Читать книгу 501 ejercicios de contraataque en fútbol - Santiago Vázquez Folgueira - Страница 6
ОглавлениеIntroducción
Muchos técnicos de fútbol defienden un sistema de juego basado en el contragolpe sin deparar en qué implica verdaderamente el desarrollo de este sistema de juego y no entrenan específicamente esta estrategia. En ocasiones, los resultados pueden acompañarles en su beneficio, ya sea por errores del adversario, imperfecciones defensivas del rival, equivocaciones del equipo arbitral que les beneficie o aciertos individuales surgidos del juego colectivo. Pero estos resultados no tienen continuidad en el transcurso de la temporada.
En fútbol, y en los deportes colectivos que utilizan la estructura del juego del contraataque, la mayoría de los técnicos manifiestan que los criterios que aplican en los entrenamientos difieren de los que luego se presentan en plena competición ante adversarios diversos. A veces se amparan en jugar a la contra, es decir, se protegen de la capacidad ofensiva o contraofensiva del rival de turno, procuran cometer menos errores que el adversario y esperan a que surjan los aciertos individuales espontáneos (escasos en los deportes colectivos).
En ocasiones, al comienzo del encuentro, el juego ofrece la posibilidad de avanzar al adversario en el resultado, gracias a la protección de la propia portería el mayor tiempo posible y, con una intervención ocasional, llegar a superar al rival y obtener el premio del gol, bien por acierto propio o por error del adversario. Pero, en estos casos, siempre nos asaltará la duda del rendimiento real del juego colectivo (sistema de juego empleado, conceptos tácticos ofensivos utilizados y principios defensivos que superen las iniciativas del rival cuando el balón está en juego o la estrategia empleada tras valorar el juego del opositor). ¿Todas estas circunstancias se tienen verdaderamente bajo control y se planifican en el entrenamiento de cada equipo para así perfeccionar su rendimiento en el campeonato? Estas y otras tantas preguntas pueden quedar sin respuesta si los propios jugadores quedan como lo que son: los protagonistas únicos en la obtención del resultado del juego individual o colectivo.
En el deporte, sabemos que en distancias cortas la “velocidad del que llega primero es indiscutible”, mientras que en las pruebas de largos recorridos el que llega primero también hace el mejor tiempo, pero se le premia por ser el más resistente a la fatiga. Son muy pocos los asesores deportivos que ponen a correr una distancia corta a quien tiene una mayor resistencia y relegan al más veloz a correr distancias largas (incluso en los entrenamientos). Sería totalmente inapropiado. ¿Se han analizado los datos obtenidos y se ha comprobado que el rendimiento de ambos deportistas no evoluciona, y por lo tanto se han de adecuar mejor sus capacidades a las pruebas en que compiten? Creo que cualquier asesor con datos en la mano averiguaría en poco tiempo que las variables que aparecen se deben a un planteamiento erróneo o a una planificación inexistente. En otros eventos colectivos se dan estas situaciones cuando las respuestas de los jugadores no se valoran ni se planifican de acuerdo con las características de cada participante en el juego y si este se desarrolla de forma individual o colectiva. Pero ¿esto es así?, se preguntan expectantes jugadores y aficionados. Planteemos esta pregunta: ¿Ha visto y sabe entrenar el contragolpe o contraataque y conoce cómo contrarrestarlo? Dejemos un margen para valorar la información dada en la respuesta a esa pregunta, ya que puede ser una referencia a un tema que cree conocer y se ha trabajado más con la imaginación que en la realidad. Sin embargo, esta cuestión debe plantearse en cualquier plantilla de todos los equipos. Luego se verá que la planificación se va extendiendo a otros conceptos que están por descubrir o por reparar en ellos.
Una primera definición de contraataque
Así, ¿qué es un contraataque?, ¿cómo se define? Pues, según la Real Academia Española, el contraataque queda reflejado como “la reacción ofensiva contra el avance del enemigo, de un rival o del equipo contrario". Por lo tanto, esa primera definición ya nos especifica que en todo contraataque debe haber un adversario/enemigo, y que esté atacando. Y quien va a hacer el contraataque concibe una reacción ofensiva con el fin de imponerse al rival.
La Escuela Nacional de Entrenadores de Fútbol, en algunos textos sobre los principios ofensivos, dados en diversos cursos de fútbol, apunta que “el contraataque es restar o robar el balón del adversario, en nuestra propia zona del campo (mitad del campo) e intentar llegar rápidamente a su portería, sorprendiéndole de forma que no pueda replegarse ni organizarse defensivamente y explotando los espacios libres que dejó al adelantarse” (1981). Unos años más tarde, a la definición dada se le añade “requiere la acción de pocos elementos” y, evidentemente, se retira “en nuestra propia zona del campo (mitad del campo)”, puesto que se puede contraatacar desde el campo adversario cuando un jugador logra interceptar (recepcionar, entrar, cargar o pantallear) para recuperar el balón y, tras jugarlo (control de balón, conducción, finta, regate y golpeo), marcar gol y fulminar al rival, sin darle tiempo a reaccionar ni a pensar defensivamente. Es decir, el contraataque es desarmar el ataque del adversario y llevar a cabo el nuestro en el menor tiempo posible sin permitir que el rival se organice en defensa.
Para ello, todo contraataque está basado siempre en los siguientes requisitos ofensivos:
– El balón esté en juego y en poder del adversario (siempre).
– Se puede planificar frente a cualquier sistema de juego.
– Se realiza en el menor tiempo posible.
– Se recupera el balón del adversario (sea el poseedor que sea).
– Se puede llevar a cabo en cualquier parte del campo.
– Puede intervenir desde un jugador hasta todo el equipo para llevar a cabo la acción de contra.
– Se entrena y se valora su progresión, y por lo tanto, permite variar los estímulos según las respuestas que se planteen durante el juego. Tras el análisis de esta eficacia, hay que tener presente que la creatividad individual facilita el rendimiento del juego colectivo.
– Se anotan y se registran los conceptos tácticos que predominan en el transcurso de los ensayos y en la competición.
– Se adaptan las respuestas individuales o colectivas al sistema de juego elegido.
– Se sistematizan las estructuras del contraataque a las necesidades del resultado o tipo de competición, liga o copa, campeonato de clubes o selecciones, eliminatorias, etc.
Así pues, tanto para técnicos como para asesores deportivos o jugadores, el contraataque requiere atención y exigencia para llevarse a cabo, y no debe quedar a expensas de la respuesta de un único jugador o de unos pocos. Sin embargo, un entrenador igualmente puede decidir una alineación y hacer que el equipo juegue al contraataque sin más, esperando que el adversario yerre y nuestro jugador más cercano al balón se beneficie de ello, recupere el esférico, progrese y finalice en la portería adversaria. El gol es el objetivo final del juego colectivo entre ambos contendientes.
Concepto y tipos de contraataque
El contraataque es una acción ofensiva, realizada con la mayor brevedad posible según el espacio disponible, ante un equipo que pierde el control del balón y no le da tiempo a organizar su estructura defensiva. El equipo poseedor del balón inicia ahora un ataque y se enfrenta a un adversario que se repliega en una acción defensiva inmediata.
Existen varias opiniones sobre las distintas definiciones de contraataque en el deporte y en especial en el campo futbolístico.
Recordemos la definición enmendada por la Escuela Nacional de Entrenadores de Fútbol y recogida por otros autores que siguen su criterio. En su última versión (1999), se señala que “contraatacar es restar o robar el balón al adversario e intentar llegar rápidamente a su portería, sorprendiéndole de forma que no pueda replegarse ni organizarse defensivamente y explotando los espacios libres que dejó al adelantarse. Requiere la acción de pocos elementos".
Otros autores, como A. Alonso (1998), en Entrenamiento de los contraataques, y M. Conde (1999), en Organización y desarrollo del contraataque, exponen que “el contraataque es una acción táctica ofensiva que consiste en recuperar la posesión del balón en cualquier zona e intentar llegar a la portería contraria lo más rápidamente posible, tratando de sorprender al rival sin concederle la oportunidad de efectuar ningún tipo de organización defensiva y explotando los posibles espacios libres que el contrario pueda haber creado durante su acción ofensiva”.
Entonces, ¿se puede realizar un contraataque sin haber existido un pase? ¡Por supuesto que sí! Recuerde que si se recupera el balón (quien sea, un jugador de campo o el guardameta), y desde esa posición se observa que el portero está mal orientado o alejado de su portería, puede golpearse el balón directamente, producto de un pase irregular del adversario o por medio de un gesto-tipo (similar al despeje) o de un golpeo de volea (el propio portero podría lograrlo y hacer gol desde su área) y superar a los adversarios aunque estén ubicados ordenadamente en su sistema defensivo. Evidentemente, sin duda alguna, se trata de un contraataque, estén o no los jugadores en su propio campo o en el campo adversario. El objetivo es superar al rival y conseguir un gol en el menor tiempo posible, sin darle tiempo a orientarse con respecto a su propia portería, se repliegue o no, aprovechando los espacios que deja libres, superarlo y obtener un gol con toda legalidad. El golpeo directo y a distancia es una de las acciones meritorias en todo contraataque directo. El jugador que tenga la capacidad de llevarlo a la práctica, debe intentarlo.
Se distinguen dos tipos de contraataque:
• Contraataque directo. Lanzamiento primario sobre el jugador más avanzado, tratando de sobrepasar al último defensor para concluir sin ayuda de ningún compañero.
• Contraataque apoyado. Contraataque en que intervienen dos o más compañeros, con intervenciones directas antes de su conclusión. El contraataque se considera un éxito cuando, desde una zona control de terreno de juego, el pase traza una trayectoria recta (perpendicular a la meta adversaria).
Todos estos conceptos no nos dicen nada de la acción de un jugador defensor que, mientras está en el área adversaria, recupera un balón y finaliza de inmediato (producto de un pase irregular del rival o de realizar una entrada con interceptación), y lo hace en el menor tiempo posible para obtener una ventaja ofensiva sobre el rival. Si es gol, mejor; pero si no lo es, hay que observar que el contraataque también se obtiene de forma individual. No obstante, la contra del ataque radica en que el equipo defiende de forma colectiva y recupera el balón al adversario en el lugar que se establece de antemano para iniciar desde allí la acción más inmediata. Debe hacerse en el menor tiempo posible para coger al adversario desorganizado o desordenado. Estamos, pues, incidiendo en el concepto puro de una contraofensiva del rival. Por lo tanto, el contraataque se ha de saber jugar también sin balón, y aun a sabiendas de que el balón lo tiene el adversario, la iniciativa en el juego se impone por el contraataque entrenado y desarrollado a conciencia. Basta con dejar el balón en poder del adversario para recuperarlo cuando más nos interese. Si un equipo logra dominar estos conceptos y analiza sus capacidades en el entrenamiento y la competición en cualquier sistema de juego (y ante cualquier sistema de juego), se debe permitir que los jugadores decidan si han de realizar el contraataque o el ataque organizado. El tiempo de participación, la frecuencia y la eficacia nos darán la pauta para que la intensidad sea la más apropiada en cada equipo. Y por supuesto ha de quedar plasmado con el entrenamiento. Seguro que con el tiempo se podrá comprobar cómo este paciente trabajo ha influido en el planteamiento y la realización del juego del contraataque en cualquier equipo.
Espacio y tiempo del contraataque
Un contraataque se debe ejecutar de tal forma que sea lo más rápido posible (aquí el factor tiempo es de apreciación individual para cada uno de los que intervengan) y esté acorde con el espacio que tiene para desarrollar la acción en el terreno de juego. Para que sea eficaz, por lo tanto, se debe sopesar el tiempo durante el que se realiza en ese margen de espacio que separa a los adversarios directos.
Aunque el equipo poseedor del balón es siempre el equipo atacante, el equipo que no lo tiene debe recuperarlo, justo en el momento que le interese. Si es así, el equipo sabe cuándo ha de jugar al contraataque. Y cuando el equipo recupera el balón, y por tanto adquiere el dominio del mismo, ha de procurar finalizar la acción en el menor tiempo posible. Igualmente debe procurar que los componentes del equipo se integren en el juego colectivo. Por ello, los jugadores atacantes deben ser veloces para que se cumpla el requisito de que la acción del contraatacante se finalice en el menor tiempo posible. Si estos jugadores son los más adelantados y logran el gol o crean una situación de peligro en el campo adversario o una acción manifiesta de gol, se habrá conseguido el objetivo del contraataque, y si logramos que la defensa no esté organizada, mejor. Contrariamente, una acción lenta del equipo de contraataque pierde la posibilidad de ocasión manifiesta o de peligro de gol, ya que facilita la organización defensiva del equipo adversario y elimina el factor sorpresa que ha de tener todo contraataque. Si la acción ofensiva se enlentece, se puede estar estructurando el juego ofensor según un estilo de juego para llevarlo a término en ese tiempo y espacio del juego competitivo.
El juego del contraataque queda determinado por el espacio y el tiempo, de ahí que esté relacionado con el principio táctico de la amplitud (juego a lo ancho) y de la profundidad (juego perpendicular a la línea de fondo adversaria) y con las características físicas de los intervinientes en el juego competitivo.
El contraataque, si el espacio lo permite, ha de incluir el pase en largo, de modo que se sitúe el balón tras la posición de la línea defensiva adversaria (entre el portero contrario y su defensor más cercano a la línea de meta) y quede situado en la retaguardia del equipo adversario. De ahí viene el contexto teórico del ataque/contraataque o guardia (guardameta)/retaguardia. Acto seguido, el equipo de los jugadores que logró recuperar el balón envía a sus atacantes a esta zona, que no está bien defendida (es lo ideal) por el equipo adversario. Por el contrario, si los pases son cortos y reiterativos, el factor sorpresa y la duración del esfuerzo que exige no facilitan la estructura del contraataque.
Así pues, el contraataque implica que, una vez recuperado el balón del rival y valorando el espacio existente entre el nuevo poseedor y la línea de meta adversaria, se inicie inmediatamente la acción individual o colectiva con el único objetivo del gol a favor del equipo que lo ejecute. Pero aún quedan por responder algunos interrogantes. ¿Cómo se recupera el balón? ¿En qué zonas se recupera el esférico? ¿Cuántos jugadores intervienen defensivamente? ¿Cuál es la importancia del marcaje individual y colectivo, los principios tácticos defensivos, la entrada, la interceptación, la carga, la pantalla o la recepción del balón que estaba en poder del adversario? ¿Algo más? Es necesario un juego eficaz utilizando los principios técnico-tácticos ofensivos por medio de estas acciones:
– Golpeo a puerta.
– Pase en profundidad, en sentido a la línea de meta adversaria.
– Pase aéreo o parabólico entre la línea defensiva o el guardameta adversario. Ante cualquier poseedor de balón, los delanteros han de situarse rápidamente en dirección a la zona establecida de retaguardia (zona manifiesta de gol o peligro) para lograr incrementar la eficacia ofensora.
– Desmarque de ruptura o apoyo ofensivo y continuidad del juego de segunda jugada ante cualquier interceptación del balón por los jugadores defensivos adversarios. Recuerde que la acción combinada ofensiva debe finalizarse en el menor tiempo posible y con el menor número de contactos y de componentes del mismo equipo. Exige pues “velocidad”. Si la acción se transforma en gol o en jugada manifiesta de peligro de gol, se puede considerar la estructura del juego de contraataque o ataque súbito, realizado de inmediato al recuperar el balón del adversario desorganizado y que no tiene tiempo de organizarse ni puede decidir cómo volver a jugar al ataque.
En todo proceso de aprendizaje procuraremos realizar ejercicios sencillos de asimilación y de aplicación de nivel básico. A veces se presentan algunos ejercicios de análisis (como propuesta para progresar en el juego global competitivo) sin menoscabar la presentación de la teoría con la práctica del contraataque establecido, procurando que se entienda el concepto y se aplique según las posibilidades de cada grupo de trabajo, de acuerdo con el objetivo del partido, puesto al alcance competitivo de todos los participantes, y teniendo en cuenta sus cualidades físicas y su óptima preparación para el mundo futbolístico del ataque o contraataque.