Читать книгу Líder, llegó tu hora - Sebastián Escudero - Страница 9
INTRODUCCIÓN
ОглавлениеEste libro es el resultado de muchos años de triunfos y fracasos como líder. Cuando empecé a liderar a los 21 años hubiera deseado tener a mi alcance muchas más enseñanzas sobre liderazgo de las que en ese momento tenía. Tuve que aprender a liderar a la fuerza de caídas, de ensayos y fracasos. Y desde entonces tengo en mi mente la idea de hacer un libro que resuma todo lo que he aprendido a lo largo de mi vida sobre esta área tan importante del liderazgo, aplicándolo específicamente a los líderes cristianos.
He aprendido sobre liderazgo de vivencias, de consejeros, de observar otros líderes, y de mucha lectura sobre el tema. Pero sin duda he aprendido de los errores mucho más que de cualquier otra cosa. Por eso este humilde libro estoy convencido que puede ayudar a quien lo lea, y aplique los principios que enseño en su propio liderazgo, a no cometer los mismos errores que cometí yo y a crecer como líder para ser ocasión de bendición para otros.
Habrá quienes encuentren principios que sean una novedad en sus vidas, y otros para los cuales solo serán recordatorios de enseñanzas que ya aprendieron en su liderazgo. Pues como decía Platón: “La mayor parte de la instrucción es que a uno le recuerden las cosas que ya sabía”.
Si bien el libro está enfocado en aquellos líderes cristianos que tienen algún tipo de responsabilidad en lo que se refiere a la conducción de personas, esto no quiere decir que no sirva para todo tipo de personas; porque todos, lo aceptemos o no, somos influencia para alguien más. Y eso nos convierte en líderes, aun cuando no sepamos a quién estamos liderando:
Estés donde estés, seas quien seas, tengas lo que tengas, ocupes la posición que ocupes, siempre habrá alguien, por debajo de ti, que estará observándote.
Alguien que anhela ser como tú, parecerse a ti, actuar como tú, estar donde tú estás, tener lo que tú tienes, llegar donde tú has llegado, o, quizá, ocupar tu posición.
Siempre serás un modelo para alguien y serás responsable, con tus actos, con tus actitudes, con tus expresiones, en general, con tu comportamiento, por ese alguien que te sigue (Carlos Ache).
Y si no existiera ninguna persona que te siga, lo mismo tengo que comentarte que no has dejado de ser líder. Porque aún te queda alguien que precisará de ti el liderazgo más desafiante de toda tu vida: tú mismo. Solo si aprendemos a liderarnos a nosotros mismos estaremos capacitados para dirigir a los demás, sean uno, diez o diez mil personas. Así que no tengo ninguna duda de que escribí este libro para ti que estás acompañándome en esta introducción ahora mismo.
Mi intención no es impresionar a quienes lo lean, ni impartirles sabiduría, sino más bien compartir principios que considero que pueden llegar a ser importantes tenerlos en cuenta para llevar a cabo un liderazgo cristiano. No es un libro más de mi ministerio, ni lo escribí para agrandar mi “currículum”, sino que es una excusa, una nueva idea que el Señor puso en mi corazón para afectar a mi generación y a las venideras. Y esta idea no surgió de la nada; permíteme contarte cómo comenzó todo.
En enero del año 2006 el Consejo General de los Misioneros Mensajeros de Jesús, a quienes pertenezco por carisma e identidad, reunido en Salta, al norte de mi país, me eligió como el primer coordinador regional de la provincia de Córdoba, por tres años, con la posibilidad de ser re-elegido. Yo acepté con mucho gusto la propuesta. Sentía que toda mi vida, hasta ese entonces, me había preparado para llevar a cabo esta nueva misión. La tarea principalmente consistía en el acompañamiento de cada comunidad de la región, especialmente el pastoreo de los líderes.
Mientras regresaba de aquella misión maravillosa, el Señor me reveló la necesidad que los líderes de la región tenían de una formación sobre liderazgo. Y tenía dos opciones: les brindaba una formación en base a temas escritos por otras personas o me tomaba el trabajo de escribir yo mismo el material que creía adecuado. Elegí la segunda opción. Y así surgieron una serie de siete artículos sobre liderazgo que escribí para las reuniones de consejo regional a lo largo de mis tres años como coordinador regional.
Cuando terminé de escribir el séptimo artículo, supe claramente que el Señor quería que el material se difunda más allá de los Misioneros Mensajeros de Jesús de mi provincia. Y entendí que el Señor me llamaba a darle forma a los artículos para que se convirtieran en mi tercer libro. Y ese es el resultado que tuvieron efectivamente.
Le coloqué el título: Líder llegó tu hora, no solo por la referencia textual que la Biblia hace en el libro de Josué (Jos 1, 2), sino también porque sentí de parte de Dios que este libro, como millones más que se escribieron, escriben y escribirán, tiene que ser un llamamiento a tomar nuestro lugar de combate en esta hora clave de la historia. Como lo fue para Josué en la Biblia, después de pasar 40 años luchando en el ejército de Israel a la derecha de Moisés en el desierto, un día Dios viene a decirnos que se acabó el tiempo en el desierto… llegó la hora de atravesarlo. Y para hacerlo hacen falta líderes que muevan a las masas.
Los escritores bíblicos supieron distinguir correctamente dos maneras distintas de hablar del tiempo. Hay un tiempo que consiste en el paso de las horas, de los días y de las semanas. Para este tipo de tiempo usaban la palabra griega Cronos. Pero hay otro tiempo, que es el tiempo de Dios, en el que Él interviene en nuestra historia, en nuestro Cronos, y para designar ese tipo de tiempo usaban la palabra griega Kairós. Este libro está pensado para que los líderes podamos empezar a vivir en ese Kairós… en la hora exacta de la voluntad de Dios para nuestras vidas como líderes. (2)
He tenido el alto privilegio en estos años de viajar por distintos países y conocer de cerca las múltiples actividades que la Iglesia del Señor realiza mes tras mes para bendecir al Pueblo de Dios: conferencias, cursos, talleres, recitales, seminarios, retiros, jornadas de evangelización, peregrinaciones, asambleas de oración, etc. Y aunque estoy agradecido a Dios de todas las cosas que estamos emprendiendo en este tiempo, he llegado a la conclusión que podríamos estar mucho mejor que como estamos si hubiese más capacitación de líderes que sepan cómo hacer que estos eventos produzcan frutos multiplicadores en la Iglesia. El problema es que no disponemos de la suficiente preparación para este tipo de líderes. Y si lo disponemos, son los menos, lamentablemente.
Tengo el profundo anhelo de que este libro sea un canal de revelaciones de Dios para aquellos líderes que el Señor quiere que tomen un lugar protagónico de liderazgo donde Él los necesita. Será de seguro una gota de agua más en el océano, pero la hermosa Madre Teresa nos enseñó que el océano no sería lo mismo sin esa gota de agua.
El gran líder, primer ministro de Inglaterra durante la segunda guerra mundial, Winston Churchill, decía: “En toda época llega el momento en el cual un líder debe salir a la delantera a enfrentar las necesidades de la hora. Por lo tanto, no existe líder en potencia que no tenga la oportunidad de hacer una diferencia positiva para la sociedad. Trágicamente, hay veces en las cuales el líder no se levanta en su hora”.
Y en otra ocasión afirma: “En la vida de todos llega un momento especial en el cual, en sentido figurado, les dan un toque al hombro y les ofrecen la oportunidad de hacer algo sumamente especial, único para ellos y ajustado a sus talentos. ¡Qué tragedia si aquel momento les sorprende sin preparación o capacitación para lo que habría sido su hora más sublime!”.
Es mi oración que este libro llegue a la hora indicada y a las personas correctas que sepan levantarse y entender que les llegó su tiempo. Seguramente nunca conoceré el alcance que tendrá este libro para todos los líderes que lo lean. Pero no se nos pidió cosechar, sino sembrar. Este libro es eso: una siembra de todo lo que aprendí en mi vida sobre liderazgo. Que Dios te hable, líder querido, como hace casi 4000 años atrás lo hizo con un joven israelita, y te diga: “¡Líder, llegó tu hora!”
2. Dicho sea de paso, me costó discernir si el título del libro no debiera ser: Líder: llegó tu kairós. Pero elegí el término hora por respeto a quienes no tienen este conocimiento del término griego y que no alcanzarían a entender en qué consistía el mensaje del título.