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5. Mortales del Tiempo y del Espacio

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40:5.1 (445.2) Los mortales representan el último eslabón en la cadena de los seres que se llaman hijos de Dios. El toque personal del Hijo Original y Eterno llega hacia abajo a través de una serie de personalizaciones cada vez menos divinas y cada vez más humanas hasta llegar a producir un ser muy semejante a vosotros, un ser que podéis ver, oír y tocar. Entonces se os hace espiritualmente conscientes de la gran verdad que vuestra fe puede aferrar —¡la filiación con el Dios eterno!

40:5.2 (445.3) Del mismo modo el Espíritu Original e Infinito, mediante una larga serie de órdenes cada vez menos divinas y cada vez más humanas, se acerca cada vez más a las criaturas que luchan en los reinos, alcanzando el límite de la expresión en los ángeles —respecto de los cuales fuisteis creados apenas por debajo— quienes personalmente cuidan de vosotros y os guían en el viaje de la vida de la carrera mortal del tiempo.

40:5.3 (445.4) Dios el Padre no desciende, no puede descender, tanto él mismo como para hacer un contacto personal tan cercano con el número casi ilimitado de criaturas ascendentes a lo largo del universo de los universos. Pero el Padre no está privado de contacto personal con sus criaturas humildes; vosotros no estáis sin presencia divina. Aunque Dios el Padre no puede estar con vosotros mediante una manifestación directa de la personalidad, está en vosotros y es parte de vosotros en la identidad de los Ajustadores del Pensamiento residentes, los Monitores divinos. Así pues el Padre, que es quien más lejos está de vosotros en personalidad y en espíritu, se acerca más a vosotros en el circuito de personalidad y en el toque espiritual de la comunión interior con el alma misma de sus hijos e hijas mortales.

40:5.4 (445.5) La identificación con el espíritu constituye el secreto de la supervivencia personal y determina el destino de la ascensión espiritual. Puesto que los Ajustadores del Pensamiento son los únicos espíritus con potencial de fusión que serán identificados con el hombre durante la vida en la carne, los mortales espacio-temporales clasifican principalmente de acuerdo con su relación con estos dones divinos, los Monitores Misteriosos residentes. Esta clasificación es como sigue:

40:5.5 (445.6) 1. Mortales cuyo Ajustador reside en forma transitoria o experiencial.

40:5.6 (445.7) 2. Mortales de tipos que no se fusionan con el Ajustador.

40:5.7 (445.8) 3. Mortales con potencial de fusión con el Ajustador.

40:5.8 (445.9) Serie uno —mortales cuyo Ajustador reside en forma transitoria o experiencial. Esta designación de serie es provisional en todo planeta en evolución, utilizándose durante las etapas primitivas de todos los mundos habitados excepto aquellos de la segunda serie.

40:5.9 (445.10) Los mortales de la serie uno habitan los mundos del espacio durante las épocas más tempranas de la evolución de la humanidad y comprenden los tipos más primitivos de mente humana. En muchos mundos, como Urantia pre-adánica, grandes números de tipos más elevados y más avanzados de hombres primitivos adquieren capacidad de supervivencia pero fracasan en lograr la fusión con el Ajustador. Durante edades tras edades, antes del ascenso del hombre al nivel de la volición espiritual más elevada, los Ajustadores ocupan la mente de estas criaturas luchadoras, durante sus cortas vidas en la carne, y en el momento en que dichas criaturas volitivas son habitadas por los Ajustadores, comienzan a funcionar los ángeles guardianes de grupo. Aunque estos mortales de la primera serie no cuentan con guardianes personales, tienen custodios de grupo.

40:5.10 (446.1) Un Ajustador experiencial permanece con un ser humano primitivo durante su entera vida en la carne. Los Ajustadores contribuyen mucho al avance del hombre primitivo, pero no son capaces de formar una unión eterna con dichos mortales. Este ministerio transitorio de los Ajustadores cumple dos propósitos: primero, obtienen una experiencia valiosa y real de la naturaleza y operación del intelecto evolucionario, una experiencia que será inapreciable en relación con los contactos futuros en otros mundos con seres de desarrollo superior. Segundo, la estadía transitoria de los Ajustadores contribuye mucho hacia la preparación de los sujetos mortales para una posible fusión subsiguiente con el Espíritu. Todas las almas de este tipo que buscan a Dios logran la vida eterna a través del abrazo espiritual del Espíritu Materno del universo local, tornándose así en mortales ascendentes del régimen del universo local. Muchas personas de Urantia pre-adánica avanzaron de esta manera a los mundos de estancia de Satania.

40:5.11 (446.2) Los Dioses que ordenaron que el hombre mortal subiera a los niveles más elevados de la inteligencia espiritual a través de largas edades de pruebas y tribulaciones evolucionarias, toman nota de su estado y necesidades en cada etapa de su ascenso, y siempre son divinamente justos y rectos, aun encantadoramente misericordiosos en el juicio final de estos mortales luchadores de los días primitivos de las razas en evolución.

40:5.12 (446.3) Serie dos —mortales de tipos que no se fusionan con el Ajustador. Éstos son tipos especializados de seres humanos que no pueden efectuar la unión eterna con sus Ajustadores residentes. La clasificación de tipo entre las razas con un cerebro, o dos o tres, no es un factor en la fusión con el Ajustador; todos estos mortales son semejantes, pero estos tipos que no se fusionan con el Ajustador constituyen una orden completamente diferente y marcadamente modificada de criaturas volitivas. Muchos de los seres que no respiran pertenecen a esta serie, y existen numerosos otros grupos que ordinariamente no se fusionan con los Ajustadores.

40:5.13 (446.4) Como ocurre con la serie número uno, cada miembro de este grupo disfruta del ministerio de un Ajustador durante su vida en la carne. Durante la vida temporal estos Ajustadores hacen por sus sujetos en los que residen temporalmente todo lo que se hace en otros mundos donde los mortales tienen potencial de fusión. A los mortales de esta segunda serie frecuentemente los moran Ajustadores vírgenes, pero los tipos humanos más elevados están a menudo relacionados con Monitores de mayor experiencia.

40:5.14 (446.5) En el plan ascendente para el mejoramiento de las criaturas de origen animal, estos seres disfrutan del mismo servicio devoto de los Hijos de Dios que se extiende al tipo de mortales de Urantia. La cooperación seráfica con los Ajustadores en los planetas en los que no hay fusión se provee tan plenamente como en los mundos de potencial de fusión; los guardianes del destino ministran en estas esferas tal como lo hacen en Urantia y funcionan similarmente al tiempo de la supervivencia mortal, en cuyo momento el alma sobreviviente se fusiona con el Espíritu.

40:5.15 (446.6) Cuando encontréis a estos tipos mortales modificados en los mundos de estancia, no tendréis dificultad alguna en comunicaros con ellos. Allí hablan el mismo idioma del sistema, pero mediante una técnica modificada. Estos seres son idénticos a vuestra orden de las criaturas en espíritu y manifestaciones de la personalidad, y tan sólo difieren en ciertas características físicas y en el hecho de que no se pueden fusionar con los Ajustadores del Pensamiento.

40:5.16 (447.1) En cuanto a la razón por la cual este tipo de criatura no puede jamás fusionarse con los Ajustadores del Padre Universal, no puedo decirlo. Algunos de nosotros nos inclinamos a creer que los Portadores de Vida, en sus esfuerzos para crear seres capaces de mantener la existencia en un medio ambiente planetario poco común, se enfrentan con la necesidad de hacer modificaciones tan radicales en el plan universal de las criaturas volitivas inteligentes que se vuelve inherentemente imposible realizar la unión permanente con los Ajustadores. Frecuentemente nos preguntamos: ¿es ésta una parte premeditada o no del plan de ascensión? Pero no hemos encontrado la respuesta.

40:5.17 (447.2) Serie tres —mortales con potencial de fusión con el Ajustador. Todos los mortales fusionados con el Padre son de origen animal, al igual que las razas de Urantia. Comprenden mortales del tipo de un cerebro, dos cerebros y tres cerebros con potencial de fusión con el Ajustador. Los habitantes de Urantia son del tipo intermedio o de dos cerebros, siendo de muchas maneras humanamente superiores a los grupos de un cerebro pero definidamente limitados en comparación con las órdenes de tres cerebros. Estos tres tipos de dote de cerebro físico no son factores en la dotación del Ajustador, del servicio seráfico, ni en ninguna otra fase del ministerio espiritual. La diferencia espiritual e intelectual entre los tres tipos de cerebro caracteriza a individuos que por otra parte son totalmente semejantes en dote mental y potencial espiritual, siendo este diferencial mayor en la vida temporal y tendiendo a disminuir en los mundos de estancia a medida que se los atraviesa uno tras otro. A partir de la sede central del sistema en adelante, la progresión de estos tres tipos es la misma, y su destino final en el Paraíso es idéntico.

40:5.18 (447.3) Las series sin número. Estas narrativas no pueden de ninguna manera comprender todas las variaciones fascinantes de los mundos evolucionarios. Vosotros sabéis que cada décimo mundo es un planeta decimal o experimental, pero nada sabéis de las otras variables que puntualizan la procesión de las esferas evolucionarias de serie. Existen diferencias demasiado numerosas para narrarlas aun entre las órdenes reveladas de criaturas vivientes, así como entre los planetas del mismo grupo, pero esta presentación aclara las diferencias esenciales en relación con la carrera de ascensión. Y la carrera de ascensión es el factor más importante en toda consideración de los mortales del tiempo y del espacio.

40:5.19 (447.4) En cuanto a las oportunidades de supervivencia mortal, aclaremos para siempre: todas las almas de toda fase posible de la existencia mortal sobrevivirán, siempre y cuando manifiesten el deseo de cooperar con sus Ajustadores residentes y exhiban el impulso de hallar a Dios y de lograr la perfección divina, aunque estos deseos no sean sino primeros destellos de la comprensión primitiva de aquella «luz verdadera que ilumina a todo hombre que nace en el mundo».

El Libro de Urantia

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