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Epidemiología

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Prevalencia. La amebiasis, como todas las infecciones de origen fecal, predomina en los países pobres. En los países desarrollados se encuentra ocasionalmente en viajeros que estuvieron en zonas endémicas, o por contaminación de personas que han llevado los parásitos desde países subdesarrollados (empleadas domésticas, cocineros, etc.). En algunas ocasiones se ha encontrado la infección en homosexuales, en los cuales la transmisión se hizo por contaminación oroanal.43 En Bangladesh, en un grupo de 289 niños preescolares con diarrea, el 8% presentó E. histolytica como causa contribuyente a este síndrome.44 Desde el punto de vista epidemiológico, es importante diferenciar la infección amebiana de la enfermedad. La primera implica la presencia del parásito en el organismo humano sin causarle daño, la segunda sucede cuando hay invasión del parásito a los tejidos y, por consiguiente, sintomatología.

Con los nuevos procedimientos que permiten diferenciar E. histolytica de E. dispar, la prevalencia de amebiasis debe referirse a los casos de parasitismo por la forma patógena E. histolytica. Cuando los datos de prevalencia se basan en exámenes microscópicos o en cultivos de materias fecales, se refieren a cualquiera de las dos especies. En Pernambuco, Brasil, 1437 muestras de materia fecal fueron positivas en 4,1%, para quistes tetranucleados de amebas. No obstante, todas las muestras fueron negativas para E. histolytica por ELISA. De 59 muestras cultivadas, en 31 crecieron trofozoítos, de las cuales el 74,19% fueron positivas para E. dispar por PCR y ninguna positiva para E. histolytica.45 En países en vías de desarrollo, el rango de prevalencia es de 1% a 40% en América Central, Asia y África. En países industrializados es de 0,2% a 10,8%.46 En una zona rural de Ecuador, en la provincia de Esmeraldas, se encontró una alta prevalencia de parasitismo intestinal (98,9%); el 27% fueron positivos para el complejo E. histolytica/E. dispar, de los cuales el 18,9% tenían patrones de zimodemos de E. histolytica.47 Todo esto demuestra la variabilidad de las prevalencias de estos protozoos en diferentes comunidades.

La Encuesta Nacional de Morbilidad en Colombia, de 1980, reveló un 12,1% de positividad para el complejo E. histolytica/E. dispar. Cuando se observan cifras muy altas debe pensarse que hubo error de diagnóstico por mala identificación y por incluir Entamoeba hartmanni, la cual es igual en su forma quística, pero con la diferencia de que estos quistes son menores de 10 µ.48 En los países endémicos como Colombia, en los que se ha hecho la diferenciación de especie por detección de antígenos en materia fecal, gracias al método de ELISA, se ha encontrado que, únicamente el 8,69% de los diagnosticados por examen microscópico, corresponden a E. histolytica.41 Cuando estas cifras se extrapolan a la población general se encuentra que la prevalencia real de E. histolytica es solamente de 1% a 3%. Otro estudio en Colombia reveló que, de 17,5% positivos para el complejo E. histolytica/E. dispar, solo el 0,6% correspondían a E. histolytica.49 Lo expuesto demuestra que realmente ha existido un sobrediagnóstico de amebiasis y que, en el futuro, las prevalencias deben incluir datos obtenidos por métodos de laboratorio que permitan identificar E. histolytica.

Fuente de infección. En la amebiasis humana es el hombre, aunque pueden encontrarse algunos animales infectados como monos, perros, cerdos, etc., la prevalencia en ellos es baja y la infección humana a partir de esos reservorios tiene poca importancia. Se recalca que la única forma infectante por vía oral es el quiste, por lo cual los mejores transmisores son las personas asintomáticas que, por lo general, no reciben tratamiento; y los amebianos crónicos, que eliminan en sus materias fecales la forma quística de la ameba. Los pacientes con disentería amebiana, que eliminan únicamente trofozoítos, son importantes desde el punto de vista clínico, pero no como transmisores, puesto que los trofozoítos, al ser ingeridos, son destruidos por el jugo gástrico y no pueden originar nuevas infecciones. Los quistes tienen la capacidad de resistir algunas condiciones ambientales y pueden permanecer en la tierra o en el agua por varios meses, sin perder su viabilidad. En el agua resisten las concentraciones de cloro que se utilizan corrientemente para controlar la contaminación bacteriana, pero son retenidos por los filtros comunes. La amebiasis intestinal tiene tendencia familiar y de predominio en grupos que vivan hacinados o en íntimo contacto, con mala higiene personal y saneamiento ambiental deficiente. La infección a través de quistes se hace directamente por contaminación con materia fecal a través de manos sucias, tierra, agua o alimentos. Los quistes son infectantes después de un corto período de maduración en el medio externo (figura 2-18).

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