creación, el proceso supone una pequeña desviación de lo ya conocido, pero incluso estos pequeños movimientos hacia lo desconocido están firmemente anclados en la experiencia previa.

La creatividad se crea paso a paso

Como ya he puesto de manifiesto, comparto la idea de Robert W. Weisberg de que la creatividad no es fruto de la genialidad de personas extraordinarias capaces de realizar procesos mentales también extraordinarios.

La creatividad lejos de producirse por inspiración momentánea es más bien el resultado de pequeños pasos en los que se van modificando y elaborando trabajos anteriores.

Veamos un ejemplo que explica bien este proceso:

Un clásico en el mundo de las carreras populares es regalar una camiseta de la carrera ya sea para llevarla en la misma o para entrenos posteriores. Otro tema importante es la gestión de los dorsales de los corredores. Normalmente éstos se hacen de un tamaño de 20 x 18 centímetros, en papel plastificado evitando así su deterioro durante la carrera y que se colocan en la parte delantera de la camiseta sujetados con los correspondientes imperdibles.

Pues bien existe una carrera muy conocida en Barcelona, la Cursa de Bombers, que se caracteriza por su constante innovación y creatividad a la hora de diseñar la camiseta oficial y en el año 2004 tuvieron la genial idea de incorporar el dorsal impreso en la propia camiseta. El resultado fue este:


Como se puede ver los creativos inicialmente imprimieron el dorsal del mismo tamaño y forma en la camiseta, es decir seguían el patrón que tenían de camiseta y dorsal. Si vemos ahora las camisetas de los últimos años, el dorsal impreso se sitúa en diferentes zonas y formatos, evolucionando y mejorando cada año. Este es un ejemplo de que la creatividad es el resultado de esos pequeños avances de trabajos anteriores.

¿Qué métodos existen para lograr resultados creativos?

Existen diversas metodologías para mejorar la productividad en clave creativa que se pueden adaptar muy bien a las actuales circunstancias.

El método Lean:

Este procedimiento empezó a aplicarse en las fábricas de Toyota tras la Segunda Guerra Mundial, cuando Japón se tuvo que enfrentar a una fuerte falta de recursos y a la necesidad de reconstruir las zonas industriales.

Esta metodología persigue prescindir de los procesos que no aportan valor y, por tanto, usar menos recursos en términos de tiempo, materias primas y costes. «Si te equivocas, hazlo pronto y barato». Esta es una de las premisas del método Lean, una de las fórmulas de trabajo de las empresas de software de Silicon Valley (EE.UU.)

Se basa en la experimentación y en el método de ensayo y error. Lo que la diferencia de otras fórmulas de trabajo es la rapidez de ejecución. Su filosofía es muy fácil de entender y ahí radica parte de su éxito. Se trata de crear, medir, aprender y volver a empezar el ciclo.

El primer paso es plantear una hipótesis de trabajo. Ésta sería «la idea», lo que se pretende probar. Basándose en la metodología de desarrollo de cliente, habría que identificar una necesidad o un problema que resolver.

El segundo paso consiste en crear un Producto Mínimo Viable (MVP). El objetivo de este Producto Mínimo Viable es salir al mercado lo antes posible para poder medir y validar la hipótesis.

El paso siguiente será medir la hipótesis. El método Lean se basa en la experimentación y la medición. Por eso es importante definir las métricas claves, es decir, qué va a determinar si la hipótesis es válida o no.

Finalmente, el objetivo será generar aprendizaje, pivotar si es necesario y repetir gracias al aprendizaje continuo.

Una vez terminado este proceso, todo se repite. El método Lean ayuda a reducir la tasa de fracaso en el lanzamiento de empresas y de productos, por lo que es ideal para empezar a testar ideas a bajo coste. Como la mayoría de las veces ni siquiera hace falta un producto terminado, permite hacer pruebas en un proyecto de emprendimiento e ir evolucionando sobre la marcha.

La metodología Agile:

La metodología Agile fomenta la flexibilidad y la capacidad de adaptación. Nació en la industria del desarrollo de software, donde las necesidades y prioridades del cliente cambian a gran velocidad. Se basa en distribuir las responsabilidades entre los componentes del grupo de trabajo y propone que la atención recaiga más en los individuos y en sus interactuaciones, que en los procesos e instrumentos.

Seguro que en más de una ocasión has oído la frase las reglas están para romperlas. En el caso de trabajar con equipos ágiles, esto se puede llegar a multiplicar. Para poder gestionar de una manera mucho más sencilla a tu equipo tienes que plantearte el aplicar el «Agile Manifesto».

El «Agile Manifesto» es una proclamación de 4 reglas vitales y 12 principios que sirven de introducción y guía para las personas en el software de gestión ágil.

El software de gestión ágil se centra en mantener el código simple e ir testeando los códigos que el propio software vaya sacando. Este nuevo modelo se inventó para agilizar la gestión de proyectos.

Existen 4 reglas vitales dentro de este manifiesto:

 La interacción entre los individuos va por delante de los procesos y las herramientas.

 Trabajar con el software por encima de la documentación.

 Colaboración entre los usuarios y clientes antes que negociar contrataciones.

 Responder al cambio antes que negociar un nuevo plan.

A estas reglas básicas, se le suman 12 principios que todo Agile Coach debería conocer para poder gestionar proyectos de negocio y tecnológicos:

 Satisfacer al cliente con un suministro de trabajo continuo y de calidad.

 Dividir las tareas más complejas en pequeñas partes mucho más sencillas para poder completarlas más rápidamente.

 Reconocer que el mejor trabajo nace de los equipos que están bien organizados.

 Motivar a los trabajadores en un ambiente de trabajo favorable y depositar nuestra confianza en ellos, sabiendo que sacarán el trabajo adelante.

 Crear procesos que apoyen un desarrollo del trabajo más sostenible.

 Mantener un trabajo constante en la organización.

 Estar abiertos a recibir nuevos cambios, incluso en la recta final del proyecto.

 Reunir al equipo de trabajo y directivos cada cierto tiempo para hablar sobre los cambios que se están realizando y los avances en el proyecto. Aquí se tratarán dudas y mejoras.

 Por intervalos, juntar a los empleados para recordarles cuáles son los objetivos para ser más efectivos y ajustar el comportamiento a dichos objetivos.

 Contabilizar el rendimiento a medida que se realiza el trabajo.

 Buscar la excelencia de una manera continua.

 Agarrarse al cambio para conseguir ser una fuerza más competitiva.

Design Thinking:

Esta metodología busca crear nuevos servicios o productos mediante la observación del usuario y su participación activa en el proceso de creación.

Es una buena técnica cuando asumes otras formas de trabajar diferentes. La clave está siempre en dejar atrás las ideas y presunciones del pasado y aprender a trabajar fuera de tu zona de confort. Esto suele dar lugar a la generación de soluciones innovadoras y disruptivas que acaban reportando beneficios a la empresa.

Es, por tanto, una metodología creativa que se divide en las siguientes tres fases:

 Inspiración: Uno de los grandes motores a la hora de emprender una acción es la búsqueda de soluciones a un problema determinado. El problema es en realidad exige creatividad e inspiración, pero para encontrar esa inspiración es muy importante saber qué se está tratando de resolver.

 Ideación: Esta segunda fase comprende la generación, desarrollo y prototipado de ideas. Aquí es donde entrarían los post-its de colores en la pared. Una de las técnicas más comunes para dar rienda suelta a la creatividad es el brainstorming.

 Implementación: No basta con generar las ideas, también hay que materializarlas para que no se queden «pegadas en la pared». La fase de la implementación es aquella que traslada la idea ganadora en el proceso de brainstorming al mundo real. Esta es la razón por la que en los equipos de DT hacen falta perfiles multidisciplinares que ayuden a generar ideas pero también a implementarlas.

El Design Thinking y las metodologías Lean y Agile tienen una característica común fundamental y es que todos comienzan a partir de un problema bien definido, proponen una solución y luego pasan a las pruebas y es en esta última fase donde está la clave.

En lugar de hacerlo linealmente, de principio a fin, estos métodos proponen repeticiones y aprender de los comentarios de los usuarios, antes de comprometer más dinero y recursos. En lugar de evitar el fracaso e invertir mucho tiempo y recursos para que el resultado sea perfecto, se hace todo lo contrario: se acepta el fracaso como parte del proceso de aprendizaje.

TR3S: De lo ordinario a lo extraordinario

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