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_Prólogo

El Dr. Samuel Pagán de manera magistral se acerca a los milagros de Jesús y los analiza tomando en cuenta las tradiciones de los Evangelios Sinópticos. En esos milagros de Jesús ve sus afirmaciones como el Mesías que trajo la llegada del Reino de Dios o Reino de los Cielos a la tierra.

Una obra no se puede separar de su autor. El libro “Los milagros del reino de Jesús de Nazaret”, tampoco se puede separar de la reflexión, estudio, análisis y contextualización de su escritor el Dr. Samuel Pagán.

Conozco a Samuel Pagán desde el año 1978 cuando él era un estudiante para grado doctoral en el Union Theological Seninary en la ciudad de Nueva York. Para esa fecha, varios ministros del evangelio –incluyendo a mi esposa Rosa y yo– estudiábamos en el Programa de Certificado en Ministerio Cristiano en el New York Theological Seminary, y Samuel era el profesor de Biblia. Allí, por primera vez comencé a disfrutar de su estilo haciendo exégesis y de cómo interpretaba la Biblia desde un contexto latinoamericano.

El autor, al igual que yo, es asiduo peregrino a la tierra bíblica con una treintena de viajes. Allí, ambos, visitamos los lugares donde Jesús de Nazaret nació, vivió, predicó, enseñó, hizo milagros, fue juzgado, crucificado, murió y resucitó, para luego ascender a los cielos.

Algunos de los muchos apellidos recibidos por Jesús de Nazaret fueron: Jesús el Hijo del Carpintero, Jesús el Galileo, Jesús El Maestro, pero para el Padre, Jesús era el Hijo de Dios.

Los milagros en la misión del reino de Jesucristo fueron señales mesiánicas que beneficiaron a los recipientes, pero también fueron señales para contradecir la incredulidad de los religiosos que andaban en busca de indicios para rechazar el reino que Jesús proclamaba.

Juan el Bautista vino proclamando el reino de Dios como precursor del mesías y fue confundido con el mesías. Él y Jesús de Nazaret aparecen como dos mesías, pero Juan admite que él no era el mesías sino Jesús de Nazaret.

Juan el Bautista vino como el cumplimiento de la profecía de Elías Malaquías, la cual es conectada por el evangelista Mateo al referirse en el espíritu de Elías. Pero son las señales milagrosas de Elías, ya que era el segundo mesías Jesús de Nazaret quien las tendría.

Jesús de Nazaret tomó prestado de Juan el Bautista su mensaje al iniciar su ministerio mesiánico. En la tradición mateína se habla del reino de los cielos, pero en las tradiciones marconiana, lucanina y joanina, se hablan del reino de Dios.

Aquellos milagros del proclamado reino de Jesucristo eran evidencias de su participación en la historia de la humanidad como señales inequívocas de la presencia de Dios en él.

Jesús en su reino fue concebido milagrosamente, nació milagrosamente, fue identificado milagrosamente en el río Jordán por Juan el Bautista, se manifestó milagrosamente en su primer milagro en las bodas de Caná de Galilea, milagrosamente. Realizó su ministerio y, al momento de su arresto en Getsemaní, milagrosamente le pegó la oreja derecha que Simón Pedro le laceró a Malco el siervo del Sumo Sacerdote. Su crucifixión, resurrección, manifestación y ascensión, fueron con milagros.

En esos milagros de las sanidades físicas, las liberaciones de espíritus que según en la época de la Palestina se entendían muchas como condiciones mentales y hasta físicas de los que las padecían, el autor ve las demostraciones mesiánicas para cumplir las Escrituras, pero a la vez para beneficio de las personas afligidas y afectadas en su entorno social.

Las acciones extraordinarias llevadas a capo por el Señor Jesús, que llamamos milagro, ciertamente ubicaban su ministerio en un plano singular como el Mesías anunciado por los antiguos profetas , es decir, como el Cristo de Dios, el Mesías ungido por el Espíritu de Dios.

El trabajo del Dr. Samuel Pagán sobre los milagros de Jesús está contextualizado para suplir necesidades; pero que afirmaban que era el Mesías y que manifestaba el Reino de Dios aquí en la tierra. Claramente, señala que no hacía milagros para promoverse; por el contrario, pedía a los beneficiarios que no lo divulgaran ni dijeran nada a nadie. Pero era imposible recibir un milagro o ser testigo de uno de ellos y quedarse callado.

Podría continuar analizando este libro «Los milagros del reino de Jesús de Nazaret”, que me ha edificado, enseñado, fortalecido mi fe y me ha llevado al análisis y a la contextualización de lo que hizo Jesús y lo que hace hoy día Jesús. Este libro es un recurso para lectores en general, para pastores, para maestros y para evangelistas. Adquiera este libro, léalo, disfrútelo, enséñelo, predíquelo y comparta con otros sus experiencias.

Dr. Kittim Silva Bermúdez

Autor, conferenciante y predicador

Queens, New York

Los milagros del reino de Jesús de Nazaret

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