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Una armadura de sales minerales

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Tu Biblia dice: “[…] Revistámonos de luz, como un soldado se reviste de su armadura”. Romanos 13:12.

¿Te gustaría tener una armadura integrada en tu cuerpo? Se­ría fantástico poder defenderse con algún escudo, una armadura o un casco integrado en nuestro cuerpo. Jesús les dio a algunos animales armas para que se puedan defender. A nosotros nos dio unas armas es­pirituales para defendernos de los ataques del enemigo.

En estos días oirás hablar de armas que utilizan algunos anima­les para sobrevivir, y las compararemos con las armas que Jesús nos dio. Hoy te hablaré de un animal que tiene una armadu­ra natural. La utiliza como arma de defensa para proteger su delicado cuerpo. Vamos a hablar del caparazón de la tortuga.

El caparazón está compuesto por placas duras que están pegadas a su columna vertebral y que confor- man su armadura. Lo increíble del caparazón es que está formado por sales minerales que le protegen la es­palda y el abdomen. Cuando la tortuga se siente en peligro, guarda la cabeza y las patas bajo esta maravillosa armadura hecha a prueba de golpes.

Las armas que Jesús nos dio nos ayudan a defendernos de los golpes y de los peligros de este mundo. Te dirán cómo puedes ser un vencedor en esta batalla espiritual. Te invito a que las descubras cada día. ¡No te las puedes perder!

Oremos: “Querido Jesús, deseo vestirme de la arma­dura que tú nos has dado, para ser victorioso en tu nombre. Amén”.


Los animales nos enseñan…

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