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Introducción

Cualquier formulación que podamos plantear en torno a la obra del escritor norteamericano Thomas Merton (Francia 1915-Bangkok 1968) nunca podrá rozar tan siquiera algo de la verdad que su verbo singular acertó a manifestar con tanta compasión como dureza. Es más, correríamos el riesgo de atentar contra la claridad de su palabra, de desactivar y enmarañar con literaturas o con filosofías lo que de ella brotó como razonamiento transgresor, como de una herida nunca cerrada, transida por una suerte de experiencia innovadora.

Trataremos pues a lo largo de estas líneas de exponer la voz desnuda de esta figura singular en el panorama del pensamiento contemporáneo, monje y poeta, cuya influencia nos enriquece con el paso del tiempo, haciendo justicia a una obra controvertida, deudora de la tradición bíblica, pero profundamente enraizada en la crítica de su tiempo.

Cabría aventurar que toda la vida de este gran contemplativo y crítico excepcional de alcance universal consistió en un paulatino desprendimiento tanto del mundo como de sí mismo, haciéndose eco de las palabras evangélicas: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mt. 16, 24). Su intrincado camino comienza a los dieciséis años, quedando huérfano de padre y madre. Es entonces cuando el joven inicia una incesante reserche por paisajes diversos, alternando viajes por Italia, Inglaterra, EEUU, y Cuba que culminarán con su abandono del mundo secular y su ingreso en 1941 en la abadía trapense de Nuestra Señora de Getsemaní (Kentucky, EEUU), desembocando finalmente en una ruptura de los muros claustralis y una opción firme por el eremitismo y el monasticismo universal, algo que lejos de separarle de sus hermanos le condujo a una verdadera experiencia de comunidad desde la soledad más auténtica. Es significativo que el papa Francisco, en su discurso pronunciado el 24 de septiembre de 2015 ante los miembros del Congreso de Estados Unidos en el Capitolio de Washington, aludió de forma entusiasta a Merton como “fuente de inspiración espiritual y guía para muchos.”1

En efecto, Merton fue un autor fecundo de numerosas obras en verso y prosa que tuvieron una gran repercusión en el ámbito de los estudios literarios norteamericanos y en la sociedad de su tiempo.2 Sin olvidar las distancias obvias espacio-temporales, los presupuestos sociales y la personalidad, cabría decir que al tratar a lo largo de estas páginas de dar cuenta cabal de la poesía de Thomas Merton estamos abordando una tarea similar a la que supondría revalorizar la prosa de San Juan de la Cruz haciéndola acompañar de su poesía. En ambos autores prosa y poesía se reclaman. Ambas forman el anverso y el reverso de un mismo caudal creativo, y en los dos autores su alcance es igualmente universal. En el caso de Merton todavía no se había acometido esta indispensable tarea, a excepción de algunas traducciones puntuales realizadas por autores como José María Valverde, Ernesto Cardenal, Luis M. Schökel, Margarita Randall y Sergei Mondragón, José Coronel Urtrecho o Miguel Grinberg, o la recientemente publicada edición bilingüe de una selección de poemas del autor realizada por la que suscribe estas líneas con el título Oh corazón ardiente.3 La presente monografía pretende abordar un estudio introductorio de su poesía que sirva a modo de “companion” a esta antología.

Creación, crítica y contemplación vertebran las líneas directrices de este ensayo desentrañando los resortes internos que mueven la poética mertoniana esenciales en cualquier intento de acceder a ella. En su trayectoria se pretende señalar los ejes referenciales y complementarios que el siguiente esquema confiere:

a. La contemplación: la poesía como oración y celebración y el uso del lenguaje al servicio de la ciencia laudens.

b. La creación literaria, fundamentada en su teología de la creatividad y en el poder evocador-analógico del símbolo entendido como presencia y sacramento.

c. La crítica: la poesía como resistencia a la entronización de los discursos de la razón instrumental, como espejo que anuncia proféticamente y que denuncia críticamente una realidad que no hace justicia de nuestra creación a imagen y semejanza del Dios del amor.

En su Asian Journal escrito al final de su vida durante su viaje por tierras asiáticas, Merton hace explícita la relación que guardan entre sí cada uno de estos conceptos nucleares de su teoría poética:

The contemplative life must provide an area, a space of liberty, of silence, in which possibilities are allowed to surface and new choices – beyond routine choices – become manifest. It should create a new experience of time […] as “temps vierge” […] Not dominated by one’s own ego and its demands. Hence open to others – compassionate time, rooted in the sense of common illusion and in criticism of it.”4

Si bien observamos en estos últimos escritos una reconciliación entre las dos facetas vitales de Merton – la de creador crítico y la de contemplativo – no obstante ambas mantuvieron una tensión aparentemente irreconciliable en el poeta, especialmente durante sus primeros siete años monásticos. El primer capítulo de este libro incluye, por tanto, un estudio del desarrollo de estas dos vertientes de su personalidad, que – como veremos – está íntimamente ligado a la evolución de su obra poética desde un misticismo de negación del mundo y un dualismo exacerbado a un humanismo compasivo y profético que, al mismo tiempo que se alza contra las realidades más alienantes de su época, anuncia el nacimiento de un hombre nuevo.

El segundo capítulo está dedicado a las diversas fuentes religiosas, literarias e ideológico-críticas de las que su poesía se nutrió. En el apartado de influencias literarias, y dado que nuestro campo de especialización se centra en estudios literarios anglófonos, hemos hecho más hincapié en el examen de poetas de habla inglesa, mientras que el influjo de poetas españoles como San Juan de la Cruz o García Lorca se analiza con ejemplos concretos a lo largo del estudio crítico de sus nueve libros de poemas que constituye el tercer capítulo de este libro.

Con esta arquitectura se engarza el itinerario poético de Merton desde su poesía religiosa más temprana hasta su dos últimos poemas épicos, cuyo comentario pormenorizado conforma el tercer capítulo de esta monografía. Hemos intentado encontrar un equilibrio entre una lectura puramente formalista que considera el texto como una entidad absolutamente autónoma y aislada, y una excesiva atención a la “Weltanschauung,” totalidad de vida y obra, del texto y su contexto.5 El análisis, así pues, se inicia con el comentario de poemas individuales para desde ahí llegar a una síntesis de la visión de Merton del hombre y su relación con el arte, la sociedad, la naturaleza, el lenguaje y Dios.

Asimismo, nos hemos permitido incluir, como anexo a este libro, una iniciativa de traducción de una serie de poemas contenidos en su libro Eighteen Poems. El criterio de selección de estos poemas ha sido, en primer lugar, el de la originalidad: no es frecuente que un monje se enamore de una mujer y dedique a su amada poemas amorosos. En segundo lugar, reconocemos en estas composiciones la más alta expresión de una poesía que transciende las identidades particulares en aras de lo que nos rebasa: “escribirte es como escribir a mi corazón/ tú eres yo mismo/ esta soledad/ me posee/ como si fuese tu misma soledad/ explorando mi oscuro bosque/ y mi casa olvidada/ para reencontrarse también ella.”6

Por último, quisiéramos subrayar el creciente interés que actualmente está suscitando la obra de Thomas Merton en Norteamérica como los demuestran los numerosos ensayos críticos, biografías, ediciones de fuentes primarias, análisis y estudios que se han publicado durante las últimas cinco décadas.7 A todo esto se añade la creación en 1987 de la International Thomas Merton Society (ITMS) que cuenta con diversos “chapters” o grupos locales en Estados Unidos, publica la revista The Merton Seasonal y The Merton Annual8 y organiza congresos sobre el autor. También en Europa su popularidad es notable y creciente en numerosos países. En Inglaterra se fundó en 1993 la Thomas Merton Society of Great Britain and Ireland,9 responsable de The Merton Journal,10 y en nuestro país se han realizado dos retiros o encuentros mertonianos en el Monasterio de Cóbreces (Cantabria, 2001) y en el Monasterio de Cardeña (Burgos, 2002). En 2006 se celebró el I Congreso Internacional Thomas Merton en el Centro de Estudios Místicos de la ciudad de Ávila.11

Además, aquí en España, se están cubriendo lagunas en la traducción de su obra en prosa, que conoció un momento dorado en la década de los cincuenta y sesenta.12 En los años noventa y en la primera década del siglo XXI, también proliferaron las versiones en idioma español. Destacan Amar y vivir, trad. Joaquín Adsuar (Barcelona: Oniro, 1997); La sabiduría del desierto, trad. Marcelina Moreno y Morales, BAC, 1997; El Camino de Chuang Tzu (Madrid: Debate, 1999); Diario de Asia, trad. Fernando Beltrán Llavador y Francisco Rafael de Pascual, ocso (Madrid: Trotta, 2000); Thomas Merton, Diarios (1939-1960): La vida íntima de un gran maestro espiritual, o Thomas Merton, Diarios (1960-1968), trad. Isidro Arias Pérez (Barcelona: Oniro, 2001); Escritos esenciales de Thomas Merton, introducción y edición de Francisco Rafael de Pascual, ocso (Santander: Sal Terrae, 2007).13 Asímismo, en 2015, con motivo de la celebración del I Centenario del nacimiento de Thomas Merton han visto la luz nuevos títulos de y sobre Thomas Merton en lengua castellana. Entre ellos cabe mencionar: Thomas Merton, “La voz secreta”: reflexiones sobre mi obra en oriente y occidente, ed. y trad. Fernando Beltrán Llavador de “Honorable Reader”: Reflections on my Work (Santander: Sal Terrae, 2015); Fernando Beltrán Llavador, Thomas Merton: el verdadero viaje (Santander: Sal Terrae, 2015); James Finley, El palacio del vacío de Thomas Merton, ed. y trad. Fernando Beltrán Llavador de Merton’s Palace of Nowhere (Santander: Sal Terrae, 2014); Ramón Cao Martínez, Ocultarse en una hoguera: Thomas Merton a través de sus diarios (Ourense, Galicia: Eurisaces Editora, 2015); María Luisa López Laguna, RCM, Thomas Merton: maestro y amigo (Madrid: Edibesa, 2015); Thomas Merton, Oh corazón ardiente: poemas de amor y de disidencia, ed. y trad. Sonia Petisco (Madrid: Trotta, 2015); Diccionario de Thomas Merton, trad. de The Thomas Merton Encyclopedia, ed. William Shannon, Christine M. Bochen & Patrick O’Connell, bajo la supervisión de Francisco Rafael de Pascual, ocso (Bilbao: Editorial Mensajero, 2015).14

Junto a estas ediciones, no podemos olvidarnos de reseñar con admiración y como primicia conmemorativa del cincuentenario de la desaparición de Thomas Merton, la publicación a finales de 2017 de la excelente traducción de Francisco Rafael de Pascual, ocso, del libro de Merton Springs of Contemplation (Santander: Sal Terrae, 2017), cuya atenta lectura ha dado pie a la elaboración de un incipiente proyecto de fundación de un Centro de Investigación y Espiritualidad en la isla de La Palma, en donde poder ubicar una pequeña biblioteca especializada en Teología y Ciencias Religiosas que acogiese el inestimable legado de Thomas Merton, y que sirviese al mismo tiempo como un espacio o foro internacional de estudio y debate acerca de su obra. Incluso cabría pensar en la posibilidad de creación de un aula de poliglotía especializada en la traducción e interpretación de algunos de sus textos todavía inéditos en español. “Busquemos el reino de Dios, que todo lo demás se nos dará por añadidura” (Mt., 6, 32).

Para concluir esta breve introducción, debemos dar paso al capítulo de agradecimientos. En primer lugar, no me es posible expresar con palabras la ayuda y generosidad del doctor Fernando Beltrán Llavador (Universidad de Salamanca). Gracias a su eficaz intercesión, he tenido el privilegio de acceder a la Biblioteca del International Thomas Merton Studies Center ubicado en Bellarmine University (Kentucky, USA), y poder consultar fuentes primarias y secundarias: manuscritos de poemas, correspondencia personal y otros materiales inéditos, su biblioteca particular, grabaciones de conferencias y seminarios que impartió a sus alumnos novicios, así como tesis doctorales, artículos y estudios críticos sobre su obra. Todo ello de especial relevancia para el presente trabajo y enumerado exhaustivamente en el apartado bibliográfico. Mi más sincera gratitud también al actual director del Thomas Merton Center, Dr. Paul M. Pearson, por su cuidadosa mediación ante la editorial New Directions, quien cordialmente me ha permitido plasmar en este trabajo todos los versos citados. Y no puedo dejar mencionar a mi querido amigo Cristóbal Pagán y Fuentes, Shannon Fellow. Juntos tuvimos la suerte de viajar a la Abadía de Thomas Merton, donde los monjes trapenses – algunos de ellos coetáneos de Merton – nos dispensaron tan cálida acogida que aún sigue manifestándose cuando esto escribo. Sobre todo acordándome de Father Alan quien tan generosamente aceptó acompañarnos por las espesuras del bosque a la ermita a la que Merton, anhelando otro destino, eligió retirarse en soledad los tres últimos años de su vida.

Finalmente, quisiera expresar mi gratitud como discípula a los profesores Cándido Pérez-Gállego, Francisco Jarauta, María Toscano, Joëlle Guatelli-Tedeschi, Ricardo Aldana y Agustín García Calvo por su excepcional magisterio. A José Moratiel, por su escuela de silencio. A Fadwa el Heziti, Santiago Henríquez, Magalí Valdepérez, Carlotta Bartelletti, Lorena Quevedo, José Luis Ródriguez Mena y D. Aurelio Feliciano por su cálida amistad. A Manuel Poggio por su apoyo incondicional y a Luis Regueira por su esmerada revisión final del manuscrito. A Elsie y Agustín, mi nueva familia espiritual, y a mis padres por su infinita paciencia. Y termino con el mayor de los agradecimientos a mi abuela, preciosa unidad de mi existencia.

Sonia Petisco Isla de La Palma, 15 de octubre de 2018

Thomas Merton

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