Читать книгу El problema del porno - Vaughan Roberts - Страница 4
ОглавлениеIntroducción
El mundo está cambiando con rapidez.
No solo la política, la tecnología y la comunicación, sino toda nuestra cultura, moral y actitud. Los cristianos que vivimos en la cultura occidental hemos tenido la ventaja de vivir en un mundo que compartía, en gran medida, nuestras ideas sobre lo que está bien y lo que está mal; pero ya no podemos dar por hecho que esto sigue siendo así.
En tan solo dos generaciones hemos pasado a adoptar de forma generalizada los valores liberales, muchos de los cuales entran en conflicto con la enseñanza bíblica. Cada vez más, los creyentes se ven como la minoría incomprendida, sintiéndose incómodos con la dirección en la que el mundo avanza.
Pero no seamos ciegos, pues parte de ese cambio ha sido bueno. A veces los cristianos no hemos sabido diferenciar entre nuestros valores culturales y aquellos establecidos por las Escrituras. Somos tan susceptibles a caer en el fanatismo como los demás. Tenemos mucho de lo que arrepentirnos si pensamos, por ejemplo, en nuestra actitud hacia la libertad de la mujer y su papel en la sociedad, o nuestra falta de compasión y comprensión hacia los que luchan con la atracción por el mismo sexo.
Y cada vez más nos encontramos en territorio desconocido, sin estar capacitados para caminar por él. A veces resulta más fácil protestar y quejarnos por el transcurso de la historia, que volver a la Biblia y reflexionar sobre lo que Dios dice, contrastando los puntos de vista de la sociedad y los nuestros propios con la verdad que encontramos en la palabra de Dios.
En nuestros mejores momentos, los cristianos hemos estado al frente de las reformas sociales. Pensemos en los grandes reformadores del siglo XIX que lucharon contra la esclavitud, la pobreza y el sistema de prisiones: William Wilberforce, Elizabeth Fry y Lord Shaftesbury. Pero hoy nos encontrarnos casi siempre en las últimas filas, incapaces de articular una respuesta clara ante los temas candentes. Y cuando sí entendemos qué piensa Dios sobre un tema en concreto, no sabemos aplicarlo con compasión ni a nuestro discurso ni a nuestras relaciones.
Los cristianos estamos llamados a ser sabios y amables, aun cuando nos sentimos tentados a condenar las injusticias y nos enfadamos con motivo. La mejor forma de tratar estos temas es orar y con humildad intentar entender la cultura y discernir los tiempos.
Esta breve serie pretende ayudar a los cristianos a pensar de forma constructiva sobre varios temas –de carácter moral, ético y cultural– que suponen un desafío para aquellos que seguimos a Cristo como Señor. También pretende animar a los creyentes a hablar entre nosotros de estos temas, mientras profundizamos juntos en las Escrituras. El objetivo de estos libros es ayudarnos a pensar de forma bíblica, constructiva y compasiva, y a no sentirnos intimidados o quedarnos callados cuando nos pregunten o nos acusen. En estos libros encontraremos una guía bíblica sobre qué significa seguir a Dios, y qué significa amar a las personas como Él las ama.
LO QUE ESTE LIBRO NO ES…
En este libro tan breve no podemos dar respuesta a todas las preguntas que puedas tener sobre la pornografía, ya que es un tema complejo y multidimensional. Tampoco podemos abordar los muchos desafíos prácticos a los que un familiar, un amigo o tú mismo os podáis estar enfrentando. Y en ningún momento hemos pretendido presentar de forma exhaustiva todo lo que la Biblia dice sobre este tema. Si eso es lo que buscas, existen otros libros más extensos e incluso más técnicos que te ayudarán a profundizar.
LO QUE ESTE LIBRO ES…
Más bien, nuestra intención es ofrecerte una introducción a las muchas cuestiones que rodean el tema de la pornografía, que sirva de punto de partida para un debate constructivo entre cristianos y no cristianos. Nuestro objetivo es resumir en qué punto nos encontramos en cuanto a este tema en nuestra cultura, y ofrecer algunos consejos sobre cómo deberíamos pensar, hablar y actuar como cristianos.
Por otra parte, también esperamos que este libro te lleve más allá del debate: que te lleve a amar de forma compasiva y genuina a aquellos que de alguna forma son esclavos de la pornografía; y que te lleve a descubrir cómo ayudarles para que vean los peligros, busquen ayuda y encuentren la libertad. También somos conscientes de que este libro puede estar tocando un tema sumamente personal para ti. Sea cual sea tu situación, nuestra oración es que este libro sea un primer paso para entender los entresijos de este tema, y te anime a conocer y compartir el amor, la esperanza y la libertad que tenemos en Cristo.
Tim Thornborough
Editor de la serie | Enero 2018
Pornografía
Nombre femenino:
Material escrito, visual o audiovisual que contiene una descripción o exhibición explícita de órganos sexuales o de escenas de actividad sexual, ideado para estimular la excitación sexual.
Sinónimos:
Porno, arte erótico, material pornográfico, obscenidad, depravación, vicio; sexo informal, pornografía dura, pornografía blanda, revista porno o xxx.
[Fuente: Google]
El porno no se anda con rodeos, no te contesta los mensajes, el porno…te da exactamente lo que pides. ¡Te quiero,
porno! Me encantan los finales siempre felices del porno. Selección de tuits sobre pornografía
No hay dignidad alguna cuando se elimina la dimensión humana de una persona. En resumen, el problema de la pornografía no es que enseñe demasiado de la persona, sino que enseña demasiado poco. Papa Juan Pablo II
Las personas religiosas consumen un 10% más de pornografía que la gente no religiosa. Tanto sermón religioso no
hace ningún bien. Darrel Ray, psicólogo y activista ateo
Nadie cierra su portátil después de haber estado viendo pornografía y dice: ¡Qué tiempo
más productivo, conectando con el mundo! Russell Brand, comediante
La pornografía, para mí, representa la libertad.
Jenna Jamieson, estrella del porno
Habéis oído que se dijo: “No cometas adulterio”. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya
ha cometido adulterio con ella en el corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Mateo 5:27-29
Jesús respondió: “Ciertamente os aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado [...] si el Hijo os libera, seréis verdaderamente libres”. Juan 8:34-36