Читать книгу El zorro y la cigüeña - Samaniego - Страница 5

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Pero como era por naturaleza optimista, no tardó en salir de su casa, diciéndose que, a lo largo del día, tendría más de una oportunidad para divertirse.

Así que cortó una rosa del rosal que tenía plantado junto a la puerta, se la prendió en el ojal de la elegante chaqueta a cuadros que vestía y, silbando una canción que estaba de moda en el bosque, se alejó paseando por el camino que conducía al pueblo.


Salió de su casa, convencido de que, con su ingenio, era seguro que se le ocurriría algo para divertirse.

El zorro y la cigüeña

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