Читать книгу SOMOS VOZS - Silvia Adriana Lamanna - Страница 6
ОглавлениеPRÓLOGO
Permítanme tomar la palabra para poner mi voz como prólogo a la lectura de este libro, que tiene como autoras a Silvia, mi amiga de toda la vida, con la que tejimos sueños imposibles que se hicieron realidades posibles; y a su amiga Patricia, trabajadora social comprometida con la equidad en el acceso a los derechos humanos. Les cuento esto porque este libro habla de redes de mujeres, de igualdades de géneros, de manos extendidas para que nadie quede solo o sola a lo largo de caminos y rutas.
Doy comienzo a este libro con esta historia, como una más de las que van a encontrar en estas páginas.
Cuando ciertas verdades de la propia vida se nos ponen adelante como un espejo, es una muy buena oportunidad para mirarlas de frente, si no se quiere cerrar los ojos. Los abrí y vi cosas que no me gustaron. Miré el espejo que tenía enfrente de mí y contemplé una mujer invisible. Comencé a percibirla, a calcular su tamaño y sus límites. Empecé a escuchar sus gemidos y quejas, sus cantos y risas. Ella habló, surgió y creció. Por eso, al promediar la vida, giré la cabeza, el torso y mis pasos. Entonces, cambié de rumbo y ahora camino en otras direcciones.
Tuve que ir muy lejos, hasta mis ancestras, para establecer la causa de la invisibilidad, las causalidades de tantos silencios, lágrimas y palabras. A partir de tales asociaciones, desaté nudos y tejí una historia que todavía está naciendo.
Recobré un espacio vital desde donde nacen las búsquedas. Me animé a nuevas vinculaciones a partir de una identidad recién desempolvada. Más aún, debajo de las gruesas capas que atravesé encontré fuego. Se trata de un calor joven. Soy mujer, me estoy haciendo mujer, desgarrando límites que temían a tanta vida como la vida puso en mí. Cuando la persona del espejo se hizo visible, aparecieron también los otros y las otras de esta historia, al lado, visibles también ellos y ellas, pero sin invadir ni sofocar. Había más verdades en el espejo. Hoy creo que, mejor que romperlo, fue la decisión de hacer otras rupturas, y seguir mirando.
Para vos, que vas a leer esto (y para las tantas mujeres sabias que, especialmente en los barrios del Gran Buenos Aires fueron y son las compañeras, hermanas, madres, amigas y maestras de quienes pensaron este libro), son estas líneas iniciales, inaugurando melodías que curan, verdades que aclaran, diversidades que divierten, porque no hay nada más aburrido que una sola voz monocorde.
¡A buscar la tuya propia, con la inspiración de los textos y las preguntas que siguen!
Diana Viñoles, Ushuaia, 27 de junio de 2020.