Читать книгу El reNACERdel árbol - Silvana A. Menchini - Страница 9
ОглавлениеIntroducción
En el transcurso de la Vida, hasta hoy, habiendo vivido 53 años, he decidido contar mi historia con un único objetivo: “orientar a que descubran que todos atravesamos situaciones críticas, que todos padecemos el Dolor en distintos ámbitos (del Cuerpo, de la Mente... del Corazón) porque la Vida es así; es un andar con tropiezos, con caídas”.
Andar que tal vez, hasta hoy, estás siendo invadido por la bronca, la desilusión, el desgano, la desesperanza y tantos otros sentimientos parecidos.
Pero ¿sabes? Ese lado oscuro de la Vida fue y va de la mano con momentos brillantes, placenteros, felices...
¡Sí!
La Felicidad también te abrazó; lo que ocurre es que ella no es constante, eterna, permanente y no consideres que una vez apegada a ti, estará contigo para siempre.
¡No!
Porque cada día de la Vida experimentarás situaciones alegres y tristes, brillantes y grises.
Vas a traspasar el dolor y a veces nos parece interminable.
Aquí está el error “considerar que nunca finalizará”.
Si haces una mirada al pasado de la Vida descubrirás que también experimentaste numerosos momentos placenteros, felices, y de tiempo prolongado. Lo que sucede es que no les has dado valor, no los apreciaste cuando la Vida te los regaló.
¿Por qué?
Porque nunca estamos conformes; somos exigentes, nos sentimos insatisfechos de los obsequios que la Vida nos otorga:
• Cumpleaños de algún familiar o un amigo.
• Momentos y lugares de placer: parrilladas, mateadas, caminatas, encuentros, vacaciones.
• Festejo de fechas importantes en nuestra historia; llamadas telefónicas o mensajes de personas que creíamos que ya no nos tenían presente; regalos u obsequios inesperados y tantos otros.
Ocasiones fugaces, porque sabemos que tienen un tiempo, por ej.: una fiesta: 8 horas; vacaciones: una semana; un Retiro: 3 días; una parrillada: 6 horas.
Lo mismo sucede con las circunstancias opacas, grises, de dolor: “son temporales, tienen un principio y un fin; comienzan y concluyen”.
Por lo tanto, si en este momento estás padeciendo algún tipo de dolor como consecuencia de: la pérdida de un familiar, un engaño, una enfermedad... las penas y angustias también cesarán. Aunque las sientas interminables porque sufres, en algún instante concluyen.
Así ocurre con el dolor del parto: se llora, se grita, se queja... pero se da a luz a una nueva Vida.
Lo mismo sucede con la Pena y el Dolor, al atravesarlos, afrontarlos y enfrentarlos nacerán/surgirán nuevas ideas, posturas, reflexiones, pensamientos que nos permiten crecer y madurar.
Por eso, si analizas con honestidad tu historia, descubrirás que experimentaste varias circunstancias dolorosas. Te caíste, bajaste los brazos y dijiste: “¡Hasta acá llegué! ¡Basta! ¡No puedo más!”... Y que con el correr del tiempo descubriste que, al fin, lograste salir de aquella tormenta.
Es que la Pena, el Dolor, la Tristeza, la Angustia nos invaden, pues forman parte de la Vida; el Error es creer que ellos se arraigan de por Vida y no es así.
Por supuesto, dependerá de tus creencias, de tus posturas, de tus ideas que te llevarán a optar y actuar.
Lector/a...
...permite que tu Corazón piense y reflexione, ¿quieres continuar con el Sufrimiento, con el Dolor?
En este momento, estás reflexionando; aunque sufras en el ahora, tu Mente tiene la capacidad de razonar a pesar de...
¿Eres consciente del talento que Dios-la Vida te regalan?
La habilidad de razonar padeciendo aún el Dolor para poder elegir y optar un diferente actuar.
Al determinar una nueva postura (benéfica) y decidir aplicarla, podrás dar un salto en tu camino; incorporando la esencia del vivir: “si vuelvo a caer, me puedo levantar y la Vida continuar; Vida con un nuevo andar, andar con nuevas actitudes pues las ideas / creencias serán distintas”.