Читать книгу De acusados a acusadores - Sebastián Hincapié Rojas - Страница 8
ОглавлениеAgradecimientos
Sin la generosidad de mis padres y mi hermana hubiese sido imposible finalizar este proyecto, espero que ellos vean en este libro al menos parte de sus esfuerzos y sus sacrificios retribuidos. Para ellos es este trabajo.
Durante la escritura de esta investigación, estuve rodeado de unos pocos buenos amigos que fueron fuente de inspiración y aliento. Luis Pineda, Carlos Restrepo y Andrés Acosta fueron testigos de primera mano de este proceso, a ellos les debo horas de conversaciones reflexionando en torno a los problemas del país, sus preguntas siempre pertinentes y su propio ejemplo como académicos rigurosos y comprometidos fueron un aliciente indispensable para llegar a buen puerto. A Liz Acevedo, Carolina Peña y Daniel Castro les debo muchas de mis reflexiones sobre el conflicto armado, el Estado y la guerra fría en este periodo, seguro algunas de sus ideas están aquí reflejadas. La compañía de Estefanía Ramírez, sus comentarios críticos, sus observaciones y las extensas conversaciones que hemos tenido fueron fundamentales para que esta tesis se convirtiera en libro.
Al profesor Óscar Calvo y a la profesora Marta Domínguez les agradezco su paciencia y su generosidad inagotable; sin su apoyo, sus orientaciones y sus comentarios críticos este trabajo nunca hubiera podido culminarse. A ellos y a los compañeros de los proyectos de investigación Guerra sorda y Tecnologías del orden, muchas gracias por compartir conmigo sus conocimientos.
Finalmente quiero agradecer a las personas que contribuyeron con testimonios, fuentes o contactos al desarrollo de esta investigación. Óscar Correa, de la Corporación Jurídica Libertad, desde el inicio acompañó mis preocupaciones intelectuales en torno al delito político; Federico Andreu, a quien debo buena parte de las fuentes utilizadas en el tercer capítulo de este libro; al profesor Juan Carlos Celis y a German Roncancio, quienes me pusieron en contacto con algunos de los juzgados en Consejos de Guerra Verbales; a los abogados Jorge Gómez Lizarazo, José Hilario López y René Moreno, quienes todo el tiempo estuvieron prestos a brindarme asesoría y acompañamiento. A Eduardo Carreño, Carlos Álvarez, Alonso Ojeda Awad, María Tila Uribe y Jorge Eliécer Franco no queda más que agradecerles por haber estado prestos a narrar su experiencia.