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8-CANALIZACIÓN
sobre LIBÉRATE y RECUPÉRATE A TI MISMO

(Texto extraído de las canalizaciones realizadas en los talleres de desarrollo de la sensibilidad II y III, 10 de mayo de 2020 y 6 de junio de 2020)

Ellos dicen: Puedes ser libre. Puedes liberarte de tus pensamientos, esos pensamientos que te limitan. Puedes liberarte de esas emociones que te oprimen porque, tú, ERES LIBRE. Recuérdalo siempre. En cada momento dispones de una LIBERTAD PRIMIGENIA.

La LIBERTAD es un DERECHO de tu SER ESENCIAL. Ejércela tantas veces como necesites. Respira profundamente y siéntete libre y expándete en esa libertad.

Siente como en el solo pensamiento o visualización de la palabra LIBERTAD se expande tu pecho y se expande tu corazón. Porque el corazón ha nacido LIBRE. Libre de condiciones, libre de estructuras, libre de limitaciones. Libre, LibRE, LiBRE.

¡LIBERTAD!

Emite, si quieres, la palabra LIBERTAD por dentro. Y por fuera. Que cada una de tus células resuene con esa palabra: LIBERTAD.

Libertad de SER.

Libertad de SENTIR.

Libertad de PENSAR.

Libertad de ACTUAR.

LIBERTAD.

Y respira profundamente, que la libertad es una RESPIRACIÓN. Una respiración continua con el flujo del mismo universo, con el flujo de las estrellas, con el vaivén de las olas el mar, con la magnificencia del cielo, con la naturaleza, contigo. Resuena contigo. Resuena con esa LIBERTAD.

Y BAILA esa libertad. Y VIVE esa libertad.

La libertad es ALEGRÍA.

La alegría es MOVIMIENTO.

El movimiento es ENERGÍA.

La energía es VIDA.

La vida es LIBERTAD.

Vive la vida libremente.

Desde tu CENTRO, desde tu SER,

desde tu AMOR.

Y respira. RESPIRA.

Y sonríe. SonRÍE. SONRÍE.

Y, en esa sensación de LIBERTAD, recupérate a ti mismo. Pero no el ti mismo que pensabas ser, sino el ti mismo profundo. El ti mismo que no necesita aparentar. El ti mismo que no necesita saber más que los demás. El ti mismo que se ATIENDE, que se ESCUCHA y que se CURA permitiéndose bailar con la energía del movimiento alegre de la vida.

Llevas demasiado tiempo mostrando ser quien no eres. Eso te quita LIBERTAD. Pero es hora de abandonar ese abrigo que yate queda grande y pesa demasiado. Parecía de buena calidad, pero ha quedado obsoleto.

Si conviene ponte un sayo o un traje de lino o de algodón, un material natural que te acaricie, que acaricie eso que verdaderamente eres. De forma natural. Que surja el TÚ NATURAL, el que conversa y ríe como un camarada, no como un superior. El que también se derrumba y llora.

Recupérate a ti mismo desde ese derecho a la libertad.

Después de esa RECUPERACIÓN todo será más fácil para ti. Por eso, deja que los demás digan lo que quieran y piensen lo que quieran. Tú despójate de las cargas y recupérate a ti mismo.

Y, sobre todo, DIVIÉRTETE. Diviértete mucho. Porque has venido a eso: a divertirte y a jugar.

Busca siempre ese espacio interior de recuperación. Y, pase lo que pase, vuelve a ser tú. Ese tú que no necesita reafirmarse por encima ni debajo de nadie porque sabe que cada uno tiene su lugar en el mundo y que no es ni más ni menos importante.

Y sé FELIZ. Solo tienes que LIBERARTE quitándote ese abrigo pesado que huele a roído y que está lleno de estructuras que te oprimen y no te permiten VOLAR y SER todo lo que tú eres.

Así pues, recupera ese FUEGO INTERNO que te ayuda a mantener viva la ILUSIÓN DE MOSTRARTE LIBREMENTE como eres.