Читать книгу ¿Cómo y para qué se elabora una teoría del caso? - Yesid Reyes Alvarado - Страница 5
PRÓLOGO
ОглавлениеLa teoría del caso, entendida como la presentación argumentada que se hace ante el juez de los hechos ocurridos que son objeto de juzgamiento, es el eje de todo proceso penal adversarial, como el que rige en Colombia, y constituye la columna alrededor de la cual las partes construyen la verdad procesal que debe ser llevada al juez y sobre la que este habrá de decidir. El libro que entregamos en esta oportunidad a la comunidad jurídica es de gran utilidad tanto para los teóricos como para los prácticos del proceso penal, puesto que aborda la técnica procesal y los métodos para la adecuada evaluación y presentación de una sólida teoría del caso, desde el punto de vista intelectual y psicológico, respondiendo a interrogantes como el referido a si se debe identificar una o varias teorías potenciales y cómo optar por una de ellas, o el de cómo lograr su coherencia en los niveles legal, fáctico y persuasivo, sin afectar posibilidades de negociación o terminación abreviada.
La verdad procesal en los sistemas adversariales es llevada al juez por cada parte, fiscalía y defensa, quienes intentarán demostrar que su teoría del caso y la verdad que de ella se deriva son las que deben prevalecer. Pese a que el anterior planteamiento es ampliamente conocido, su validez presenta dificultades en la práctica, debido al desconocimiento de la técnica procesal para llegar a esa verdad, y en particular, a la carencia de una buena selección de teoría del caso, articulada con la fundamentación jurídica que la respalde, teoría que deberá ser demostrada mediante pruebas que a su vez permitan debilitar y, finalmente, refutar la teoría de la otra parte procesal.
Cuatro aportes independientes integran el contenido del libro, que comprende asimismo un estudio introductorio que los articula con el contexto nacional y en el cual se explican la relevancia de la teoría del caso de cara a la estructura del proceso penal adversarial que rige en Colombia –desde su implementación hace más de quince años–, las ventajas de contar con una sólida estructura y las consecuencias de su carencia.
En el libro se resalta por los autores cómo el proceso de identificación, evaluación y selección de la teoría del caso es continuo, y el lector encontrará procedimientos específicos y técnicas que deberán ser aplicados de manera constante en el desarrollo del proceso penal y que permitirán consolidar la verdad procesal defendida. Si bien los textos parten de estructuras procesales acusatorias, implementadas en sistemas anglosajones y adaptadas a sus sistemas jurídicos, las mismas también son válidas y perfectamente aplicables a nuestra realidad procesal penal, a nuestros sistemas adversariales, en los que los jueces deben tomar sus decisiones sobre la base de pruebas articuladas con la argumentación fáctica y jurídica presentada por las partes.
Las estructuras procesales anglosajonas no son en lo absoluto incompatibles con las fundamentaciones jurídicas de sistemas en los que priman las estructuras dogmáticas, como los implementados en América Latina; allí radica el principal aporte del trabajo de los autores: en ser perfectamente adaptable a nuestra realidad, aportando organización y estructura, como se deja ver con facilidad en los textos.
La importancia de la narrativa en la construcción de la teoría del caso se hace explícita en el segundo trabajo, en el que se expone su evolución, hasta articularse con la ética del caso que debe ser atendida en la historia que se cuenta al final, en donde se relata y explica lo que ocurrió y el contexto en que tuvo lugar. El libro contiene aportes metodológicos referidos a la construcción de la teoría del caso como una línea narrativa, a la que el autor del segundo texto le dedica gran espacio, desde su experiencia como profesor de teoría del caso en el sistema norteamericano, resaltando la utilidad pedagógica del uso de las clínicas jurídicas como la mejor herramienta para aprender teoría del caso mediante un proceso articulado en tres etapas: imaginar, evaluar y escoger. Nada mejor que la práctica para afianzar la técnica que demanda la consolidación de una buena teoría del caso.
Dicho lo anterior, debemos señalar que el libro nos confronta con la forma tradicional de entender el proceso penal y sus construcciones teóricas. Su lectura nos obliga a implementar nuevas técnicas para construir una teoría del caso más sólida y persuasiva para el juez, tanto en cuanto a la forma como al contenido, una teoría que nos permita afirmar que cumple el objetivo de llevar la verdad procesal al juzgador que, idealmente, deberá darle la razón.
Comparto la afirmación del estudio introductorio al considerar que, en buena parte, la congestión en los despachos judiciales se ha mantenido luego del cambio de sistema procesal, debido a deficiencias en la comprensión y en la real implementación de sistemas procesales adversariales, a la lentitud que representan las audiencias dedicadas a la lectura de textos por las partes, al retraso a la hora de implementar y fortalecer la técnica de tales sistemas.
Así las cosas, con este libro, el Centro de Investigación en Filosofía y Derecho de la Universidad Externado de Colombia contribuye a la discusión científica y a la vez aporta elementos de aplicación práctica respecto de un tema de gran actualidad en nuestra realidad procesal penal.
La presente publicación no hubiese sido posible sin el apoyo permanente del rector de nuestra universidad, doctor Juan Carlos Henao, a quien agradecemos por incentivar en la comunidad académica el debate intelectual permanente. A Yesid Reyes Alvarado, nuestro reconocimiento por la iniciativa de publicar este libro, y a los dos editores, nuestra gratitud por su aporte a la discusión científica. Es preciso resaltar la valiosa colaboración de Felipe Vergara, sumada al trabajo conjunto de los editores, en la selección de los textos. Reconocimiento especial merece asimismo el acucioso trabajo de traducción de Danny Marrero Avendaño. Agradecemos de igual modo al Departamento de Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia, a Carolina Esguerra, Sebastián Caicedo, Santiago Perea y todo el equipo, por su impecable y paciente trabajo.
CARMEN ELOÍSA RUIZ LÓPEZ
Directora
Centro de Investigación en Filosofía y Derecho
Universidad Externado de Colombia