Читать книгу Volver a sentir - Yarimar Rodríguez Díaz - Страница 8

Presentación

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Como amigas iniciamos juntas, un camino de formación que nos transformó la vida, influyendo directamente en nuestra manera de vivir la relación de pareja. La biodanza nos ha mostrado un camino de amor, pero no el amor que nos muestran en un final feliz de las fantasías, que nos intoxica por ser inexistente, comenzamos más bien a caminar en el amor real, el que se puede sentir y recibir de personas reales, humanas, ese que nos cambia el humor, que nos confronta con nuestros miedos, ese que nos deja saber que cuando experimentamos el amor por la vida, todo a nuestro alrededor toma dimensiones extraordinarias. Al irnos alejando del pensamiento mágico, logramos transformar una historia común, en una experiencia única de intercambio mutuo y llena de trascendencia.

Experimentar la seducción y el amor como verbos, acciones que tienen resultados más allá de la piel y que esos resultados los podemos lograr, si pegamos ladrillos de amor cada dia para construir la relación de pareja a través del tiempo y en el tiempo, ese amor se expande al infinito, y la seducción permanente es uno de esos ladrillos que edifica la relación de pareja, el erotismo siempre será esa mezcla que va pegando y consolidando la construcción el vínculo y entrar en el placer de amarnos, de sentirnos a plenitud.

Es nuestro deseo compartir, como al vincular las expresiones de ternura y erotismo, la sexualidad se fortalece y se logra despertar a la vida desde el placer, permitiéndonos reflexionar y darnos cuenta, que los alcances de la biodanza, no solo integraban nuestro ser, sino que arropaban a todo ser vivo, que en nuestro caminar se encontraba, es por ello que escribimos desde nuestras vivencias y el relato de vivencias de otras parejas, que podemos volver a sentir nuestra sexualidad, nuestro placer y la vida misma siempre que convirtamos en acciones todo lo que sentimos.

En este punto, se hace necesario resaltar que la biodanza, es un sistema de integración humana, renovación orgánica, reeducación afectiva y reaprendizaje de las funciones originarias de vida. Su metodología consiste en inducir vivencias integradoras por medio de la música, del canto, del movimiento y de situaciones de encuentro en grupo. El proceso de integración actúa mediante la estimulación de las funciones primordiales de la conexión con la vida, que permite a cada individuo integrarse a sí mismo, a la especie y al universo. Reeduca la capacidad de establecer vínculos con otras personas. Sus vivencias tienen un efecto armonizador en sí mismas y están orientadas para estimular los potenciales de vitalidad, sexualidad, creatividad, afectividad y trascendencia, denominados líneas de vivencia.

La biodanza es también descrita por Rolando Toro, maestro y creador de este sistema tan especial en su esencia afectiva, como “la poética del encuentro” , de ahí que hemos decidido regalarles fragmentos de poemas, mientras nos acompañan con su lectura. Es difícil encontrarse con otros sin la presencia de eros, ya que eros es la fuerza fundamental del mundo. Villalobos (2006) lo describe como “la virtud atractiva que lleva las cosas a unirse y crear la vida”, podríamos decir que biodanza nos reavivó el eros, entonces volvimos a tener la sensación de estar intensamente vivas, impregnadas de una vivencia de embelesamiento, encanto, goce profundo y felicidad que en múltiples oportunidades ha estado asociada a varias experiencias en pareja: la sexualidad, la danza, la poesía, la música, la comunión afectiva de vínculos profundos, incluso la amistad íntima, la atracción mutua.

Ahora bien, la expresión de todas la emociones que nos invadían podrían percibirse como un movimiento abrumador, es aquí donde aparecen la suavidad y la sutilidad de la ternura, que desde recordarnos que en el movimiento suave también había vida, fue permitiendo el acercarnos a nuestros compañeros con dulzura reconociendo su ser.

Si algún elemento da belleza y sentido a la vida, esa es, sin dudas, la ternura. La ternura es la expresión más serena, bella y firme del amor. Es el respeto, el reconocimiento, el cariño expresado en la caricia, en el detalle sutil, en el regalo inesperado, en la mirada cómplice o en el abrazo entregado y sincero. Gracias a la ternura, las relaciones afectivas crean las raíces del vínculo, del respeto, de la consideración y del verdadero amor.

Por ello la doctora Elisabeth Kübler–Ross, que acompañó a miles de enfermos terminales en su camino hacia la muerte y dio testimonio de sus experiencias en una serie de libros, cuenta que los recuerdos que más nos acompañan en los últimos instantes de nuestra vida, no tienen que ver con momentos de triunfo o de éxito, sino con experiencias donde lo que acontece es un encuentro profundo con un ser amado, un momento de intimidad cargado de significado: palabras de gratitud, caricias, miradas, un adiós, un reencuentro, un gracias, un perdón, un te quiero. Son esos instantes los que al parecer quedan grabados en la memoria gracias a la luz de la ternura que revela la excelencia del ser humano a través del cuidado y el afecto.

Cabe destacar, que en biodanza reaprendemos a reconocer el eros que habita en cada uno, esa vinculación de unir la vida, con la vida y que a través de la ternura se van tejiendo lazos invisibles con el otro. Por eso hemos decidido abordar el tema de la ternura y su influencia para despertar la sexualidad en la pareja.

En primer lugar, se desarrollará el tema de la pareja desde una perspectiva social, mostrando cómo la pareja desde su esencia también puede encontrarse enferma de civilización, distando de la pareja ecológica que muestra Rolando Toro desde el enfoque biocéntrico.

En un segundo momento, podremos pasearnos de la mano de la pareja, por cada una de las líneas de vivencia, que nos permiten redescubrir el valor del contacto, la mirada, la risa, el abrazo compartido, la entrega incondicional; pilares estos para el resurgir del sentir un encuentro afectivo sexual, impregnado de ternura donde la apariencia física y la genitalidad no tienen lugar, solo el amor está presente cuando se fortalece el vínculo.

Es importante señalar, que la biodanza es el modelo que tomamos, que contribuyó a percibir nuestra relación con una nueva mirada, no obstante debemos destacar que la práctica del modelo, fue realizada solo por una de las partes de la pareja, esto no impidió que el proceso se fuera dando de manera simultánea en ambos miembros de la pareja, pues los cambios que experimentaba uno, se hacían visibles para el otro, generando el caminar juntos de manera fluida y sin presión, convirtiéndose en una experiencia sumamente renovadora para la relación. Luego en la experiencia de clases dirigidas a parejas, notamos resultados con mayor rapidez, incluso para darse cuenta desde el amor, las áreas que debían fortalecer en su unión

Es posible encontrar esta ecuación, de ternura + eros = amor, con la entrega en el tiempo de momentos afectivos, sumado a la voluntad de querer despertar el eros y la constancia en la conquista, no dejar por sentado que porque están juntos ya no hay más nada por hacer, por el contrario hay que generar cambios que nutran su ser. Por último, partiendo desde nuestra propia experiencia, describimos cómo este camino nos llevó a redescubrir la belleza del amor, cuando despertamos ese eros que nos fecunda y que a través de la ternura lo hacemos renacer.

Esperamos que sea del agrado de los lectores.

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